Telepolítica

Todo lo que querías preguntar sobre la coalición y nadie te responde

Estos días me encuentro a menudo con amigos y conocidos que discuten en busca de respuestas a una serie de interrogantes a los que no paran de darle vueltas. Por si a alguien le sirven de ayuda, ahí van las 10 más repetidas:

 

  1. ¿Por qué prefirieron hacer elecciones antes que llegar a un acuerdo?

Ha habido entre los dos escenarios una diferencia esencial: las elecciones. Los socialistas buscaban en la campaña crecer significativamente en el porcentaje de voto. No ocurrió. Han perdido 3 diputados. En Unidas Podemos, se creía que su experiencia en hacer siempre buenas campañas le podía favorecer. Han perdido 7 de los 42 diputados que tenían.

 

  1. ¿Tanto lío para llegar al mismo punto de partida?

No es igual llegar a un acuerdo entre dos personas que no están seguras de llevarlo adelante, que si están absolutamente decididas a hacerlo. El destino les ha brindado una segunda oportunidad y ahora contemplan el pacto con absoluta convicción. Cuando desechas algo por inseguridad y luego te arrepientes, si la alternativa se vuelve a cruzar en tu camino te amarras a ella a las primeras de cambio.

 

  1. ¿Pero no decían que no se fiaban el uno del otro?

La famosa “desconfianza mutua” era la consecuencia del desencuentro y no la causa. No es que no se hiciera la coalición porque no se fiaban el uno del otro. Más bien, la desconfianza surgió cuando no llegaron al acuerdo. La prueba definitiva es que ahora, plenamente convencidos de que había que pactar, el asunto de la desconfianza ni siquiera ha aparecido.

 

  1. ¿Y qué pasó con el veto a Pablo Iglesias?

Visto con perspectiva, la decisión de Pablo Iglesias de dar un paso atrás en su aspiración de ser vicepresidente del gobierno fue la constatación de que aquello no iba a acabar bien. De haberse firmado la coalición, hubiera quedado siempre un puente destruido entre ambos territorios. Iglesias hubiera seguido al frente de UP y siempre las decisiones trascendentales hubieran sido de su responsabilidad. El hecho de no formar parte del trabajo del día a día no hubiera hecho más que entorpecer una relación lastrada por un irreparable agravio de partida.

 

  1. ¿Podrá Pedro Sánchez dormir tranquilo a partir de ahora?

Pocas frases han cobrado tanto protagonismo en la vida política reciente como la referida a la famosa pérdida del sueño por parte de Pedro Sánchez. Lo que realmente vino a decir el líder socialista es que no creía que los representantes de UP tuvieran capacidad acreditada para dirigir las tareas relacionadas con la hacienda pública, las pensiones y la transición ecológica. Dependiendo de quienes sean las personas que ocupen estos ministerios en el posible nuevo gobierno, cabrá hablar o no de contradicción.

 

  1. ¿Se pueden olvidar todos los ataques y declaraciones cruzadas con anterioridad?

La clave está en que sean capaces de ilusionarse con el proyecto conjunto que deben abordar y obligarse a que prime el esfuerzo común sobre las inquietudes personales. Lo más difícil será hacer callar a los consumados especialistas en meter la pata con los que ambas formaciones cuentan entre sus dirigentes. Deberían ir practicando la fórmula de pedir disculpas cuando algo se hace mal. Al principio cuesta, pero luego acaba por ser reconfortante.

 

  1. ¿Quién ha cedido más de los dos?

Si alguna de las dos partes ha cedido más que la otra significaría que el acuerdo acabará mal. Es más que evidente que ambas fuerzas han aceptado premisas que antes rechazaban. Esta vez no ha habido veto en ningún momento a Pablo Iglesias. También es cierto que UP ha firmado la aceptación de abordar el conflicto catalán dentro de los límites que marca la Constitución o que la coalición no se monta a partir de competencias autónomas de los ministerios sino desde un pacto de lealtad en busca de unidad y coherencia.

 

  1. ¿Está garantizado que habrá gobierno?

Es indispensable que, más allá de los 168 o 169 votos previsiblemente favorables (PSOE, UP, PNV, MP, PRC, CC, BNG y TE), alguna otra fuerzaapoye mediante voto afirmativo o abstención la investidura de Pedro Sánchez. El PP no ha tardado en quitarse de en medio, como es habitual. Para Ciudadanos aparece como una encrucijada digna de reflexión. Si sigue la estela del PP y de Vox lo único que conseguirá es reforzar la posición que le ha llevado a la hecatombe. Si se plantea colaborar con la gobernabilidad podría mostrar públicamente la recuperación del espíritu original de una formación de centro que asume de nuevo un papel de partido de Estado. La última solución podría venir, como ya es sabido, de ERC. Las complicaciones que implica son de todos conocidas.

 

  1. ¿Es culpa de la izquierda la eclosión de Vox?

PP y Ciudadanos han blanqueado a la ultraderecha al llevar adelante pactos de gobierno con ellos y al insistir en que se trata simplemente de una derecha un poco más dura. En segundo lugar, la competencia entre ambos partidos por liderar una dura oposición al gobierno de Sánchez los ha llevado a convertir la pugna en una batalla por ver quién es más radical practicando la crispación. Mientras se miraban uno a otro, Vox les ha ganado con facilidad esa carrera. El extremismo es su especialidad.

 

  1. ¿Lo del abrazo no fue un poco excesivo?

Es mi pregunta preferida. En contra de lo que cree la mayor parte de la gente con la que trato, los políticos no difieren nada del resto de los tipos que puedas conocer. Es evidente que ni fue un acto premeditado, ni nadie buscaba postureo alguno. Ambos líderes eran plenamente conscientes de la tensión que había existido entre ellos. Son personalidades distintas. Pedro Sánchez no es de mucho abrazar, mientras Pablo Iglesias es de fácil contacto físico. No tengo duda de que el abrazo fue propiciado por Iglesias.

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