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Diario de una confinada

Dudas y certezas

Raquel Martos

Nunca habíamos vivido algo como esto. Jamás. No hay promociones que nos precedan en esta carrera. Ninguno de los que hoy nos enfrentamos a esta pesadilla, en cualquiera de nuestros puestos, habíamos pasado antes esta pantalla del videojuego. Este trágico estreno y la posibilidad de caer y de que caigan los nuestros es lo que tenemos todos en común. Ambas son certezas no opinables.

Me encanta decir esto: “certezas no opinables”, porque es poco propio de mí no dudar y porque tal expresión, en una columna de opinión, es un pedazo de oxímoron de los guapos.

Pero es que es tal cual, ambas afirmaciones son incontestables: ni hemos pasado antes por algo así, ni estamos libres de que nos enganche el virus, de un modo u otro. Si algo tiene el “bicho cabrón”–así lo llama mi madre– es que no respeta la diferencia ni del signo del zodiaco. No se puede ser más igualitario, eso hay que reconocérselo…

Y rodeando las contadísimas certezas hay miles de dudas, la representación gráfica de esta idea está en la propia morfología del Covid- 19. La esfera sería la certeza y pinchadas en ella, las múltiples dudas, las puntas de la corona que reina en nuestras vidas y en nuestras muertes desde hace semanas: lo que se podía haber hecho antes, lo que se tendría que hacer de otro modo, lo que es mejor no hacer, lo que habría que hacer ahora mismo, lo que deberían hacer mañana, aunque quizás mañana, si lo hacen, no me parecerá bien que lo hayan hecho…

Estoy casi segura de que esas dudas las albergamos casi todos, son puntas que nos pinchan por dentro, como el miedo, como la ira, como la impotencia, como el dolor. Nadie se libra de esos pinchazos, este sorteo no va por barrios, todos podemos enfermar, se nos está muriendo la gente a todos.

Por eso resulta llamativo que, en medio de una figura tan poética como el mar de dudas, más asfixiante que nunca, haya quien nade en certezas. Debe de ser que dispone de un convertidor de dudas en certezas que otros no manejamos y lo hace en un pispás, como si pasara de WAV a mp3. Envidiable…

Hoy seguiré conviviendo con el insomnio de las dudas, del miedo, del dolor, pero no pienso confinarme junto a los que convierten las dudas en certezas y las certezas en odio y deciden lanzarlo en spray. A ver, que igual utilizan ese método porque han leído en algún tratado científico que combatir el Covid-19 mediante la deyección es lo más eficaz –tengo mis dudas– pero a mí, para mantener fuerza mental y poder atender a los míos, me va fatal –esto es una certeza–.

Hace unos días leí a Alberto García-Salido, pediatra, la frase de las frases: “APORTA O APARTA”. Pues eso. GRACIAS a los que siguen sumando a pesar de los pesares, es lo difícil, deyectar sabemos todos, tiene poco mérito…

La canción de hoy siempre me gustó y hoy cada frase de su letra cobra otro significado.

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