Pegados a la tele

Nombres propios: Ferreras, Mavi Doñate y Carlos del Amor

El gran seguimiento de los informativos de televisión provocado por la pandemia no es, en modo alguno, lineal. Antena 3, por ejemplo, sigue líder con su noticiario a las tres de la tarde; Telecinco suele destacar a las 21.00 horas. Pero en más de una jornada uno y otro se han visto superados por ediciones concretas de La 1 de TVE, y laSexta. Dentro de esta realidad, y al margen de cifras y porcentajes, quiero destacar algunos nombres propios, que tienen especial relevancia en este largo mes –y lo que queda– de confinamiento en los hogares.

Comienzo por Antonio García Ferreras, el omnipresente director de laSexta, y conductor de Al Rojo Vivo. El caso de esa cadena y ese profesional viene de atrás y evidencia que la perseverancia, aun en tiempos cambiantes, obtiene réditos. En sus orígenes se trataba de un canal con un perfil poco definido para el gran público, al que absorbe Atresmedia; con Ferreras al frente, opta por primar la información como contenido principal y vertebrador de su programación. A pesar del precedente, ruinoso en resultados económicos, de CNN Plus y su seguimiento del modelo de información continuada del Canal 24 Horas, Ferreras apuesta por los contenidos informativos, pero no por la emisión continuada de noticiarios, sino por formatos desde la tertulia al entretenimiento, pasando por espacios monográficos y de investigación: parte de La Sexta Noticias, pero se continúa con Al Rojo Vivo, El Intermedio, Más Vale Tarde, Zapeando, La Sexta Noche, El Objetivo, Equipo de Investigación, Salvados (ahora, Lo de Évole), Jugones, y un largo etcétera.

Curiosamente, dado que la mañana es el espacio que menos espectadores congrega ante el televisor, el buque insignia del proyecto es ARV, una tertulia de actualidad en la que domina la política, y a su frente se pone Ferreras, un periodista que se dio a conocer en la Cadena Ser, pasó por la Dirección de Comunicación del Real Madrid, y que no tenía, a priori, una imagen habitual en este tipo de espacios, presentados en su mayoría por mujeres desde tiempo atrás. Pero él tiene una personalidad bien definida: viste de negro, sabe perfectamente a qué cámara dirigirse, gesticula con las manos, usa muletillas verbales una y otra vez hasta que las convierte en señas de identidad personal y del programa, como el "más periodismo", o anticipa contenidos y conexiones, que quedan a la espera por un "antes que nada" que da paso a la opinión de un tertuliano, un testimonio, o un vídeo que contextualiza su discurso.

Cara y presencia sin aristas; modos, estilo, y opiniones que las multiplican: denostado por muchos, seguido por muchos más, según las audiencias, Ferreras llena a diario más de tres horas de actualidad en directo al frente del programa y, lo que es más importante, sitúa a laSexta como referente informativo cada vez que se producen hechos de impacto. Para ello, y como primer responsable, no tiene empacho en trastocar la programación prevista y dedicar la jornada entera a lo que considera la noticia del día; Hace que la cadena comience antes que las demás, y termine después. "Lo cierto es que en nuestro ADN la apuesta informativa es un elemento esencial –decía a infolibre hace pocas semanas– para laSexta la actualidad está por encima de cualquier formato o programa; aquí las noticias son un deber, una obligación, que nos apasiona".

Y así lo ha demostrado desde que el covid-19 entró y trastocó como nunca nuestras vidas, y disparó el consumo de televisión hasta cifras nunca alcanzadas. LaSexta y Antonio García Ferreras han llenado de "especiales" toda su programación; se han saltado horarios de sus espacios y confirmado su identidad al margen de la pertenencia al grupo Atresmedia. La cuarta cadena en audiencia está logrando, en estos tiempos de encierro domiciliario, acercarse a los tres grandes canales e incluso ser líder en alguna jornada concreta sobre el resto de noticiarios habituales.

TVE: De Mavi Doñate a Carlos del Amor

TVE es el conjunto de canales que más ha variado las programaciones durante marzo y abril por la pandemia. Tal y como ha contado infoLibre, se han creado espacios ad hoc en La 2, Clan y Teledeporte, mientras La 1 dedica más de diez horas de cada día a ese contenido. Dentro de los noticiarios, TVE destaca sobre la competencia por las coberturas en cualquier lugar de España gracias a la red de Centros Territoriales, de modo que, ante cualquier noticia en el rincón más insospechado, las demás cadenas van; TVE ya está allí. Junto a esta red de cobertura, la radio televisión pública tiene otra que la hace imbatible desde siempre, y que se ha hecho evidente con esta crisis: la información internacional. Mientras la competencia se vale de los intercambios con televisiones extranjeras, y algunos periodistas fijos en pocas capitales del mundo, RTVE dispone de una red de quince corresponsales en los países más importantes y en zonas geográficas donde apenas existe presencia del resto de televisiones españolas. En el caso de este medio público se trata no solo de delegaciones estables, sino de profesionales contrastados, informadores veteranos con amplios conocimientos de su zona de cobertura. Así ha sido desde hace cincuenta años, con nombres de grandes periodistas que están en la historia de la televisión en España.

 

Pero quizás sea en la actualidad, y con la pandemia, cuando han coincidido un conjunto de profesionales en las quince corresponsalías fijas, que aportan a telediarios y Canal 24 Horas una información individualizada, con personalidad propia, al margen de los compactados de imágenes que suministran los servicios internacionales. Los periodistas y sus equipos otorgan a sus crónicas una inmediatez y credibilidad que permite al espectador "estar allí", conocer de primera mano lo que ocurre, y sus circunstancias. De todo ese conjunto que vemos a diario quiero ahora destacar a Mavi Doñate, corresponsal de TVE para Asía y el Pacífico. Se trata de una periodista veterana, con más de veinte años en la televisión pública y una trayectoria por distintas áreas informativas y como enviada especial a diversos acontecimientos en España y el extranjero. Como corresponsal ha tenido la fortuna profesional de estar en el sitio adecuado en el momento justo: cuando aparece en el norte de China una enfermedad desconocida hasta entonces, a la que se denomina con el genérico "coronavirus". Desde ese final de 2019, Doñate nos relata los inicios del contagio a la población, las medidas sanitarias y de aislamiento, el trastoque vital de una ciudad de once millones de habitantes y una provincia que suma más población que España. Y lo hace desde un país que coarta los movimientos y censura las informaciones, entre la desconfianza de sus habitantes y las cortapisas de las autoridades.

Imágenes cóncavas en pantallas planas

Imágenes cóncavas en pantallas planas

Desde principios de este 2020, Doñate es una presencia constante en los informativos de TVE, crónicas, reportajes, entradas en directo a las tres de la tarde, a las nueve de la noche, en el 24 Horas... Algunos nos preguntamos cuándo duerme, cuándo ruedan las imágenes, como se organiza con la diferencia horaria y la omnipresente censura. La respuesta es trabajo, mucho trabajo, mucha profesionalidad y (como ella destaca en redes sociales) el equipo que va con ella "sin ellos no podría hacer nada", dice. Aún sigue en Wuhan; cuando la permitan viajar a Pekín tendrá que sufrir la reclusión de una cuarentena de dos semanas; mientras, nos sigue contando lo que ve, la lenta vuelta a la normalidad en las calles, las costumbres recobradas de la gente, el después de la epidemia... nos narra la vida. Justo para eso nos hicimos periodistas.

 

Junto a lo comentado, quiero destacar un final de informativo, que está obteniendo múltiples menciones en redes: los cierres del TD2 de TVE . El autor es un redactor del área de Cultura, Carlos del Amor, que ya se había distinguido con enfoques muy singulares de la actualidad. Si titulares y desarrollo de los noticiarios televisivos nos cuentan las novedades de la pandemia, con cifras oficiales, testimonios de afectados de una u otra forma, previsiones sanitarias y económicas, etc, Carlos abandona el mundo de esas realidades tangibles y se centra en el territorio de los sentimientos, propios y ajenos, sensaciones, temores, zozobras y esperanzas, sobre todo esperanzas, asentadas en el "quédate en casa", único consejo personal que desliza en una mirada que podría ser la de cualquiera de los espectadores si tuviéramos su capacidad para seleccionar imágenes, sonidos y músicas, casi tan importantes como las palabras, pero que no las acallan, sino que las enmarcan para construir cada reportaje. Un día se fija en determinado colectivo (los ancianos, los niños, un grupo de trabajadores), otro le basta con el nombre de una calle (La Fe). Son excusas, vehículos, para contar lo que no es noticia. Lo que es, tan solo, la vida.

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