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Ultreia

Ya somos 10.000 socios, pero infoLibre sólo resistirá si más ciudadanos se comprometen con un periodismo fiable

Daniel Basteiro

Estaba nervioso. Sería absurdo negarlo. A primera hora de la tarde, tras una mañana llena de reuniones, convocamos a la redacción y se hizo el silencio. En algunas caras reconocía a compañeros de los que en otras etapas y otros lugares aprendí a ser periodista, como Jesús Maraña. En otras, notaba la lógica expectación o curiosidad ante el desconocido. Era mi primer día como director de infoLibre, noticia que habíamos anunciado unos días antes. Era el primer día que veía el periodismo desde una perspectiva distinta a la de los redactores a los que ahora estaba a punto de dirigirme. Y allí estaban todos los que trabajaban en la redacción de la calle Fuencarral de Madrid. Esperando a que dijera algo.

Había preparado unas palabras de agradecimiento y de explicación de la nueva etapa de relanzamiento que emprendíamos que intenté desplegar sin leer y sin trabarme. También traía una breve declaración de intenciones que estuve dudando hasta el último segundo si incluir o no. Dije que la verdadera patria de los periodistas es la información. Que en el ejercicio de nuestro oficio, nuestro partido no puede ser otro que el del debate y la reflexión colectivos. Que si tenemos un programa es exclusivamente el del progreso social y la igualdad de las oportunidades para los que nos leen y los que no.

No son sólo palabras bonitas sino una formulación diferente de los principios que el periódico ha mantenido desde su fundación, hace siete años. Asumidas al pie de la letra, son ladrillos que levantan las sólidas paredes de una casa amplia, de moderación y sentido común. En ella cabe mucha gente, la mayoría, pero de la puerta no pasan buena parte de los vicios y estrategias nada inocentes que otros medios utilizan para hacer negocio.

Al día siguiente, cuando volví a la redacción, estaba casi desierta. No quedaba prácticamente nadie y tampoco había rastro del eco de mis palabras, que se habían evaporado rápidamente, claro. Era 11 de marzo, mi segundo día, y el 90% de la redacción se había puesto a teletrabajar desde sus casas. El coronavirus lo llenó absolutamente todo de repente, desde nuestras preocupaciones más personales a todas nuestras horas de trabajo. Faltaban tres días para que se decretase el estado de alarma y llegase todo lo demás. El bicho y su impacto. Ahí seguimos. Todavía hay algún redactor al que no he podido conocer en persona, a pesar de que hablamos a diario y nos intercambiamos cientos de mensajes.

En todo este tiempo, la redacción ha hecho un enorme esfuerzo en condiciones nada fáciles, reorientándose por completo, aprendiendo a usar nuevas herramientas en red, compaginando diferentes circunstancias personales con el objetivo de no fallar a quienes han depositado su confianza en nosotros. Ha valido la pena y ya contamos con cifras que lo acompañan.

El 15 de abril infoLibre superó la barrera de las 10.000 socias y socios.Ya somos 10.194, según el dato de este domingo, récord absoluto de suscriptores desde que el proyecto echó a andar.

El periódico se basa en el modelo de suscripción porque creemos que es la mejor forma de salvaguardar su independencia y de depender menos de la publicidad. Con todo, fue el primero en España en abrir todos sus contenidos sobre el coronavirus para que cualquiera pudiera consultar nuestras investigaciones, reportajes y noticias. En medio de la pandemia, pensamos que la salud (la física y la intelectual) es lo primero. La información es un bien de primera necesidad en medio de los bulos, o fake news, y los que se aprovechan de la catástrofe buscando rentabilidad en forma de click rápido.

Al decidir la apertura temporal de nuestros contenidos comprobamos que nuestras informaciones generan un gran interés en aquellos que nos están visitando por primera vez. En marzo batimos nuestro récord de audiencia con 1,8 millones de usuarios únicos y 6 millones de páginas vistas, según Google Analytics. Bastante más del doble que el mes anterior.

A diferencia de lo que ocurre en otros medios, que primero buscan tráfico y luego los contenidos a través de estrategias diversas (vamos a dejarlo ahí), entre las 10 noticias más vistas desde marzo hasta hoy figuran muchos de nuestros temas más trabajados. Los escribimos, como todos los demás, pensando no en cómo ganar audiencia sino en sencillamente abordar los temas más importantes.

En ese top 10 está la investigación sobre el gigante de residencias DomusVi y su ‘mapa de la muerte’, que forma parte de una amplia investigación en marcha sobre las residencias de mayores, la verdadera zona cero de esta pandemia. También están la descripción sobre la maquinaria de bulos sobre el covid-19 iniciada por afines a la extrema derecha con el fin de desestabilizar las instituciones. No faltan nuestros amplios y documentados reportajes sobre el fin del confinamiento o una explicación en profundidad sobre el paquete de ayudas aprobado por el Gobierno. Desde que abrimos los contenidos hemos triplicado el número diario de altas de socios.

Cuando debatíamos cómo compartir estas cifras públicamente nos asaltó una sensación agridulce. Hemos concluido que lo mejor, en vez de diseñar sofisticadas campañas de márketing o jugar con las palabras, es decir la verdad con claridad. Los datos son buenos e infoLibre es un proyecto que vale la pena, pero sin más personas comprometidas con la información de calidad, no sobreviviremos. Especialmente si se confirman las previsiones para los próximos años sobre la actividad económica, su impacto en los medios de comunicación y en el mercado publicitario.

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Por ese motivo, no te pedimos solidaridad y tampoco compasión. Sabemos que sólo tendremos razón de ser si somos útiles. Seguiremos aquí si nuestro trabajo aporta algo interesante como para que merezca la pena apoyarlo. Por eso, especialmente si te has acercado a nosotros por primera vez en estas semanas, queremos decirte algo. Si crees que hay que seguir investigando sobre las residencias (y otros asuntos), si consideras vital un periodismo que no busque el click sino que se centre en los asuntos clave para nuestra vida pública, si quieres que nuestra única patria sea la información, te animamos a corresponsabilizarte en la medida de las posibilidades haciéndote socio (la cuota es la misma desde hace siete años) o regalando una suscripción.

Que estés bien informado depende de ti. Y merece la pena.

PS: Ultreia, el nombre de este espacio en el que comienzo a escribir (de nuevo, con la ilusión de las primeras veces) es un saludo, una expresión de ánimo utilizada durante siglos entre los peregrinos del camino de Santiago, una experiencia recomendable para cuando salgamos de este confinamiento y podamos emprender de nuevo la marcha. La expresión está recogida en el Códice Calixtino, del siglo XII, una joya universal, especialmente querida para los gallegos. Significa “¡adelante!”

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