Telepolítica

Las encuestas explican el comportamiento de los partidos

José Miguel Contreras nueva.

La agudización de la confrontación política parece consolidar los bloques electorales en España. Cuanto más sube la polarización más difícil parece que la gente cambie de bando. De esta forma, los partidos nacionalistas siguen siendo los determinantes del devenir político del país. Sin embargo, dentro de los bloques sí que parece que hay movimientos. Pedro Sánchez debe combatir la posible desmotivación de aquellos de sus votantes afectados por los mensajes de sus críticos dentro del partido. Pablo Iglesias necesita evitar una caída de su electorado que pudiera debilitar su representación parlamentaria. Pablo Casado y Santiago Abascal luchan por mantener a sus electores y arrebatarles algunos al otro. Inés Arrimadas se mantiene en su zarandeada embarcación en mitad de una tormenta. Las encuestas en estos tiempos de convulsión parecen coincidir con el sentido común.

Cada vez que aparece alguna encuesta, hay mucha gente que adopta una postura de rechazo si los datos no son coincidentes con su manera de pensar. En realidad, la auténtica trascendencia de los estudios de mercado radica en su capacidad de condicionar la estrategia de los partidos. Para ellos, la demoscopia es la principal herramienta basada en datos de la que disponen para contrastar con su percepción. Cuando las cifras coinciden con lo que creen que ocurre, la seguridad en la toma de decisiones es total. La duda surge cuando las cifras y las sensaciones chocan.

Ayer conocíamos los datos aportados por el estudio de SW en infoLibre. El trabajo de campo recoge encuestas realizadas hasta el viernes pasado. Es el más reciente de cuantos conocemos. Las conclusiones más importantes que aparecen son más o menos coincidentes con la tendencia general mostrada por otras investigaciones realizadas las últimas semanas. Por tanto, cabe pensar que éstas van a ser algunas de las claves que van a determinar las decisiones que los diferentes partidos van a tomar estos próximos días:

La polarización asienta los bloques. En términos de bloques electorales, las diferencias con los resultados de las elecciones de noviembre del pasado año no apuntan a un cambio significativo de la configuración del actual mapa político.

La tercera España decide. La clave de cualquier mayoría parlamentaria seguiría recayendo sin duda en los partidos independentistas, nacionalistas y regionalistas que mantienen su electorado de forma estable. Si hace un año obtuvieron 45 diputados en conjunto, la encuesta de SW les otorga como estimación 44. La pugna entre las clásicas dos Españas confrontadas a izquierda y derecha sigue siendo un elemento secundario al realmente decisivo. Hoy en día, la derecha ha roto sus puentes de diálogo y acuerdo con la España más plural y diversa.

El PSOE se mantiene. Llama la atención la consolidación del voto socialista en España, pese al posible desgaste derivado de la gestión gubernamental. Prácticamente no hay un solo estudio en la actualidad que muestre un significativo descenso en su electorado. Las últimas estimaciones se mueven siempre en porcentajes de voto no muy alejados del 28,2% que obtuvo en 2019.

El PP y la amenaza de Vox. El dato más reseñable en los estudios sobre el actual reparto electoral en nuestro país quizá sea la diferencia existente entre PP y Vox. Aquí, sí que hay matices en las distintas investigaciones. La publicada ayer por infoLibre señala una ligera subida de dos puntos del partido de Abascal (del 15,2% del 10N a un 17,2%) que le acercaría a los populares, que se mantienen aún por encima del 20% (20,7% ahora, frente al 21% de hace un año). Todas las encuestas siguen dando ventaja al PP sobre Vox, aunque algunas empiezan a mostrar un acercamiento entre ambos.

UP y el sistema electoral. Casi todos los estudios coinciden en los últimos meses en una ligera caída de las expectativas de voto de Unidas Podemos. No suelen ser muy grandes en términos porcentuales. La publicada ayer marca un descenso de 1,9 puntos (estima un 11,1%). El problema que tiene la formación de Pablo Iglesias es que el sistema electoral es especialmente cruel con los partidos que se acercan a la banda en torno al 10%. Cualquier bajada porcentual puede significar un daño desproporcionado en la atribución de escaños. El estudio de SW estimaba el peligro de perder hasta seis escaños si ese descenso fuera real.

Ciudadanos, a la espera. Todos los vaivenes del partido que ahora lidera Inés Arrimadas son difíciles de analizar en términos de eficacia electoral. Las investigaciones más recientes parecen haber detenido su caída de hace un año. También parece confirmado que su recuperación tocó techo y aparenta haberse detenido. El estudio de SW le atribuye un 8,4% de votos (obtuvo el 6,9% en 2019).

Pedro Sánchez, candidato único. El presidente es con gran diferencia el candidato más apoyado para seguir al frente del gobierno (32,6%). A este hecho contribuye que los votantes de UP lo apoyan, reforzando la idea de la coalición. No consideran la posibilidad de que Pablo Iglesias optara a ese puesto (3,4%). El problema surge en la derecha, donde Pablo Casado no consigue sumar en absoluto el apoyo de todo su bloque ideológico.

La incógnita de los trasvases. Seguramente, el dato más interesante de poder analizar es el más difícil de medir. Se trata de determinar hacia dónde se desplazan aquellos electores que piensan en la posibilidad de cambiar el sentido de su voto. En líneas generales puede concluirse que las transferencias entre bloques ideológicos son muy bajas. Son muy poco perceptibles idas y venidas de izquierda a derecha y viceversa.

Cuadran las estrategias de la izquierda. En la izquierda, parece apreciarse cierto movimiento de votantes de UP hacia el PSOE. Para los socialistas, el peligro es la marcha de algunos de sus electores hacia la abstención o el voto en blanco. Cobra sentido, si estos datos son reales, el esfuerzo de Pablo Iglesias para recuperar protagonismo político. Asimismo, tiene toda la lógica que Pedro Sánchez intente reforzar el apoyo de sus propios militantes que puedan verse afectados por las voces críticas de siempre dentro del partido.

El embrollo de la derecha. Los trasvases dentro de la derecha son más complicados. Hay de todo. Se aprecian votantes del PP que derivan hacia Vox. Pero también los hay en dirección contraria. Mientras, Ciudadanos vive en continua marejada. Es el partido que con gran diferencia tiene menos fidelidad de voto (sólo el 49%) y parece ahora mismo, más que un punto de destino de los electores, un lugar de paso mientras decide dónde acabar.

Más sobre este tema
stats