Qué ven mis ojos

El sueño de los monstruos produce la sinrazón

Benjamín Prado nueva.

“A quien se las lava para eludir sus responsabilidades, no le mires las manos: mira el agua”.

Si te escandaliza que Madrid se haya convertido en la taberna de Europa, la presidenta Ayuso replica que "hay que estudiar cuánto gasto están aplicando nuestros turistas a los museos o comercios de la ciudad y se verá que el turista no solo viene a emborracharse”, y añade que dudarlo “es un comentario de tinte xenófobo y muy ofensivo". Así que ella está aquí, como todo el mundo sabe, para defender a los más desfavorecidos. ¿Recuerdan aquellas declaraciones suyas en las que afirmaba que el aumento de casos "se está produciendo, entre otras cosas, por el modo de vida que tiene nuestra inmigración"? No tiene límites seguramente porque cada vez que se salta uno, hay quien la sigue y quienes la jalean, quizá porque defiende sus intereses a cualquier precio: cuando se habla de financiación ilegal, hay que tener en cuenta que parte de la mordida se usa para alimentar determinadas bocas que, mientras comen, están calladas.

Si en las imágenes que difunden los medios de comunicación y las redes sociales se ve una caravana de juergas que atraviesa las calles de la capital, formada por gente sin mascarilla, que no guarda la distancia social precisa, baila, canta a gritos y muestra evidentes síntomas de ebriedad, ella regresa al mismo argumento cínico, hecho de una suma de embustes y manipulaciones, que usó para justificar su gestión fúnebre de las residencias geriátricas durante la primera ola del virus y su orden de no trasladar a las personas infectadas al hospital, algo que equivalía a condenarlas a muerte: "La entrada de todos esos ciudadanos, vengan de Francia o de donde sea, le compete al Gobierno de España, no al de la Comunidad de Madrid. Y que cumplan las normas, lo mismo.” Con la misma teoría podría autorizar carreras ilegales de motos en la Gran Vía y culpar a la Dirección General de Tráfico de no impedirlas; o dar permiso a los apostadores para montar peleas de gallos en el Retiro y a continuación responsabilizar a la policía nacional de no pararlas. Se lava tanto las manos que evidencia lo manchadas que las tiene; y después hay quien se bebe el agua de la palangana para aclararse la voz y defenderla en las tertulias.

Si le recuerdas que las cifras dicen que la comunidad que dirige está a la cabeza en el número de contagios, en el aumento de la incidencia y en la ocupación de las UCI, la candidata sostiene que las medidas que impulsó darán sus frutos en breve y vuelve a repetir su pregunta: ¿la bolsa o la vida? Y en defensa de la primera, que es el primer y único mandamiento del neoliberalismo, se presenta como la Juana de Arco de la hostelería y los comerciantes. El problema es que su decisión unilateral de convocar elecciones en este momento frena la partida multimillonaria que la Unión Europea iba a destinar al rescate de la Comunidad de Madrid y congela el plan de desembolsar 600 millones de euros en ayudas a ese sector que estaba contemplado en los presupuestos que se iban a aprobar la misma semana en que ella disolvió la Asamblea. Se dice que está subiendo en las encuestas.

Si le preguntas por qué prohíbe una charla de la ministra de Igualdad, Irene Montero, en un instituto de la región, se justifica con la excusa de que lo hizo “para evitar que fuese allí a adoctrinar al alumnado.” Unos días más tarde, su jefe, avalista político y líder del PP, Pablo Casado, va a soltar sapos y culebras contra la nueva ley de Educación, la llamada Ley Celaá, en un centro concertado y religioso de la capital y allí repite otro de los eslóganes del partido: que han venido a defender la libertad contra la amenaza de las izquierdas. “Para la libertad, sangro lucho, pervivo / para la libertad”, escribió el poeta Miguel Hernández, el mismo cuyos versos han sido retirados de un memorial de la Almudena por orden del alcalde Martínez Almeida. Claro, es que se les ve la ropa del uniforme bajo el disfraz de moderados y centristas con que aparecen en el baile de la mano de la ultraderecha, y por eso su formación intentó ondear la bandera de la “dignidad democrática” para apoyar una resolución del Parlameto Europeo enfocada a “condenar el nazismo, el comunismo y el resto de las tiranías” que asolaron el continente, pero saltándose esa última parte, porque tampoco este Partido Popular critica al franquismo. Todo un síntoma.

Hoy es el 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya y su frase más famosa también funciona si la dices al revés: los monstruos tienen sueños de los que nace la sinrazón.

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