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¡A la escucha!

Sin Photoshop, gracias

Helena Resano nueva.

Resulta increíble que el gesto de Kate Winslet se haya convertido en noticia. Que una mujer pida a un director de cine que no retoque su cuerpo, que no falsee las imágenes en las que se la ve tal cual, se ha convertido en portada de todos los medios esta semana. La actriz ha terminado de rodar su última película y antes de llevar la cinta a la sala de montaje, al parecer, la actriz británica le advirtió al director, Craig Zobel, que no se atreviera a retocar ni un solo plano, pero especialmente aquellos en los que aparece desnuda. "No te atrevas" es lo que le dijo a Zobel cuando ambos estuvieron visionando las escenas de cama. Él debió de sugerir utilizar el Photoshop para reducirle la barriga, quitarle de aquí y de allí y estilizarle la figura, hacerla más "atractiva", "bella". Y ella se revolvió. ¿Bella para quién? No era la primera vez y empieza a estar más que harta. En más de una ocasión ha confesado que tras su éxito en Titanic, la prensa se cebó con ella, concretamente con su aspecto físicoTitanic. Críticas, artículos, que la hicieron sentirse muy insegura y muy vulnerable. Cuánto pesaba era más importante que cómo había sido su interpretación en tal o cual película. Y aquello la atormentó durante mucho tiempo. Se hacían encuestas sobre su peso. Hasta que tuvo la madurez de decir "se acabó" o un gráfico "no te atrevas". Yo, sinceramente, sabiendo todo lo que había pasado, no sé ni cómo el tipo tuvo la osadía de sugerirle semejante retoque.

A sus 45 años, Winslet quiere mostrarse como es, con su barriguita, sus curvas y sus arrugas. Porque en esto también ha tenido que pelear para que los retoques fotográficos, la goma digital, no le quitara sus patas de gallo. Su foto, de perfil, es la que se utiliza en la cartelera para anunciar el largometraje y, al parecer, la actriz pidió varias veces a los creativos que no borraran ni una sola de las arrugas, ni una.

¿Cómo fabricar un bulo? Lean, lean

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En un mundo tan absolutamente dominado por la imagen, que una mujer pida mostrarse tal cual, en la gran pantalla, ante millones de espectadores, es para levantarse y aplaudirla hasta que te duelan las manos. Su gesto se ha convertido en noticia y no es para menos. Su valentía ayuda a muchas otras mujeres a sentirse cómodas en su cuerpo, a aceptarse tal y como son, a quererse. Con 45 años, tras ser madre, y disfrutar de la vida, oye, pedir que se siga manteniendo un cuerpo irreal es una tiranía a la que hay que oponerse. Tantas y tantas fotos, ya no retocadas digitalmente, pero sí estratégicamente fotografiadas, con una postura, luz y enfoque determinado que no reflejan, en absoluto, la realidad, generan ansiedad, especialmente en aquellas chicas que todavía no se sienten seguras, que buscan la aceptación únicamente por cómo son y no por lo que son.

Hace ya unos años, bastantes, una conocida revista me propuso hacer un reportaje mostrándome tal y como soy: "Te fotografiaremos sin maquillaje, a cara lavada, como si te acabaras de levantar". Empezaba a ser un rostro de informativos, me colaba en las casas contando las noticias y estaba un poco cansada de que sólo se hablara de mí por mi aspecto. Así que me pareció buena idea, valiente. Pero aquello fue una trampa: la intención no era sacarme tal cual, las fotos se forzaron al máximo. El objetivo se pegó a mi cara, me echaron gotas de agua por el rostro y me pidieron que pusiera cara de dormida. El resultado era lo contrario a lo que esperaba: yo no tenía ningún problema en mostrarme al natural, tal cual era, ¡al contrario!, pero lo que se buscó era enseñar una Helena que no existía. Recuerdo el disgusto que me llevé cuando vi la portada: lloré sin parar, lamentándome de haber caído en una trampa, intentando entender el por qué de tal jugarreta, por qué, la redactora y el fotógrafo, habían buscado una imagen que no existía. Pero entonces era muy joven, y sí, también insegura.

India Martínez decidió dar el paso hace sólo unos días. En una foto, en bikini, apareció con sus kilos de más. Da igual cuántos eran, cuánto había engordado, o cómo estaba. Lo valiente era el mensaje: "Me veo mejor que nunca". ¡Bravo! Sí, señora. Decirlo así, en público, en una red tan dominada por la imagen como es Instagram, logró que la foto de la cantante se hiciera viral. Su mensaje llegó a miles de chicas. Y de chicos. Tener más o menos curvas no es sinónimo de belleza. Estar delgada o gorda no es una virtud. Lo importante es sentirte bien con tu cuerpo, sea el que sea, ya sea en un momento bueno de tu vida o en un momento de vulnerabilidad. El cuerpo es simplemente una cesión que nos han hecho nuestros padres: es nuestro chásis pero no nuestra alma y, desde luego, no es lo que nos define. Es simplemente el vehículo que nos han prestado los genes para poder transitar por este mundo. Y lo importante es lo que ese cuerpo nos permita hacer, nos permita aportar. Winslet e India han conseguido ser noticia por decirlo de una forma muy clara. Les aplaudo por ello. ¡Bravas!

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