Muy fan de...

La canción del verano 'Tranquilito' de Mariano Rajoy

Me enfrento al momento más temido del año: el cambio de armario. Mis lectores habituales saben que la proximidad de ese trance me produce terror, temblores y sudores fríos. A punto estuve de suplicar al médico de familia que me recetara un Lexatin, o dos, pero al final decidí buscar por internet “valeriana mariana”. ¡No quiero ni pensar cómo estaría yo de ser tú, esa placidez con tantos frentes abiertos! ¡Con la que tienes encima… y debajo! Necesito probar tu remedio natural. Muy fan.

Lo primero que te toca afrontar es la moción de censura presentada por Podemos. Es el próximo 13 de junio, martes y trece, pero ni siquiera la fecha señalada por la superstición te pone nervioso, al contrario, te ríes de ella, como hicieron en su día Josema y Millán, jaté, porque alabaste el sentido del humor de Ana Pastor al elegirla… Ana Pastorsolo te faltó virar el ojo como Salcedo y exclamar: “¡Prrrrr, venga!".

Ese martes y 13 es también el día de san Antonio, santo al que le rezamos para que nos encuentre los objetos perdidos –es homólogo de san Cucufato–.  Pero no creo que tú vayas a rezarle por la presidencia perdida, estás sereno y confiado, seguro de que no va a prosperar. Lo afrontas como el que tiene que llevar al niño al dentista, sabes que va a gritar pero a ti, dolerte, no te va a doler…

Ni siquiera vas a defenderte. Te preguntaron los periodistas: “¿Va a replicar a Iglesias?” Y tú respondiste: “¿Replicar? Yo no replico a nadie” y continuaste andando, como cuando te abordan en el paseo marítimo para ofrecerte paella con sangría.

A finales de ese mes, o a principios de julio, te tocará ir a declarar como testigo en la comisión de investigación sobre la financiación ilegal de ese partido al que la oposición se refiere. financiación ilegalPero tampoco parece alterarte la cita.

Claro, el lugar al que tendrás que acudir es como tu segunda casa y quienes están allí, caras conocidas. Igual hasta te permites marcarte algún chascarrillo nuevo o repetir aquel “Joder, qué tropa”, que rescataste del Conde de Romanones, cuando bromeabas acerca de la tensión política no resuelta entre Alberto y Esperanza.

Días después, el 26 de julio, estás citado ante la sala de la Audiencia Nacional como testigo del caso Gürtel. El Tribunal no aceptó tu petición de hacerlo vía videoconferencia, argumentabas que el objetivo era “evitar el despliegue de recursos públicos”.

Juraría haberte visto caminando por calles empedradas, mezclándote con el paisanaje, a pecho descubierto, sin auto blindado, como aquel que estrenara en los ochenta Juan Pablo II, lo que vendría a ser un PPmóvil.PPmóvil. ¿Sí? Perdón, me dicen por el pinganillo que estabas en campaña.

Cuando tuve noticia de la decisión judicial, imaginé a un magistrado con la voz de Jorge Javier Vázquez: “La Audiencia ha decidido que debe abandonar la casa –de Moncloa para ir a declarar– (TENSIÓN MUSICAL) ¡Mariano!”.

Pero tú no lloraste desesperado como Fresita, ni juraste en arameo como Aída Nízar. Dijiste tranquilo: “Estoy a disposición de lo que digan los tribunales” y te imaginé silbando mientras sacabas tus pantalones cortos del cesto de la plancha y dejabas preparadas tus zapatillas de deporte, para recorrer los dieciocho kilómetros hasta el polígono San Fernando de Henares en modo Power walking, eso que de toda la vida se ha llamado caminar a toda leche.

Todo esto sucede en época de calores y tormentas judiciales. Manuel Moix recién dimitido porque el fiscal general del Estado no pudo evitarlo… se empeñó, se empeñó Manolo y, nada, oye. Resulta que el ex fiscal Anticorrupción es propietario del 25% de una sociedad ubicada en Panamá, paraíso fiscal e infierno del fiscal. A Moix se le cruzó en su camino por la senda de la anticorrupción la noticia que publicó un rico de apellido, la noticiasu homónimo Manuel.

La información de Manuel Rico, director de infoLibre, que Moix no quiso clarificar con su versión, fue la guinda de un pastel que había ido creciendo desde que vio la luz la Operación Lezo. Llevábamos tiempo tarareándole al fiscal:

♪ “Manué no te arrime a la paré que te va a llenar de cal, de cal, de cal”♪ “Manué no te arrime a la paré que te va a llenar de cal, de cal, de cal”

De todos es sabido que lo que haga el jefe de la Fiscalía Anticorrupción nada tiene que ver con el Gobierno, o sea, para nada… Pero los periodistas te preguntaron si confiabas en el fiscal Anticorrupción y tú, en lugar de decir “oigan y a mí qué me cuentan”, respondiste lacónico: “Sí”, sereno y contundente. No tiraste de un “depende” gallego o de un “Covfefe” Trumpero. Dijiste “sí”, cual presidente de club de fútbol que confirma a su entrenador. Horas después Moix pasó a mejor vida en el Supremo.

Hablando de tu homólogo norteamericano, el rubius de la White House ha anunciado que se pasa el Tratado de París por el Arco del Triunfo y los líderes europeos le han puesto a caer de un Appaloosa, Macron incluso se ha choteado de su lema electoral: “Make our planet great again”.

Consejeros y abanicos y viceversa. La letra con lipotimia no entra

Tú, en cambio, has respondido despacito –horas después que el resto–  y con mariana tibieza: “España mantiene su compromiso con el Acuerdo de París. EU seguirá liderando la lucha contra el cambio climático en la dirección correcta. MR”, nada de nombrar a esa persona rubia que te dio la mano en la cumbre de la OTAN.

Por todo esto, y por mucho más, necesito probar la valeriana mariana. Quiero aprender a afrontar la vida como tú, permanecer impasible ante las dificultades y no tener que doparme para hacer el cambio de armario. Nada me haría más bien que aprender de tu templanza, siempre más tranqui que un maestro de Shiatsu, impasible y relajado como turista en hamaca. ¡Presidente, dubidú, quiero ser como tú!

Tiembla, Luis Fonsi, ha llegado el auténtico éxito del verano y no es Despacito, lo canta Mariano Rajoy y se llama Tranquilito.DespacitoTranquilito

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