Muy fan de...

Cuarenta años después, ¿dónde está cada uno?

Hoy me he levantado en modo Cuéntame a causa de una nostalgia sobrevenida por esa conmemoración en el Congreso de los Diputados, cuarenta años de las primeras elecciones democráticas. “¡Coño, Merche, cuarenta añazos ya!”. Muy fan del paso inexorable del tiempo...

Celebrar aniversarios suele abocarnos a hacer memoria, nos entregamos a hojear álbumes de fotos, nombramos a los que ya no están, hurgamos en los recuerdos y repasamos anécdotas con esa condescendencia de la distancia temporal que convierte lo trágico en divertido: “¡Y cuando Santiago se puso la peluca para pasar a Francia, qué!” “Calla, calla, si se parecía a Puigdemont...”.

A partir de los cuarenta lo de cumplir años pierde gracia y gana amargura, así que te pones aguafiestas: “qué rápido va esto”, “ya no somos tan jóvenes”, “empezamos a tener más pasado que futuro”... Y además te sometes a una torturadora auditoría interna para preguntarte si has conseguido ser lo que soñabas, si has sido valiente o cobarde, honesta o indecente, si has mejorado o empeorado en el intento de evolucionar...

Entonces, cuando ves que estás a punto de deslizarte por la pendiente, te pones otro gin tonic, te enganchas a la conga del Despacito –en un intento absurdo por ralentizar el paso del tiempo– y te echas unas risas para no llorar...

En la fiesta de los cuarenta en el Congreso, al grito de “Viva España” y “Viva el Rey” se sumó un “Viva la democracia” en la voz de Iglesias, la de Pablo, claro, Julio habría gritado “¡Weah!”.

En efecto, era el cumple de una democracia imperfectacumple, esa que entonces no teníamos. ¡Menuda risa habría sido gritar “¡Viva la democracia!” en plena inauguración de “Pantanos Paco”, eh!

¿Pero, dónde estábamos entonces y dónde estamos ahora?¿Ha cambiado mucho nuestro papel en la historia? Esto último se lo preguntas al rey emérito y seguro que te contesta: “Sí, desde luego”.

En junio de 1977 el rey Juan Carlos de Borbón estaba a un mes de pronunciar el discurso de apertura de la Legislatura Constituyente en el hemiciclo. Felipe, su hijo de nueve años, estaría viendo Un globo, dos globos, tres globos en la tele de Zarzuela.

En junio de 2017 el rey Felipe VI estaba en el Congreso pronunciando su discurso. Juan Carlos de Borbón, vacío de orgullo y de satisfacción, estaría viendo la fiesta por la tele y pillándose un globo, dos globos y tres globos, que no quiso ocultar. Me lo imagino tarareando entre dientes:

“No tengo trono, ni Reina, ni nadie que me comprenda...pero sigo siendo el Rey” 

En todo este tiempo se han producido otros cambios sorprendentes. Dos de los casos más llamativos de transformación son los de Rato y Pujol.

– En junio de 1977 Rodrigo estaba a dos años de ingresar en política como candidato de Alianza Popular por Cádiz y a veinte de ser papá... del milagro económico.

– En junio de 2017 Rodrigo está fuera del PP y a diez minutos de ingresar en prisión, o no... pero méritos no le faltan. Rato acumula 14 delitos económicos en distintos procesos judiciales. Ya ha sido condenado por la Justicia en el caso de las tarjetas black y por el mundo de la moda en el caso del bañador amarillo sin forro.

– En junio de 1977 Jordi, cabeza de familia numerosa, recién elegido diputado por Barcelona, estaba a tres años de ser el honorable presidente de la Generalitat durante casi un cuarto de siglo.

– En junio de 2017 Jordi, el exhonorable, es cabeza de familia imputada por supuestos delitos variados de cohecho, tráfico de influencias, delito fiscal, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación y falsedad.

¿Y quién le iba a decir a Felipe González, el joven socialista que en 1977, en el hemiciclo, se fumaba un puro charlando con Manuel Fraga –como inmortalizó Marisa Flórez con su cámara de fotos–, que en 2017 estaría prohibido fumar en el Congreso y que no cruzaría ni un saludo con un tal Pablo Iglesias?

¿Y quién le iba a decir a Mariano Rajoy en 1977, cuando Manuel Fraga decía en su mensaje electoral aquello de “somos una fuerza populista”, que en 2017 el “populismo” iba a ser el reproche que más utilizaría un Mariano presidente contra sus opositores?

¿Y quién iba a decirle a Montoro en 1977, recién licenciado en Económicas, que en 2017 sería ministro de Hacienda reprobado por el Congreso, a causa de su amnistía fiscal inconstitucional?

Podríamos seguir añadiendo preguntas y acabaríamos cantando por Rubén Blades:

♪ “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”

Algunas son muy buenas, reconozcámoslo. En 1977 tuvo lugar en Barcelona la primera marcha para reivindicar los derechos de gays y lesbianas, organizada por el FAGC. Esta mani, en aquella España en blanco y negro, tuvo como toque de color a “los grises” para dispersar a los maleantes...

Nuestros delitos playeros

En 2017 las calles de otra ciudad española se han llenado de carrozas, de fiesta y de orgullo. Madrid sede de la manifestación más multitudinaria y colorida del mundo a favor de la igualdad, el respeto y la libertad.

Es lunes, toca atender las obligaciones y dejar a un lado la nostalgia porque, como dice el pragmático filósofo Montoro, “la vida sigue”.

Pero, a pesar del largo camino que queda por recorrer, con y sin carrozas, el World Pride 2017 ha cumplido felizmente la profecía de Alfonso Guerra, a España no la conoce ni la madre que la parió. Un arco iris para Pedro Zerolo.

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