Cobarde con causa

El rey de los toisones

Juan Herrera

La monarquía es una forma de gobierno, basada en la ginecología, de la misma manera que la peluquería es una actividad basada en el pelo. Desde siempre, los ginecólogos,  los obstetras, los urólogos y demás especialistas en la reproducción humana han tenido muchísimo predicamento entre las casas reales. La obsesión por la reproducción ha sido el capítulo clave de la vida cortesana a lo largo de la historia. No es de extrañar, pues la afición de muchos reyes por las “monterías”. De hecho, la condecoración más importante de la Corona Española es “La Orden del Toisón de Oro”, condecoración que según la leyenda, une a la monarquía con la peluquería.

Cuenta la leyenda que Felipe III de Borgoña, fundador de la Orden del Toisón de Oro, era tan aficionado a las “monterías” que, para guardar el recuerdo de sus numerosas amantes, guardaba guedejas del vello púbico. Para coleccionar estos “vellos” recuerdos, se inventó una cajita de oro, con la sugerente forma del órgano sexual femenino, coronada por una piel de cordero. Escandalizada por tales prácticas, su tercera esposa, Isabel de Portugal, le hizo jurar eterna fidelidad y, para solemnizar el compromiso, el duque de Borgoña instituyó la Insigne Orden del Toisón, en Brujas, en 1430. Algunos autores identifican la forma del “toisón” de la condecoración con el de su mantenida, María van Connenbrugge.

Con estos antecedentes, no es de extrañar la afición por los “toisones” del rey Juan Carlos, emparentado con los  Habsburgo. Lo realmente curioso es que la contabilidad de estas actividades “extraescolares” de nuestro viejo rey no la haga ni el Tribunal de Cuentas, ni Jaime Peñafiel, ni algún posmoderno Marqués de Santillana. Lo sorprendente de la situación actual es que la prolija y exhaustiva contabilidad del “toisonísmo” del viejo monarca la haga un soldado, el señor Martínez Inglés, don Amadeo, paracaidista, que no zapador, del Ejército de Tierra.

Julios en agosto

El Sr. Amadeo desconoce, seguramente, que una de las exportaciones más rentables de España a lo largo de la historia, además del aceite y el vino de Jerez, son los tópicos. España es la creadora y exportadora de dos mitos universales: Carmen la de Ronda y Don Juan Tenorio. Por encima del Quijote, don Juan y doña Carmen siguen vivos y pimpantes en todos los escenarios del mundo. Le pese o no al señor Amadeo, don Juan Carlos, el rey de las presuntas “5.000 amantes”, de ser ciertas, no ha hecho otra cosa que cumplir con su misión: velar y sacrificarse por el mantenimiento del mito más español.

Tener cinco mil amantes no es un trabajo sencillo. Afirma el militar en su libro de contabilidad sexual que hubo épocas en donde don Juan Carlos simultaneaba diez amantes. Casi un equipo de fútbol. No es difícil imaginar que en medio de las tensiones de la Transición habría días difíciles días con problemas, con presiones, pero el rey,consciente de su responsabilidad, tenía que mantener el pabellón en alto delante de sus diez amantes.

España le debe mucho a sus borbones. Alfonso XIII fue productor de cine porno. Don Juan Carlos, un don Juan con todas las letras.

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