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Plaza Pública

Moción de censura al régimen

Gloria Elizo

Ha pasado. El régimen se despierta y ha pasado. Tarea de psicóticos, el régimen escribe una y otra vez su realidad paralela. Podemos se hunde, Ciudadanos adelanta a Podemos, Podemos perdió un millón de votos, la moción de censura hunde a Pablo Iglesias… En sus telediarios, sus periódicos, sus tertulias... El régimen escribe y escribe. Pero ha pasado. La olímpica alternancia de PP y PSOE, con su pequeño teatro de variedades, comisiones previsibles y grupos mediáticos patrocinados por el IBEX, ha sido rebasada.

De nada vale añorar aquellos tiempos en los que el régimen mandaba cambiar la Constitución una tarde de verano y los ciudadanos no tenían siquiera capacidad de opinar.

¿Dónde está esa sociedad que se llevaba de la mano desde La Internacional a la OTAN sin despeinarse? ¿Dónde está la gente que escudriñaba su hipoteca en yenes mientras liberalizaban el suelo, la que aún creía a los expertos que llamaban modernidad a privatizar todas las empresas del país, progreso a acabar con los derechos de los trabajadores e inversión a las preferentes?

La gente ya no obedece. Los jóvenes son los peores. Desde el 15M todo han sido problemas. Los banqueros ya no se mueren preocupados por quién heredará su barrera de sombra, se mueren preocupados por la existencia de Podemos. Es un peligro. Hay que cambiar a esos inútiles que no lo vieron venir. La gente ya ni siquiera hace lo que le mandan las encuestas. ¡Con lo guapo y joven que era ese muchacho, elegante, fibrado, sonriente y bancario! Y lo bien que recitaba las frases de Podemos… aunque se le notara un poco que estaba pensando en Bilderberg y en el palco del Real Madrid. En fin, otro inútil.

En un movimiento desesperado, el régimen decidió salvar los muebles, amortizando a Rajoy y apostando por ese muchacho alto, con currículum de tonto útil y sonrisa de anuncio. El chico de La Caixa apoyaría. Y los de la coleta tendrían que elegir entre darle el gobierno a Ciudadanos o aguantar a todos sus opinadores diciendo que habían impedido un gobierno diferente.

Pero ni Rajoy estaba dispuesto a que le incumplieran, ni los de la coleta habían llegado hasta ahí para darle el gobierno al programa económico de Albert Rivera. Pedro Sánchez dudó. Podía elegir entre desobedecer a sus patrocinadores y prepararse para una batalla campal —que seguramente perdería— u obedecer a quien le pedía hacerse el harakiri a cambio de un buen puesto en un consejo de administración.

Guarden en su memoria aquella entrevista con Jordi Évole. Está destinada a desaparecer de la historia oficial. La opinión pública de este país va a pasar a la posverdad sin haber llegado a conocer la verdad. Esa que vimos en la entrevista de Pedro Sánchez con Évole. Fueron directamente el principal grupo de comunicación privado de este país y la principal empresa privatizada del Ibex 35 quiénes impidieron a Pedro Sánchez gobernar si no era bajo la tutela de Ciudadanos, de Garicano, del Ibex y de Cebrián.

El resto es conocido. Nuevas elecciones que no cambiaron nada. Tan pocas cosas cambiaron que el Régimen se cansó de jueguecitos. jueguecitos Rajoy y los que mandan se perdonaron pronto. Él prometió que nada iba a cambiar en impuestos, reforma laboral o subvenciones. Ellos aceptaron un programa de gobierno con apenas dos medidas: seguir suscribiéndoles deuda pública también para pagar a los seis diputados que le permitirían estar cuatro años y –muy importante- acabar por tierra, mar y aire con todas aquellas instituciones, jueces, fiscales, funcionarios o periodistas que investigan la corrupción en España, para establecer por fin una segura y plácida situación legal de impunidad definitiva para corruptores y corruptos. El acuerdo fue rápido. Por lo demás a Albert le ordenaron parar de decir cosas de Podemos y ponerse a la orden de Rajoy; y a Pedro Sánchez lo mandaron… a la calle. Con ese desprecio cínico que siente el coronel hacia el soldado que en el último momento se niega a llevar a cabo una misión suicida.

Pero ha vuelto a pasar. Da igual si fue estrategia o convicción, Pedro Sánchez volvió empujado por unos militantes que no quieren que Rajoy gobierne. Hartos de que se les use como lubricante de las puertas giratorias de unos barones que llevan décadas mercadeando sus votos con el régimen. Militantes que ya no obedecen ni a El País ni a Atresmedia. No sé dónde vamos a parar.

Así que Pedro Sánchez, otra vez te toca elegir. En política rara vez hay una segunda oportunidad. Piénsalo bien. O se hace caso al Ibex —y tú sabes cómo se las gastan— o se hace caso a la militancia de tu partido —que no te va a rescatar dos veces—. A esos que han confiado en ti para revertir de verdad las políticas del Régimen y que gobiernes para la mayoría, los que creen que vas a limpiar la montaña de la corrupción que ha acumulado el bipartidismo en su tripas, cuyos eccemas son cada vez más difíciles de maquillar, los que esperan que te mojes.

Es verdad que tu victoria te permite también ponerte cómodo en el sillón, pelear de vez en cuando a la interna, criticar muy enfadado a Rajoy, demonizar a los populistas —¿te acuerdas cuando no podías pronunciar siquiera el nombre de Podemos?— y tratar de ser cada día un poco más fiable, amable, razonable e institucional, tapando lo que hay que tapar, y pactando de vez en cuando —solo de vez en cuando y por detrás— las cosas que de verdad importan a los que mandan.

Así que Pedro Sánchez, tienes que elegir. O el cambio que quieren tus militantes… o el aplauso unánime de la prensa del régimen camino del Club de Bilderberg y el consejo de administración. Ten en cuenta, eso sí, que los 90.000 millones de euros que dice la CNMC de la corrupción y la impunidad son el reverso de los recortes, de las privatizaciones, de la mala gestión de los recursos públicos mientras el 70% de los jóvenes de este país entre 18 y 35 años o están en paro o en situación de precariedad laboral. Ni esos, ni sus padres, ni siquiera alguno de sus abuelos, te van a aplaudir.

Ten en cuenta, eso sí, que la hora de la verdad, ningún partido político estatal ha sido capaz de ponerse al lado de Podemos para investigar la corrupción en España. Lo acabamos de ver en la Comisión de Investigación del Ministerio del Interior mientras la cloaca policial ampara, sin importarle un bledo la legalidad, a los más poderosos de este país en sus operaciones de corrupción y posterior blanqueo. Tenemos fiscales anticorrupción con empresas en paraísos fiscales, periodistas que fabrican noticias al dictado de comisarios político, organizaciones opacas que venden querellas ante jueces y fiscales que cobran de la organización criminal. Y hay mucha, ¡mucha!, gente honrada en este país, muchos jueces, fiscales, funcionarios, periodistas, taxistas, parados y fontaneros hartos de que se rían de ellos mientras les roban en la cara.

Así que Pedro Sánchez, tienes que elegir. Y por primera vez en mucho tiempo en el partido que diriges, la decisión egoísta es la más honesta: romper con el pasado. Regenerar el Partido Socialista Obrero Español. Romper con el nombramiento del comisario Villarejo, con la creación de la UDEF, con el comisario Oliveira, con el marido de Cospedal, con el lobby judicial de Schola Iuris, romper con lo de Mauricio Casals y con lo de Antonio Navalón, romper con Cebrían y con González, romper con La Trama, romper con la zanahoria y romper con el palo. Y empezar un tiempo nuevo.

Algunos esperábamos una intervención clara en la aprobación de los presupuestos por parte de Pedro Sánchez, tenía la legitimidad democrática para hacerlo, quizá una llamada al diputado Quevedo manifestando la imposibilidad de aceptar unos recortes de 5.000 millones de euros y la continuidad de la política de precariedad social… hubiera sido un gesto responsable, hubiera sido pasar de las palabras a los hechos.

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Ya no hay más equidistancia ni más plazo. O estás del lado del régimen, de la cloaca, del Ibex 35, de la impunidad, o estás del lado de la mayoría social de este país. Presenta una moción de censura. Te demostraremos que no sólo los votantes de Podemos, no sólo Pablo Iglesias, los diputados y diputadas del Grupo Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea NO somos tus adversarios. No lo dejes para mañana.

No intentes apaciguar de nuevo al régimen moribundo que te detesta sólo porque un día te atreviste a decir la verdad. Haz valer el compromiso de aquella entrevista con Évole. El compromiso con tus votantes. El compromiso ante los militantes que te votaron. Ni tú, ni este país pueden esperar más. _____________

  * Gloria Elizo es diputada de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y vicepresidenta cuarta de la Mesa del Congreso de los DiputadosGloria Elizo 

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