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Contemplando los desajustes me resulta evidente que para el nacionalismo españolista (con PP, VOX y C's como movilizadores) el recurso, utilizando a la fiscalía, al uso de los tribunales (nada menos que AN y TS) para anular el juego político es el peor de los destrozos causados a nuestra sociedad y a la velita titilante de nuestra democracia.
Lo terrible es que mientras ese ultranacionalismo vea que no hay alternativa coherente y firme, se sigue creciendo pretendiendo ocupar todo el espacio visceral anulando el espacio racional para la acción política.
El ultranacionalismo PPVXCS gobierna y utiliza, mientras que el nacionalismo catalán apenas va más allá de expresar una voluntad en la calle del orden de la mitad de la población. Un juego muy peligroso bajo una perspectiva democrática.
Creo que el surgimiento de nuevos estados en el espacio europeo es absurdo e irracional, en especial cuando al final solo hay una diferencia de lengua. El problema no es un gobierno catalán independentista. El problema es entre ultranacionalismo y racionalidad de un estado plurinacional. Cuando PSOE asumió las tesis ultranacionalistas (con los cavernosos González, Guerra o de ciertos baronas/es) imcluido el desarrollo mariano del 155, sin rechistar, España perdió la opción política.
La cuestión ahora es qué o quién levantará de nuevo la bandera de la democracia y la multinacionalidad. Es fácil dejar en prisión a "los cabecillas" lo difícil es sacarlos de prisión en una reivindicación de democracia y muntinacionalidad. Y no hay líderes en la baraja ni en el horizonte con valored y programas suficientes para hacerlo.
Los acontecimientos han desbordado de tal manera a jarrones y momios/as socialistas que en realidad llevan a las viejas siglas al precipicio. Los emergentes de los movimientos del 15M se atragantaron con las posibilidades que tenían entre manos y ahora es un lío mayúsculo que organicen con otros un programa común y fiable.
Creo que más allá del independentismo catalán, el problema grave para España es la carencia de la visión consistente, programática y razonada de una España plurinacional (federada o no) y común. No hay actores actuales o previsibles capaces.
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Buen artículo aunque omite que el Derecho fue una creación de los poderosos para evitarse cruentas rencillas. Y como tal es un arma del poder. Nos vende la falsa imagen de que el Derecho es la encarnación de la justicia, cuando realmente es una de las formas de afrontarla. Si el Derecho fuera realmente ecuánime e imparcial y la justicia realmente ciega, el señor Urdangarín (por poner un ejemplo) estaría en una prisión española. El Derecho ni siquiera tiene que ver con la ley en el sentido de que interpreta esta última y en manos de jueces poco "honestos" (en el sentido de que la aplicación de las cuatro virtudes cardinales no las hacen desde la recta interpretación del bien común sino desde la valoración de su propio beneficio o el beneficio de los suyos) puede ser un arma formidable (por temible) para acogotar los movimientos de transformación social. De hecho las dictaduras también tienen sus leyes y su corpus de Derecho, que utilizan así mismo al antojo del juez, en el sentido más corporativo de la palabra. Podríamos hablar acerca de la formación del juez, y de si el "cursus honorum" que siguen actualmente se ajusta a una carrera de honores de verdad. Y no es sólo un problema de España. Hay muchos países de nuestro entorno en los que los jueces son nombrados directamente por el ejecutivo, especialmente los jueces cuyas sentencias tienen una especial trascendencia. Nos han vendido un mundo falaz, en el que creemos porque de otro modo la convivencia sería difícil, pero eso es lo que debería llevarnos a seguir luchando por otro mundo, por otras utopías. A veces con desánimo, muchas con renuncias y algunas con indignación y acción. Y fortaleciendo la acción para que se fuera convirtiendo en mayoritaria.
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Se ruega usar el castellano en lugar del "deja vu" poner regreso al pasado, que lo entiende todo el mundo.
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Ocultar 1 RespuestasNo es lo mismo. El efecto "dejà vu" es un efecto científicamente descrito de una paramnesia del reconocimiento. Significa que crees haber vivido algo sin que realmente se haya vivido, un recuerdo de algo nunca sucedido. Desgraciadamente se usa mucho en el sentido de regreso al pasado. El pasado se vivió, no se imagina o reconstruye como el efecto "dejà vu".
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
PP, VOX y Cs (los ultranacionalistas españoles) siempre han perseguido situaciones como la actual. Que no haya debate político sobre naciones, nacionalidades y estado plurinacional, simplemente porque tendrían debates y razonamientos perdidos. Utilizando la vara de castigar de los tribunales (AN, TS, ...) no puede discutirse cuestiones generales en los tribunales.
El problema grave es que los no ultranacionalistas han asumido las prácticas y actuaciones ultranacionalistas de forma suicida para nuestra democracia. Los ultranacionalistas nos han llevado al terreno que querían. Rajoy ha conseguido hacer triunfar sus objetivos. El resto del espacio político le ha seguido el juego.
Solo si los no ultranacionalistas (¿quién ha dicho que la ectrema derecha no gobierna en Europa ya, en concreto en España?) afrontan recuperar el terreno de lo racional y razonable y traen de nuevo la política a la escena, dejando a los tribunales en la que debe ser su esfera, reducida y exclusiva, podremos volver a redpirar un aire más colectivo, democrático y justo. Y de veras que cada vez lo necesitamos con más urgencia.
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