Plaza Pública

Seis claves sobre el Frente Nacional

1. Hacer de la necesidad virtud.

Esta es la conclusión que ha planteado Casado a los coroneles del PP en una elemental lectura sobre su irremediable descenso electoral, por su nivel de corrupción e incapacidad para regenerarse, lo que les lleva a tener que buscar los acuerdos a tres bandas, con Ciudadanos y Vox para garantizarse el gobierno en las instituciones tras las próximas elecciones municipales y autonómicas. Pensando, además, que esa fórmula será imprescindible –aunque confío que no suficiente– para intentar la formación de un Gobierno en España que dependería de la formación de ultraderecha.

2. Blanquear a Vox.

Pero esta estrategia les obliga a blanquear a sus socios de Vox, los españoles homólogos de Le Pen y Salvini, entre otros. Hacerlos más presentables, negando su condición de ultras y afirmando que son una fuerza constitucionalista (?) –algo que Casado niega al PSOE– cuando los de Abascal defienden un proyecto contrario a las libertades individuales, a la igualdad de género, al sistema de autogobierno de los Territorios, ejercen de xenófobos y profesan el nacional-catolicismo como los franquistas.

Los pocos centristas del PP que no hayan abandonado ya el barco tendrán que tragar este veneno. Y los dirigentes de Ciudadanos, que nos intentaron hacer creer que eran los abanderados de la regeneración, montan un teatro con Marín en Andalucía para esconder sus vergüenzas en una ceremonia de confusión. Por eso, PP y Cs necesitan disfrazar a Vox como un simple partido populista e incluso llegan a compararlo, en el otro extremo, con Podemos.

3. Pactos del Frente Nacional en cadena.

En Génova ya han hecho cálculos y saben de la necesidad imperiosa de acelerar al engendro de pacto en Andalucía donde accederán al Gobierno gracias a los acuerdos con Abascal. Ante el previsible escenario de acuerdos de fuerzas progresistas en las elecciones municipales y en buena parte de las comunidades autónomas (salvadas las excepciones de aquellos territorios en los que algún antiguo barón sienta la tentación de entenderse con los coroneles), las derechas preparan el camino del Frente Nacional: por la unidad de España y la involución en la agenda social. En la mayoría de los casos lo harán con total convicción y comunión y en otros por pura supervivencia.

4. Ciudadanos al desnudo.

Quien va a desnudarse de nuevo para exhibir las contradicciones de su proyecto será Rivera, quien en un corto viaje pasó de ser un partido anticatalanista, a aliarse en las elecciones europeas de 2009 con un partido de extrema derecha (Libertas), para luego declararse “socialdemócrata” y acabar despertando en su último congreso como una fuerza liberal españolista. Todo un recorrido por el mapa ideológico a la velocidad del más puro oportunismo y al amparo de notables poderes económicos.

Pero ya han salido del armario para mostrar su auténtica condición de partido que basa su identidad en un proyecto neoliberal y en una concepción rancia y viejuna de España en la que el monotema catalán y la aplicación del 155 es su mayor banderín de enganche.

5. Aznar ha vuelto.

De todo este cambalache surge, para las derechas, un nuevo escenario provocado por la salida de Rajoy y Saenz de Santamaríaa. El triunfador es Aznar y la doctrina de la FAES en la que beben los tres líderes de la derecha. El hábil Aznar, el escurridizo máximo responsable del PP en la etapa de gestación de buen número de tramas de corrupción, ha sabido situar a sus peones al frente del monstruo de las tres cabezas. Ahora su objetivo es recomponer la santa unidad de la familia; la política y la tradicional.

6. Movilización de la izquierda frente al riesgo de involución.

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No se trata de permanecer como estatuas de sal lamentándonos de la que se está preparando como si no hubiera nada que hacer y como si no tuviéramos alguna responsabilidad en la situación creada. Por ello, desde el PSOE, Podemos, otros grupos progresistas y colectivos ciudadanos debemos de hacer los deberes. Me refiero a estrechar la colaboración sin perder cada cual su propia identidad, y en mentalizarnos de que los gobiernos de coalición serán necesarios para afianzar una nueva cultura política en la que la lealtad a un programa en defensa del interés público, el reconocimiento a la diversidad en la izquierda y la capacidad de llegar a acuerdos transparentes serán imprescindibles.

Estas líneas de conducta harán posible la recuperación de la ilusión democrática por frenar la involución en políticas sociales, regeneración y organización territorial que hoy nos amenaza. Solo del entendimiento podrá surgir la recuperación de la confianza por parte de una mayoría social que se disponga a participar en las tareas de elaboración de programas y asunción de compromisos para las elecciones de mayo. Y, en definitiva, una gran movilización cívica ante la cita de las urnas. Porque de nada servirá llorar al día siguiente si no conseguimos que, de una manera consciente y sin pinzas en la nariz, la ciudadanía vaya a votar y aseste una derrota sonada al Frente Nacional de las derechas. ______Odón Elorza es diputado Socialista por Gipuzkoa y Secretario de Participación y Transparencia de la CEF del PSOE.

Odón Elorza

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