Plaza Pública

Los discursos de Ayuso

José Antonio Martin Pallín

La actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha tenido la oportunidad de pronunciar tres discursos durante el periodo que ha durado su segura y previsible nominación para gobernar a los madrileños durante cuatro años. Todo ha transcurrido según el guión. Algunos medios de comunicación y muchos comentaristas han tratado de darle emoción e incertidumbre hasta el último minuto, esgrimiendo la inflexibilidad del programa de Vox como si no supiesen que la extrema derecha nunca será un obstáculo para la derecha extrema. Todo ha terminado con un final feliz que es lo que corresponde entre la gente de orden.

En sus parlamentos llama la atención la forma porque el contenido era el esperado. El tono de los discursos no tiene precedentes en la historiografía de la oratoria parlamentaria. Si se hubiera presentado a un casting, la hubieran rechazado a los cinco minutos. Todo estaba escrito por lo que hubiera sido más impactante y eficaz un karaoke. Hasta aquí la anécdota, ahora nos espera la cruda realidad que se avecina si se cumplen sus tenebrosos anuncios.

El mensaje de los “liberales” españoles, en versión aznariana, (copyright Wyoming), cada vez se parece más al milagro de los panes y los peces, según las diferentes versiones de los cuatro evangelistas. Bajar los impuestos para estimular el mercado. Es fácil descubrir el truco, nada de impuestos sobre la riqueza, adquirida o heredada, incidiendo solo sobre el consumo. Ante la cesta de la compra todos son iguales, los que viven por sus manos y los ricos, como dijo Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre. Hay que reconocer que la propuesta es coherente y que ha predicado con el ejemplo; para empezar, ha eliminado su IBI y esperamos que no cejará en su empeño, hasta que nadie lo pague.

Pero vayamos a los detalles. De entrada una frase para la eternidad: ”Voy a realizar la bajada de impuestos más importante de la Historia”. Por lo visto vivíamos bajo una presión fiscal insoportable, que habían mantenido insensatamente sus predecesoras, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, con el interregno de Ignacio González, por cierto, todos ellos, bajo la lupa observadora de la Fiscalía Anticorrupción. Parece ser que optaron por la timidez impositiva y no bajaron los impuestos como debieran. Todavía hay margen para su eliminación definitiva.

La justificación "liberal", que no es de su cosecha, no puede ser más tramposa y embaucadora. “”El dinero está mejor en los bolsillos de los españoles”. La frase me recuerda el título de una famosa película italiana, Il pugno in tasca de Mario Bellocchio (Las manos en el bolsillo), pero cerradas, para que no se escape el poco dinero del que se dispone para la supervivencia o un cierto bienestar.

El que “disfruta” de un salario cercano a los mil euros bastante tiene con cerrar el puño para salvar la escasa renta que les queda después de hacer frente a los gastos indispensables para la vida cotidiana. Los que tenemos una capacidad económica más desahogada, tendremos un poco más de dinero a costa del empobrecimiento de las arcas públicas.

Los que disfrutan de una situación económica privilegiada, ya saben, hace tiempo, que el dinero nunca debe estar en los bolsillos sino en los paraísos fiscales, en cuentas opacas, en cajas B e incluso en negocios fraudulentos. Si deciden quedarse con parte de su dinero para proporcionarse una buena vida, disponen de los juegos de magia de la ingeniería financiera y tributaria, para pagar lo menos posible.

Cuando era niño veía a los feriantes que acudían a la compra y venta de ganado, con las manos en los bolsillos, apretando un fajo de billetes enrollados y sujetos con una goma. Si querían la vaca, tenían que sacar la manos y el dinero de sus bolsillos para entregarlo al vendedor.

La película de Bellocchio nada tiene que ver con cuestiones sociales o económicas, que eran las preferidas por el neorrealismo italiano. Sin embargo me parece ilustrativa para descifrar hacia dónde nos llevan los mensajes "liberales" a la española. Narra la historia de una familia acomodada que vive de las rentas y ante el problema que plantea convivir con una madre ciega y un hijo desequilibrado, el hermano que llevaba las riendas del complejo familiar decide que la mejor manera de hacer frente a una situación incómoda y a un gasto superfluo es exterminarlos de forma elegante.

Pero volvamos al milagro de los panes y los peces. Según los Evangelios, Jesucristo después de un sermón, dio de comer a 5.000 personas con sólo cinco panes y dos peces. Algún cura al que se le cruzaron inconscientemente los cables y sobretodo varios iconoclastas descreídos, corrigen la versión evangélica sosteniendo que el verdadero milagro hubiera sido que siete personas se comiesen 5.000 panes y 5.000 peces. Más o menos lo que propugnan los liberales según el catecismo que les sirve de guía espiritual y económica. No cuesta nada hacer grandes promesas, ofreciendo bienes, servicios y bienestar general, manejando mágicamente, los escasos ingresos públicos, para satisfacer a millones de ciudadanos y ciudadanas.

Díaz Ayuso no se ha apartado de la ortodoxia que marca el catecismo liberal. Veamos alguna de sus promesas. Ha prometido que sus políticas se van a centrar en la familia. Se supone que no sólo en la natalidad sino en la prestación de servicios sanitarios o de salud suficientes, colegios gratuitos y residencias para los miembros de más edad de las familias. También se va a preocupar de los autónomos, como todo mundo sabe, normalmente también tienen familia y necesidades elementales que cubrir. Ha prometido, realizar grandes infraestructuras. En las siguientes intervenciones, nos reveló el milagro. La gran infraestructura no es otra cosa que el llamado plan Chamartín o Madrid Norte, ya planificado hace años, que se nos exhibe como un moderno y actualizado cuento de la lechera. Más factible, me parece sugestionar a los noctámbulos, con la ampliación del horario del metro.

Que sepamos, no ha puesto objeciones a varias de las propuestas de Vox, el socio imprescindible para mantener el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, la derogación de algunos artículos de la ley LGTBI, repatriar a los menores no acompañados, ignorando que el cumplimiento de la Declaración de los Derechos del Niño, viene impuesto por la Constitución. Por supuesto, es mucho más complejo y difícil, porque puede tener repercusiones desfavorables para los ciudadanos españoles, pasar la factura de la asistencia sanitaria a los países de origen de los emigrantes que se encuentran en situación irregular.

Pero lo más alarmante y además incompatible con el liberalismo consiste en solicitar de los colegios públicos, se supone que confían en la educación concertada impartida por las órdenes religiosas, los programas de los talleres de formación en determinadas materias. Me imagino que será en lo relativo a la educación en la igualdad de sexos o posibles posiciones sobre el aborto, la eutanasia o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Esperamos con impaciencia, no sin cierto desasosiego, cómo se van a multiplicar los reducidos fondos recaudados por el erario público para atender, con arreglo a los cánones y exigencias de un Estado social y democrático de derecho, todos los compromisos y obligaciones que impone la Constitución en materia de derechos económicos, sociales y culturales.

Pero lo más asombroso se lo reservó para el final. Nos va a devolver la libertad. Muchas gracias Sra. Ayuso, no sabía que la había perdido. ___________________

  José Antonio Martin Pallín es magistrado emérito del Tribunal Supremo y miembro de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra).

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