11N: cómo combatir la epidemia ultra

Los resultados del 10N me llevan a expresar una reflexión a la vista del peligroso escenario político en el que nos encontramos para profundizar en una democracia social y garantizar la compleja gobernabilidad. Los riesgos para la estabilidad política se han ido acrecentando según avanzaba la campaña electoral.

La basura mental y las proclamas de la extrema derecha en España están contagiando a otras derechas que han blanqueado al partido neofascista Vox, ahora con 52 escaños, por medio de pactos y con la aprobación de propuestas ultras en diferentes instituciones.

Su ideario también puede llegar a penetrar, a la vista de las experiencias europeas, en capas populares de la sociedad aprovechando que vivimos en medio de una tormenta perfecta que favorece  el estallido de los populismos nacionalistas. A base de intoxicaciones, datos falsos y errores de gestión por parte de las instituciones de gobierno, la epidemia ultra podría ir calando en una parte de quienes precisamente padecen situaciones de precariedad y sufren las incertidumbres y amenazas de la globalización.

Me refiero a las consecuencias de la crisis económica en las clases medias y trabajadoras, el empleo precario, las diversas formas de exclusión social, los problemas de financiación del sistema público de pensiones, los efectos de la revolución tecnológica en el mercado laboral, el fenómeno de las migraciones, el conflicto político provocado por el secesionismo y la incapacidad de la política de buscar salidas... así como la violencia callejera en Cataluña que alimenta un nacionalismo español, la toxicidad de los discursos antisistema y antipolíticos, etc.

La respuesta ha de tener un componente ideológico que se traduzca en la defensa de los valores de una democracia avanzada y en la aplicación de una política de izquierda que resulte creíble y posible desde el potencial redistributivo de los Presupuestos del Estado. Por ello, le corresponde al PSOE desarrollar, sin miedo, los compromisos que contempla su proyecto socialdemócrata renovado y situado a la izquierda. Hoy el combate contra una sociedad dual y de exclusiones no puede ceder ante la llamada a la moderación.

Se trata de hacer realidad la redistribución de la riqueza aprovechando mejor la vía fiscal, abriendo la democracia a la participación y la rendición de cuentas, dialogando en la búsqueda de la cohesión territorial y acometiendo las reformas que permiten transformar un sistema económico-financiero desregulado y cada día más injusto.

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Ahora es más necesaria que nunca esa lucha contra la desigualdad y el ideario fascista.

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Odón Elorza es diputado electo al Congreso por Gipuzkoa del PSE-PSOE.