Plaza Pública

La crisis humanitaria en Yemen y el nuevo Gobierno progresista

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la primera sesión de control al Ejecutivo en el Congreso tras el fin del estado de alarma.

Isa Ferrero

Durante estos meses, hemos podido ver una campaña de acoso y derribo al Gobierno que ha tenido como objetivo limitar la posible agenda reformista del nuevo Ejecutivo del Partido Socialista y Unidas Podemos. Este ataque incluye a muchas personalidades de la extrema derecha de este país, pero también a mucha gente del Partido Socialista que habría preferido mil veces un pacto con Ciudadanos. Rápidamente, se piensa en Felipe González y su vieja guardia.

En esta campaña, pudimos comprobar ataques constantes a la izquierda de este país. Estos ataques eran transversales y englobaban al feminismo –por la manifestación del 8 de marzo– y a Podemos, al que se responsabilizaba injustamente de las muertes en las residencias tal como informó infoLibre en su momento. Pero también, pudimos comprobar que esta campaña pretendía camuflar todo el daño que el neoliberalismo había causado en España demonizando a Podemos. Qué curioso que durante todo el siglo XX hemos podido ver continuos episodios macartistas siempre que la izquierda ha alcanzado algo de poder. Como decía Mark Twain, "la historia no se repite, pero rima".

Sin embargo, el nuevo "gobierno socialcomunista" –como suele repetir cansinamente la derecha voxiana– está siendo responsable de ciertas políticas intolerables para un ejecutivo que se considera de izquierdas. Esto no ha sido denunciado por la derecha en este país, simple y llanamente, porque es el mismo error que cometió Mariano Rajoy en su momento: seguir comerciando con el principal responsable de masacrar Yemen, Arabia Saudita.

Tanto el PP, como el PSOE, a pesar de la abrumadora evidencia que las ONG iban recogiendo, han seguido defendiendo y apostando por negocios que juegan con la vida de inocentes. Desde que la Coalición encabezada por Arabia Saudí decidió intervenir militarmente en Yemen, el país vive una constante tragedia. La situación no ha hecho más que empeorar, pese a que todos hemos podido escuchar que el país vivía la peor crisis humanitaria del mundo. Actualmente, cuatro de cada cinco personas necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir, el sistema sanitario está al borde del colapso –imaginen lo que puede provocar el Coronavirus– y han muerto más de 250.000 personas según la estimación más seria hecha hasta el momento.

Es evidente que Vox representa lo que representa. Pero es necesario que esa pregunta de alguna forma vuelva a la izquierda y nos preguntemos, ¿qué representa el PSOE? El pasado 29 de junio lo pudimos ver muy bien. Todo ocurrió en la comparecencia de la secretaria de Comercio, Xiana Méndez Bértolo, en la que pudimos comprobar que el nuevo Gobierno de "izquierdas" seguía comprometido con la venta de armas a uno de los países más extremos y autoritarios del mundo. Un país que no tuvo reparo en someter a un bloqueo por tierra, mar y aire, que perseguía matar de hambre y de enfermedades a los yemeníes. Un país que no tiene reparos en mandar descuartizar a periodistas como todos pudimos comprobar con Jamal Khashoggi, un país que somete y oprime salvajemente a la mujer y un país que financia una versión del islam que crea canteras de yihadistas que luego recibimos de vuelta en forma de atentados terroristas.

Pues, sorprendentemente, seguir comerciando con estos países lo defendía Vox. Para el partido de ultraderecha, como para el Partido Socialista, nuestra industria militar crea muchísimos puestos de trabajo y representa una cantidad muy importante del Producto Interior Bruto. Evidentemente hay una diferencia abismal en el discurso, pero en la praxis también riman... En la teoría, pudimos escuchar un embelesador discurso de los representantes del Partido Socialista defendiendo su compromiso y alabando la ejemplaridad de nuestra industria, en la praxis, el PSOE (al igual que Vox, el PP y Ciudadanos) apoya el comercio con los países del golfo pese a la abrumadora evidencia de que nuestros aliados han cometido salvajes crímenes de guerra en Yemen.

Por otro lado, es importante recordar que Podemos, aunque tenga los brazos muy atados, no puede consentir ciertas actitudes del Partido Socialista, y, menos aún, no puede permanecer callado. Resulta bastante decepcionante escuchar que los únicos partidos políticos que están criticando de verdad al Gobierno son Esquerra Republicana y EH Bildu. Unidas Podemos puede pagarlo muy caro entre su electorado. Ya no sólo porque deja a la izquierda huérfana, sino porque es una traición al sentir general de las bases que condenan absolutamente el comercio con el régimen saudí.

De todas formas, este no es el único error de este Gobierno. El más clamoroso es que no está haciendo caso a la llamada de la ONU que pide que los países destinen más de 1.000 millones de dólares a salvar Yemen de un colapso inminente. La situación que vive Yemen es de tintes apocalípticos debido a que el coronavirus se ha extendido en una zona cada vez más devastada por las luchas sempiternas de todas las partes enfrentadas. El Sana Center fue bastante claro cuando dijo que Yemen corría el peligro de experimentar el mismo escenario de guerra perpetua que Somalia en los años 90.

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Sin embargo, esto parece que no afecta a este Gobierno, que parece mucho más cómodo viendo cómo un pueblo entero desfallece. Al igual que ocurrió con Mariano Rajoy, parece que Pedro Sánchez está mucho más cómodo suministrando las armas mediante las cuales se va a seguir alimentando la peor crisis humanitaria del mundo. Nada nuevo bajo el sol.

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Isa Ferrero es activista de derechos humanos especializado en la crisis humanitaria que se vive en Yemen y autor del libro 'Negociar con asesinos. Guerra y crisis en Yemen'.

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