Plaza Pública

Las vacunas salvan vidas

Varias personas esperan sentadas tras recibir la vacuna de AstraZeneca durante la campaña de vacunación masiva que se lleva a cabo estos días en el recinto ferial Expourense (Ourense).

Ana Prieto Nieto

En la prevención de enfermedades de transmisión y en la preocupante actualidad de un mundo en pandemia, no hay duda que la vacunación es una de las medidas más eficaces contra el coronavirus que la provoca. Permite prevenir la enfermedad, disminuye su gravedad y mortalidad; reduce el impacto de la pandemia y, por tanto, permitirá restablecer el normal funcionamiento de la sociedad y retomar nuestra vida anterior. En palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: “Para salvar vidas, vacunar. Para recuperar nuestra economía, vacunar. Para recuperar nuestra vida social, vacunar”. Sí, porque las vacunas salvan vidas.

Disponer de vacunas eficaces y seguras ha sido la llave para la erradicación de enfermedades que provocaban una elevada mortalidad o producían importantes secuelas (viruela); también fue posible reducir en gran medida la tasa de otras (poliomielitis, rubeola).

Gracias a los avances en biotecnología, las vacunas son medicamentos cada día más eficaces, seguros y producen menos efectos adversos. Antes de ser autorizadas para su uso son sometidas a muchos estudios estrictos para comprobar su seguridad. Además, después de su autorización, se mantiene una vigilancia constante de los posibles efectos secundarios.

En la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) podemos leer que “el Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-H), integrado por los Centros Autonómicos de Farmacovigilancia y coordinado por la AEMPS, realiza una valoración permanente de los acontecimientos adversos notificados en España tras la vacunación. Estos acontecimientos adversos se registran en la base de datos FEDRA y el objeto de su análisis es identificar posibles nuevas reacciones adversas que deben someterse a una evaluación más amplia y profunda en la Unión Europea para tener la confirmación de que son ocasionadas por la vacuna”.

Igualmente, en la citada web se asegura: “Es esencial tener presente que un acontecimiento adverso es cualquier problema de salud que ocurre después de la vacunación, sin que necesariamente tenga que estar ocasionado por la vacuna, ya que puede tratarse de problemas médicos que coinciden en el tiempo o que estén relacionados con el propio acto de la vacunación”.

Según la Agencia Europea del Medicamento (EMA), los riesgos de reacciones adversas de la vacuna de AstraZeneca son mínimos. Pese a que todas las vacunas que recibimos en España son seguras y pese a que los beneficios superan ampliamente a los riesgos, se discute, con desinformada temeridad, la seguridad de las vacunas contra el covid-19 desde diferentes ámbitos no científicos, hecho que puede conducir al abandono de las pautas, poniendo así en peligro la salud pública, y, en consecuencia, el fin de la pandemia.

El ciudadano debe conocer que el riesgo cero en los medicamentos no existe. Todos los medicamentos, incluidas las vacunas, pueden desencadenar reacciones adversas leves o, con menor frecuencia, otras más graves. Por poner un par de ejemplos, hay evidencia científica de que el uso de anticonceptivos orales asociado al consumo de tabaco aumenta de forma exponencial la presencia de eventos cardiovasculares, complicaciones, potencialmente peligrosas, como el desarrollo de trombocitopenia en los pacientes expuestos a heparina. En las campañas de vacunación antigripal de cada año, nunca se cuestiona si la vacuna administrada es alguna de las trivalentes o tetravalentes, o si son producidas a través de huevos embrionados o de cultivos celulares, o cuáles son los cambios en la composición de las vacunas para cada temporada.

La decisión (errada desde mi punto de vista como profesional farmacéutica) de abandonar las pautas de vacunación (sin ninguna evidencia científica que lo aconseje) reduce la eficacia de la lucha contra la covid-19, enfermedad que ha dado la cara como una de las mayores enemigas de nuestra civilización.

Trombos

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Es hora de que la Unión Europea fortalezca su liderazgo y aborde un trabajo de consenso que eche a un lado la incertidumbre. Es necesario vacunar, por el bien de cada uno de nosotros y el de todos los que nos rodean; el objetivo es reducir la mortalidad y morbilidad asociada a la covid-19, así como el impacto de la enfermedad en la comunidad. Vacunar sin descanso es necesario para que 33 millones de españoles estén inmunizados cuando acabe el verano. Porque las vacunas salvan vidas.

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Ana Prieto Nieto es diputada por Lugo y portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados. Farmacéutica.

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