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¿De qué hablamos cuando hablamos de pobreza? Clarificamos conceptos para que no te engañen

Reparto de alimentos a familias vulnerables en la Plaza de Chamberí, Madrid.

Juan Carlos Llano

“Estar en el umbral de pobreza no significa ser pobre”, “los pobres comen lo que encuentran en contenedores de basura”, “la renta per cápita en España es muy alta pese a la crisis”, “en España no hay un problema de desigualdad” ... ¿Te resultan familiares estas afirmaciones? Pues bien, no son ciertas. Aquí van algunos datos que las desmienten:

¿Cuántas personas pobres hay en España?

En numerosas ocasiones, se confunde la tasa de riesgo de pobreza con el indicador AROPE. Este último, At Risk Of Poverty and/or Exclusion, fue definido por la Unión Europea para realizar el seguimiento de los objetivos de la Estrategia EU2020 en todos los Estados miembros. Para ello, el AROPE combina tres subindicadores diferentes: 1) Personas que están en riesgo de pobreza, 2) Personas que están en privación material severa (PMS) y 3) Personas que viven en un hogar con baja intensidad de empleo (BITH). Es decir, AROPE no es lo mismo que pobreza. El primero mide riesgo de pobreza y exclusión social en su conjunto y el segundo, sólo riesgo de pobreza. Por esta razón, las cifras de ambos indicadores son muy diferentes y en España la tasa AROPE actual es del 25,3% de la población, mientras que la de pobreza es del 20,7%.

¿Qué significa estar en riesgo de pobreza y/o exclusión social?

Aún hoy existe la creencia de que “estar en el umbral de pobreza” no es ser pobre y que las personas “verdaderamente pobres” son las que pasan hambre o no tienen donde vivir. Estar en riesgo de pobreza significa, entre otras cosas, que el 18,5% de las personas pobres no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada en invierno, que el 63,8% sobrevive absolutamente al día y no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, que el 9,4% no puede comer carne, pollo o pescado cada dos días o que el 22,3% se viste con ropas estropeadas porque no puede sustituirlas por otras nuevas. Además, la renta media por persona de la población pobre es de 317 € al mes (1.144 € mensuales para la población no pobre) y es aún más baja entre los hogares pobres con menores, generalmente sustentados por mujeres (278 € mensuales por persona). Por tanto, las personas pobres, en su inmensa mayoría, no viven en la calle ni piden por las esquinas, pero sí tienen gravísimos problemas económicos.

¿La reducción de la tasa de desempleo y el crecimiento económico disminuyen la desigualdad?

No, la desigualdad es un problema de distribución que no se soluciona sólo con más empleo o crecimiento económico. Una vez más, los datos lo demuestran: entre los años 2013 y 2019, la tasa de paro se redujo casi a la mitad, desde el 26,1% hasta el 14,1% y, sin embargo, en el mismo periodo, los dos indicadores más importantes para medir desigualdad solo se redujeron mínimamente. En este sentido, la relación S 80/20 – es decir, la proporción de los ingresos totales percibidos por el 20 % de la población con mayores ingresos y la percibida por el 20 % con menores ingresos - se redujo solamente desde 6,3 a 6. En palabras más sencillas, en el año 2013, la renta del 20% más rico de la población era 6,3 veces más elevada que la del 20% más pobre de la población y, seis años después, solo se había reducido mínimamente. Con el índice de Gini, el otro indicador más utilizado para medir la desigualdad, sucedió prácticamente lo mismo y en esos seis años se redujo desde 33,7 a 33.

Por otra parte, es cierto que el desempleo es un gravísimo problema en España; pero no se trata solo de crear empleos, sino de que sirvan para asegurar las necesidades indispensables para llevar una vida digna. Entre 2014 y 2017, se crearon 1,92 millones de puestos de trabajo en nuestro país; sin embargo, la tasa de pobreza entre las personas con trabajo se mantuvo en el 14% durante todo ese periodo, lo que quiere decir que aproximadamente 300.000 de esos nuevos empleos creados no ofrecían las condiciones suficientes para llevar una vida digna. En este sentido, el porcentaje de contratos temporales se incrementó desde el 19,6% hasta el 22,1%, la tasa más alta de todos los países de la Unión Europea en 2017. En la actualidad, el porcentaje de contratos temporales es del 20,1% y se mantiene como el más elevado de toda la UE, según los últimos datos disponibles de 2020.

¿La desigualdad es un problema en España?

En 2019, último dato disponible, el índice de Gini en España era de 33, cifra que es 2,8 puntos superior a la media de la UE y la quinta más alta de todos los países miembros, solo inferior a la de Bulgaria, Lituania, Letonia y Rumanía. Por tanto, en el contexto europeo, que es el nuestro, la desigualdad sí es un problema que genera pobreza, falta de oportunidades, ruptura de la cohesión social; exclusión de la educación, de la vivienda, de la salud; desempleo, emigración, etc.

¿Es lo mismo pobreza que miseria?

Como venimos apuntando, estar en situación de pobreza no significa necesariamente estar en situación de miseria. En este sentido, es fundamental diferenciar entre las personas que están en riesgo de pobreza o exclusión social y las que están en pobreza severa, es decir, aquellas que viven en hogares cuyos ingresos por unidad de consumo son inferiores al 40% de la mediana de renta nacional (ingresos inferiores a 492 € mensuales para hogares de una persona y 1.034 € mensuales para hogares con dos adultos y dos menores). En España, 4,3 millones de personas se encuentran en situación de pobreza severa.

El 40% de la población española vive en comunidades con servicios sociales débiles o irrelevantes, según un estudio

El 40% de la población española vive en comunidades con servicios sociales débiles o irrelevantes, según un estudio

En resumen, los datos demuestran que la pobreza y la exclusión social han sobrevivido históricamente a los periodos de crisis y bonanza económica. El crecimiento económico de España en los últimos años no redujo la pobreza y la exclusión social, que sí aumentaron en los periodos de crisis como la del 2008 o la actual. La pobreza y la exclusión son fenómenos multidimensionales y complejos, determinados por factores distintos, no únicamente el económico o monetario. Por tanto, necesitan analizarse en toda su complejidad, para comprender la gravedad del problema y, de este modo, hacerles frente.

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Juan Carlos Llano es responsable de investigación de la Red Europea de la Lucha Contra la Pobreza en el Estado Español

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