Privatización de la sanidad

Un empresa privada líder que nutre sus cuentas con fondos públicos

Adquirido el 28 de febrero de 2011 por el fondo de inversión CVC a la multinacional sueca Capio AB, el grupo se sitúa hoy en cabeza del sector de la sanidad privada financiada con fondos públicos.

Capitaneado en España por Capio Sanidad Holding SL, cuyo capital social se cifra en 31,51 millones y que hasta diciembre de 2012 se denominaba Poitiers Develops SL, en su presidencia se sitúa una sociedad luxemburguesa de responsabilidad limitada (Theatre Directorship Services Beta Sàrl) representada por Francisco Javier de Jaime Guijarro. El papel que cumple Theatre Directorship Services Beta Sàrl es otra de las incógnitas del caso. En teoría, no posee acciones de Capio Sanidad Holding SL La empresa no ha respondido a esa pregunta, una de las incluidas en el cuestionario enviado a sus portavoces por infoLibre hace una semana. 

Es De Jaime, y no el médico Víctor Madera, mascarón de proa mediático de Capio, quien figura en la cúspide. Según sus propios datos, Capio gestiona 28 centros sanitarios en cuatro comunidades autónomas –Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cataluña- y da empleo a 9.000 personas.

Tres de cada euros tienen origen públicos

Desde luego, que el grupo es líder en el sector de la sanidad privada española resulta una evidencia a tenor de los números. Pero que Capio se nutre básicamente de dinero público es también otra evidencia. En 2011, último ejercicio cuyas cuentas están disponibles, el balance consolidado del grupo arrojó una facturación de 562,625 millones. De ese montante, 427,222 millones quedaron anotados como procedentes de “entidades públicas gestoras de asistencia sanitaria”. En resumen, el 75,9% de los ingresos del gigante empresarial fueron aportados por aquellas administraciones públicas que han encargado a Capio la gestión sanitaria con el ahorro o la eficiencia como argumento.

Para el grupo Capio, el gran trozo de la tarta sanitaria sufragada con fondos gubernamentales se localiza en Madrid, donde las empresas del grupo gestionan cuatro hospitales financiados con dinero público: la Fundación Jiménez Díaz (fundación público-privada que mantiene un concierto en el Servicio Madrileño de Salud), el hospital Infanta Elena de Valdemoro, el Rey Juan Carlos de Móstoles y el nuevo de Collado Villalba, aún cerrado, estos tres de titularidad pública y gestionados en régimen de concesión por hasta 30 años. Oficialmente, el grupo de Javier de Jaime y Víctor Madera aún no ha decidido si pujará en los concursos para la privatización de otros seis hospitales madrileños si el Gobierno de Ignacio González sigue adelante con un plan que ya ha abierto un foso entre el PP de Madrid y los profesionales de la sanidad pública. 

Para 2013, los Presupuestos de la Comunidad de Madrid destinan a esos cuatro centros 318,025 millones. En esa cifra se integran los 12,7 millones que costará el mantenimiento del todavía cerrado hospital de Collado Villalba, que, con suerte, dará servicio a los ciudadanos a partir del último tramo del ejercicio.

Otra comunidad primordial para el holding es Castilla-La Mancha, donde nació el germen de la actual Capio y donde el Gobierno de María Dolores de Cospedal prevé privatizar la gestión de cuatro hospitales. Allí, y según su propia web, Capio presta en su hospital de Albacete servicios de cirugía cardiaca y medicina nuclear “procedentes de Castilla-La Mancha (Sescam)”, es decir, del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Asimismo, y siempre la misma web de Capio, la empresa mantiene en el toledano hospital Capio Tres Culturas “un acuerdo de gestión de hospitalización de pacientes agudos para el área de Toledo”.

En Extremadura, Capio publicita cómo su clínica Virgen de Guadalupe mantiene un “acuerdo con el Servicio Extremeño de Salud para la prestación de radioterapia y hemodinámica del área de Cáceres”.

Sobre Cataluña, la web no ofrece información.

En Cataluña, Capio posee la titularidad del Hospital General y de la Clínica del Vallés (ambos centros, en Sant Cugat), que atienden a pacientes derivados de centros públicos. Y, aunque con titularidad privada, funciona como un hospital más de la red pública y mediante contrato con la Generalitat el hospital Sagrat Cor (Barcelona). Es este último el que mayores ingresos públicos reporta a Capio en el capítulo catalán: 43,95 millones en 2011.

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