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Tráfico

Conductores y ecologistas, enfrentados por la velocidad

El Gobierno planea subir el límite de velocidad a 130 kilómetros por hora.

infoLibre

El anteproyecto de Real Decreto del Reglamento General de Conductores que se ha filtrado hoy ha provocado las reacciones enfrentadas de asociaciones de conductores, de víctimas de accidentes de tráfico y de ecologistas. Los diferentes grupos han querido valorar especialmente las modificaciones en los límites de velocidad que propone el documento que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha remitido al Consejo Superior de Tráfico, y que podría aprobarse en las próximas fechas.

El Real Automóvil Club de España (RACE) ha sido una de las primeras organizaciones en posicionarse a favor de los cambios previstos. Su director de seguridad vial, Tomás Santacecilia ha confirmado a infoLibre que la valoración general del RACE es “positiva”, ya que la medida responde, a su juicio, a una demanda básica de los conductores: “revisar las velocidades en carreteras secundarias y autopistas”. Además, Santacecilia se ha mostrado especialmente favorable al incremento de 10 kilómetros por hora en algunas autovías y autopistas con estas palabras: “la medida de los 130 responde al principio de gestión eficiente, y va a beneficiar al usuario y la administración, agilizando el tráfico”.

Conductores y ecologistas, enfrentados por la velocidad

Conductores y ecologistas, enfrentados por la velocidad

Entre las asociaciones de víctimas existe un rechazo mayoritario hacia la propuesta, aunque con matices. Así, la directora de la Asociación para la prevención de accidentes de tráfico (PAT), Eugenia Domenec, ha asegurado en declaraciones a Europa Press que el aumento de velocidad “tiene relación directa con la siniestralidad más grave”, y que el incremento que se plantea sería un retroceso. En la misma línea se ha pronunciado Stop accidentes, cuya portavoz, Ana Novella, ha sido tajante: “la velocidad mata”, ha asegurado. Por su parte, la asociación de víctimas de accidentes DIA ha sido la más proclive a la reforma, al afirmar en un comunicado que el aumento a 130 kilómetros por hora en determinadas vías no es un inconveniente “siempre que no suponga un riesgo para la seguridad”.

Por último, los grupos ecologistas se han mostrado contrarios al incremento de velocidad en las carreteras más rápidas. Juan Luis García, responsable de energía de Greenpeace, ha manifestado en declaraciones a infoLibre que “se trata de una cesión a la presión que ejerce el lobby del automóvil”, al tiempo que ha recalcado que “no existe justificación posible: ir a 120 o a 130 kilómetros por hora no afecta a la fluidez del tráfico”. García también, ha pedido un mayor rigor a la hora de aplicar las normas que regulan la velocidad: “en este país parece que las señales son transparentes y los límites son para cumplirlos. Es una cuestión de voluntad política: por ejemplo, en la M30, nadie supera la velocidad máxima, porque está plagada de radares”, ha concluido.

También Ecologistas en acción ha criticado el previsible incremento del límite a 130 kilómetros por hora. Su portavoz, Paco Segura, ha afirmado que causará “un aumento exponencial” del consumo energético y un empeoramiento de las cifras de siniestralidad: “a mayor velocidad, más siniestros se producen y más graves son. Diga lo que diga el lobby del automóvil, es algo evidente”, ha concluido Segura en declaraciones a infoLibre. El portavoz, por el contrario, se ha mostrado favorable a la reducción de la velocidad en carreteras urbanas y secundarias, y ha defendido que debería aplicarse esa misma reducción en autovías y autopistas.

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