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Desahucios

Afectados por las hipotecas acampan para denunciar los desahucios de Ana Botella

La PAH acampa para denunciar los desahucios de Ana Botella

Ibon Uría

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Madrid ha convocado este martes una acampada frente a la sede de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) para denunciar los desahucios que está llevando a cabo la empresa pública. “La EMVS está echando un pulso a la gente, que tiene muchísimas dificultades para tener un techo”, denuncia desde la sede de la calle Palos de la Frontera Feli Velázquez, una de las portavoces de la PAH en Madrid.

Velázquez asegura: "La EMVS está desahuciando como un banco", y explica que a lo largo de las próximas semanas se acumularán familias en la calle si nada cambia y que el próximo desahucio será el día 4, aunque hay más previstos los días 8, 11, 15, y 25 de este mes. Ante esta situación, la PAH pide una moratoria "para todos", pero especialmente para las familias que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad, aquellas a las que, precisamente, la EMVS debería atender. "Es vergonzoso que una empresa de vivienda social desahucie", concluye.

Según los responsables de la plataforma, la empresa municipal se ha negado a negociar y los encuentros mantenidos con los afectados no han dado sus frutos: "Esta mañana hemos intentado negociar con la responsable de patrimonio, Estrella García, y se ha negado. Nos ha dicho que lo lamentaba, pero que se iba a ir gente a la calle", relata Velázquez. "Les hemos pedido que dejen a las familias estar en su casa al menos hasta el final del curso lectivo –varias tienen hijos menores–, y han dicho que no", continua. 

A la calle por 5.120 euros

"Has tenido tres años para buscarte un piso". Esa es la respuesta con la que se ha encontrado una de las afectadas, Amelia, cuando ha acudido a la sede de la EMVS para pedir un alquiler social que evite que ella, además de su marido y sus tres hijos –uno de ellos menor de edad– acaben en la calle este jueves.

Amelia tenía una vivienda pagada y en propiedad hace pocos años. Sin embargo, tuvo que entregar su piso y el de su madre para que el Ayuntamiento pudiera construir la incineradora de Valdemingómez (Madrid), y fue realojada en un piso de la empresa municipal: "Yo entregué dos viviendas pagadas por un realojo. Di dos pisos por uno", explica.

Sin embargo, esas dos viviendas no sirvieron para pagar su nuevo piso, y Amelia comenzó a hacer frente a los pagos a la EMVS. Hasta que su marido se quedó en paro. En el año 2008, comenzó a acumular una deuda que creció hasta los 5.120 euros. Poco después, en enero de 2009, "a las nueve y pico de la noche", recuerda, se presentó en su domicilio un encargado de una notaría: la EMVS exigía a la familia de Amelia que abandonase la vivienda en el plazo de un mes.

Lo curioso de la situación es que la afectada estaba pagando su préstamo cada mes en aquel momento. Sin embargo, debido a los bajos ingresos de la familia, no podía abonar la deuda que había contraído durante los meses en los que el cabeza de familia se quedó en paro. "Hablé con el servicio jurídico de la EMVS porque no podía afrontar la deuda. Me dijeron que no me preocupara, y que habría tiempo de negociar", explica Amelia. Pero no hubo negociación: en 2010, la empresa dependiente del Ayuntamiento requirió nuevamente que la familia abandonase la vivienda.

"Recurrimos la decisión, y en el juicio la EMVS se negó a buscar una solución alternativa", relata la afectada. La sentencia dio la razón a la empresa a finales de 2012, y desde entonces Amelia se ha enfrentado a su desahucio y las constantes negativas de quien quiere ponerla en la calle: "Vine a la EMVS y me dijeron que en mi caso no se podía hacer nada. Eché solicitudes para hablar con los de arriba, y se negaron".

Unirse a la protesta

Para hacerse oir ante los responsables municipales, Amelia se unió a las protestas de la PAH. Explica que sólo entonces la recibieron. "Pero siguieron en sus trece", se lamenta. No parece existir siquiera la posibilidad de permanecer en su actual vivienda en régimen de alquiler social: "Me acusan de no poder pagarlo, pero tampoco me dicen cuál sería el precio. Directamente niegan la posibilidad". La EMVS tampoco le ha aclarado si la entrega de su actual vivienda saldará su deuda.

Amelia se enfrentará por segunda vez al desahucio este jueves. "Por mucha policía que hayan reclamado, voy a intentar no salir de mi casa", cuenta. Si consigue permanecer en el interior de la vivienda, su familia al completo volverá a enfrentarse a la misma situación dentro de aproximadamente un mes. Hasta echarlos. "Me quieren en la calle. La EMVS no quiere que se sepa, pero en Madrid está echando a gente de sus casas. Hay muchos más como yo", añade.

"Espero que vean que tener una casa es muy importante. Mi techo es muy importante. Es un robo que se eche a la calle a una familia sin nada más", explica Amelia, que ha llegado a pensar en la posibilidad de ocupar una vivienda vacía. "Luego se quejan de las ocupaciones, pero mi hija tiene 12 años", dice. La respuesta de los responsables de la empresa municipal ante este relato no ha dado a la afectada demasiadas esperanzas: "Has tenido tres años para buscarte un piso. Tú sabrás lo que haces ahora", le han dicho. "¿Para qué están entonces los Servicios Sociales?", se pregunta Amelia. 

Acabar con la vivienda social

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Los integrantes de la PAH aseguran que la acampada de este martes no persigue únicamente parar los desalojos. También denuncian que detrás de estos lanzamientos está la intención de acabar con la política de vivienda social y con las casas para los más desfavorecidos. “Quieren acabar con las viviendas sociales, quieren gente que les de dinero”, comenta Velázquez. “Detrás de esto habrá un tema de privatizaciones, al igual que en Sanidad y Educación”, añade.

Las acusaciones de la PAH tienen ejemplos concretos. "La EMVS tiene ahora mismo 94 viviendas nuevas en Vallecas", explica Feli Velázquez. "Están sin estrenar y las han puesto a la venta a un precio similar al de mercado en vez de destinarlas a las personas que las necesitan", concluye.

Feli, Amalia, el resto de afectados y quienes se han acercado hasta la sede de la EMVS en señal de protesta se preparan ahora para la asamblea de las ocho de la tarde, y acumulan mantas "para pasar la noche lo más cómodamente posible", explica Feli.

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