Cristina de Borbón, una infanta de quita y pon

La imputación de la infanta Cristina de Borbón por su presunta vinculación en la trama corrupta del caso Nóos supuestamente dirigida por su marido, Iñaki Urdangarin, y el exsocio de este, Diego Torres. ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la actuación de la Casa Real ante los oscuros manejos del yerno del rey.

El 12 de diciembre de 2011, la Casa Real excluyó de la vida oficial al duque de Palma, cuyo comportamiento fue calificado entonces como de “no ejemplar”. Urdangarin acabaría siendo imputado por el juez José Castro días después, el 29 de ese mismo mes. No obstante, la reina sí viajó en varias ocasiones a Washington, donde los duques del Palma residieron hasta agosto de 2012. En noviembre de 2011, un viaje de Sofía de Grecia a la ciudad norteamericana fue considerado como un guiño por su parte a su hija y su yerno, pues tuvo lugar días después de que estallara el caso Nóos y poco antes de que Urdangarin fuera apartado de la agenda oficial. La reina volvió a Washington al menos otra vez en mayo de 2012, en una visita sopresa que recogió la revista ¡Hola! y de la que sí informó la Zarzuela a pesar de tratarse de un viaje privado. 

El 24 de noviembre de 2012 Urdangarin visitó a su suegro en el hospital, tras ser intervenido por tercera vez en la cadera. En ese momento, hacía más de un año desde la última reunión pública de toda la familia, que había sido en los actos conmemorativos del 12 de octubre, poco más de dos meses antes de que el duque fuera imputado. 

Iñaki Urdangarin también fue siendo borrado progresivamente de la foto oficial de la monarquía hasta su desaparición total. El pasado enero, el equipo de comunicación de la Zarzuela sacó de la web oficial de la Casa Real al duque de Palma suprimiendo la sección personal que tenía como esposo de la infanta Cristina de Borbón.