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O sea, que la niña no es tan tonta. Cuando avalaba negocios dudosos, la muy lista se hacía la tonta. Y, claro, así no se enteraba de que su marido conseguía cientos de miles de euros, hasta coleccionar millones, que pasaban a engrosar el patrimonio familiar. Y eso pese a ser la primera licenciada de una familia real española, aunque a lo mejor le regalaron el título. Caramba con la mosquita muerta, casi merece la pena ser bobo. Mírala ahora, cuando está pillada, cómo busca asesores de postín. Esto es de risa, no se enteraba de lo que pasaba en su casa y la colocan a dedo en empleos de alto nivel con sueldos astronómicos. Precisamente cuando miles de jóvenes bien preparados se quedan en la calle cada día ¿Qué es, que estaba allí de adorno por ser vos quien sois, firmando sin mirar lo que le mandaban lo jefes? Porque, claro, como nadie le iba a llevar la contraria, que, dirían Matas o Pons sin ponerse colorados ("¡es la hija del rey!"), ¿para qué gastar las meninges pensando un poco?
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Tenemos una justicia en peligro de extinción. Y los chorizos con pedigrí se ríen con todas sus ganas. ¿desde cuando un ciudadano de a pié puede negarse a dar los datos que se le piden? Lo peor es que estamos sobrepasados y no sabemos ya que hacer con tanta desvergüenza. Esta chica está contribuyendo bien al declive del negocio familiar... y el momento está mal escogido porque tenemos abiertos demasiados frentes.
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Me ha parecido entender que hay una "amenaza" o advertencia a los jueces que se atreven a imputar a los personas "importantes", cómo es el caso del Juez Castro a la Infanta. Un ¡hurra! por este juez, y una vergüenza y doble rasero, que ya me lo esperaba, de "la justicia debe ser igual para todos", palabra de rey.
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