Seguridad alimentaria

El Estado gasta tres mil millones de euros en la cesta de alimentos

Un mercado local al aire libre en la Comunidad de Navarra.

Conocer quién produce y de dónde vienen muchos de los alimentos que se consumen en hospitales, colegios y bancos de alimentos es una tarea cada vez más complicada. Sobre este asunto gira la campaña lanzada por la asociación VSF Justicia Alimentaria Global, que busca impulsar la creación de sistemas alimentarios locales encargados de proveer alimentos a los comedores escolares, los hospitales y las cárceles, los tres grandes destinatarios de la compra de alimentos por parte del Estado.

Desde la organización critican que las administraciones públicas gastan entre 2.000 y 3.000 millones de euros al año a importar de largas distancias, alimentos que son altamente procesados y que son servidos por grandes empresas de catering. Según el informe presentado este viernes por VSF y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), el número de comidas servidas aumentó desde desde las 376 millones al año en 2006 hasta las 427 millones de 2011.

La campaña 'Cortocircuito' propone una alternativa al sistema alimentario dominante basada en la instauración de mercados alimentarios locales que suministren alimentos sanos a través de métodos de producción más respetuosos con el medioambiente y que estrechen la relación entre quienes producen los alimentos y quien los consumen. 

Los 'alimentos kilométricos'

Se conoce popularmente como alimentos kilométricos aquellos que recorren largas distancias desde su fase de producción hasta el momento del consumo. Según el informe alimentos como las patatas, las manzanas, las uvas, los cereales o frutos secos son productos que la Administración importa de Israel, Chile, Argentina, Turquía o Ecuador y que podríamos encontrar al lado de casa. El estudio refleja el caso de Barcelona, donde estos productos recorren unos 40.000 kilómetros en lugar de obtenerse en zonas de cultivo localizadas a menos de 100 kilómetros de la ciudad.

La alternativa de los sistemas locales

En un estudio sobre el valor de las cadenas de la alimentación ecológica, el Ministerio de Agricultura concluyó que la incorporación de estos nuevos modelos de producción permitiría ahorros de entre el 25 % y el 50 % del precio final de muchos productos ecológicos.

Además, los mercados locales generan más empleo local y más diverso y revitalizan la economía local. El estudio establece que por cada euro que se invierte en estos sistemas se llegan a generar más del doble de ingresos locales que en el sistema globalizado.

La industria más contaminante 

Según publica el informe se calcula que el sistema agroalimentario llega a generar hasta el 50 % de las emisiones de gases globales de efecto invernadero. Hasta un 15 % de las emisiones proceden de los fertlizantes químicos empleados, entre un 15 y un 18% viene de la deforestación causada por la expansión de los monocultivos, mientras que la descomposición, empaquetado y transporte de alimentos contribuye en un 18%.

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Informe sobre la compra pública en sistemas alimentarios globales. Impactos sociales, ambientales y económicos.

Desde VSF, sostienen que para afrontar la crisis climática hace falta una reorientación del sistema alimentario que potencie la producción agroecológica a través de mercados de proximidad. Una soberanía alimentaria a partir de una agricultura de estructura familiar puede reducir las emisiones globales de gases invernadero de la mitad hasta tres cuartas partes de las actuales emisiones.

El caso italiano

'Sportello Mense Bio' es un ejemplo de este tipo de iniciativas que desde el año 2003 lleva funcionando en la región italiana Emilia-Romagna. El gobierno de la región ha aprobado una norma que favorece el uso de alimentos biológicos de temporada en los comedores de colegios y el uso de productos tradicionales exentos de residuos, pesticidas y componentes aditivos.

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