Sanidad

Los médicos que operaron a Aguirre y Fabra se salvan de la jubilación forzosa

Manifestación de la 'marea blanca' en Madrid.

El proceso "no ha sido transparente", se ha hecho de forma "apresurada" y se han tomado "decisiones arbitrarias". Es la valoración compartida que los representantes de los principales sindicatos del sector y el colegio profesional hacen de la forma en que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid jubiló forzosamente a 455 de sus 650 médicos mayores de 65 años a mediados de mayo, según datos oficiales.

Entre los trabajadores del sector sanitario el runrún es similar. ¿Por qué unos han logrado quedarse y otros no? Aunque pocos se atrevan a decirlo en público, en las salas de descanso y los pasillos de los hospitales y los centros de salud se habla de amiguismos, de parcialidad y de viejos ajustes de cuentas. Lo cierto es que entre los que se han salvado –el último Plan Regional de Ordenación de Recursos Humanos concretaba que sólo un 30% del personal que cumpliera 65 años podría quedarse– hay varios profesionales muy vinculados con el Partido Popular.

Según aseguran fuentes cercanas a los facultativos y han confirmado a infoLibre los hospitales para los que trabajan, entre los salvados se encuentran los doctores José María Román, que estuvo al frente del equipo quirúrgico de Patología de la Mama que operó a la expresidenta Esperanza Aguirre; el patólogo Vicente Furió, integrante del mismo equipo, o Enrique Moreno, el cirujano que practicó un trasplante de hígado al expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra. Este último, de 74 años, aunque es personal emérito, todavía sigue operando en el Hospital 12 de Octubre, donde ha habido 152 jubilados. Los dos primeros siguen ejerciendo en el Clínico. Todos superan los 65 años. Este diario ha intentado, sin éxito, contactar con ellos para que ofrecieran su versión. Además, según reveló Público, Ricardo González Liberal, familiar del presidente madrileño Ignacio González, también continúa como neurocirujano en el hospital de la Princesa. Tiene 68 años.

Aunque su trayectoria no puede ponerse en duda, en algunos casos quedan muy claras su simpatías por los dirigentes del partido que gobierna en la Comunidad de Madrid. El doctor Román, por ejemplo, y según puede leerse en la revista del hospital Clínico, no escatimó en halagos a la todavía presidenta madrileña cuando ésta fue intervenida por su equipo. "Destaco su inteligencia, su capacidad de observación y análisis. Tiene una personalidad muy atractiva y un poderoso don de gentes", aseveró. 

El proceso

Para solicitar la prolongación de la permanencia en el servicio activo, según se recoge en una resolución publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM), los profesionales debían presentar una memoria que recogiera su trayectoria profesional y acreditar su excelencia y la posesión de méritos, así como un proyecto de actividad a realizar durante el período para el que se solicitaba la prolongación. Además, dependiendo de su ámbito de actividad (atención primaria, hospitales, urgencias…) debían presentar datos referidos al volumen de actividad durante los doce meses anteriores a la presentación de la solicitud.

Estos documentos iban acompañados por un informe del servicio de prevención sobre la capacidad funcional del profesional en cuestión y un informe de la Gerencia del centro. Toda esta información se remitía a la dirección general de Recursos Humanos de la Consejería, responsable última de la decisión. No existe, por tanto, un procedimiento con baremos objetivos, como denuncian sindicatos y organizaciones profesionales. Algunos de los médicos jubilados han presentado demandas individuales. A preguntas de este diario, un portavoz de la consejería admitió que algunos profesionales están utilizando la vía de recurso que incluye el procedimiento, aunque no especificó cuántos.

“No ha sido un proceso transparente porque los criterios no son objetivos”, señala Rosa Cuadrado, secretaria general de la Federación de Sanidad de CCOO Madrid. Su organización ha presentado un recurso al procedimiento. Su homóloga en UGT, Carmen Medranda, defiende una posición similar: “No se sabe bien quién ha intervenido en las evaluaciones de los centros. El sistema es arbitrario, se trata de un ERE encubierto en toda regla”, señala.

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El doctor Gutiérrez Millet, nefrólogo de 68 años con cuarenta de dedicación exclusiva en el hospital 12 de Octubre de Madrid, es uno de los afectados. Quería seguir trabajando. "Es mi vida", dice con resignación. Y a pesar de estar jubilado de forma oficial sigue asistiendo tres veces por semana a las sesiones clínicas de su departamento "para seguir aprendiendo". "No han valorado nuestros currículos ni los méritos profesionales. Aunque no creo que haya habido una criba en base a la ideología política. Yo siempre he sido de derechas y he votado al PP y estoy fuera. Me consta que hay otros más cercanos al PSOE que han permanecido. Sí han influido las amistades personales", señala. 

A su juicio, sus jubilaciones son un componente más de la "voladura controlada del sistema público" iniciada por el partido al que ahora ha retirado su confianza. Es también un mecanismo de presión de las gerencias de los centros sanitarios para que las personas que les sustituyan –sólo un 10% del total de jubilados puesto que la tasa de reposición es la misma que para el resto de funcionarios y que tendrán contratos eventuales– "no se muevan de la línea". 

No obstante, advierte, el mayor peligro de sus ausencias es el "deterioro asistencial grave" que ya se está produciendo en los centros sanitarios. Y deja dos datos para la reflexión. "En mi departamento las listas de espera se han disparado en dos semanas de diez a 31 días. Y en el servicio de Radiología del 12 de Octubre, donde han jubilado a 14 médicos, se están dando citas para ecografías y TAC para el primer trimestre de 2014. Antes el máximo era octubre de 2013". 

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