Violencia machista

Claves para entender el repunte de la violencia de género

Concentración de vecinos de Orozko (Bizkaia), en recuerdo de Amagoia Elezkano, asesinada supuestamente por su pareja.

Dolores Extremera, de 54 años, es la última mujer asesinada en España a manos de su pareja. Antes que ella, otras 22 mujeres han muerto por violencia machista en lo que va de año, según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Sólo cinco de ellas (un 21,7%) habían denunciado. Una había retirado la denuncia. Cuatro tenían medidas de protección. "Esta situación nos consterna, nos preocupa y nos ocupa. Es un dolor que hacemos nuestro", señala la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández.

El terrible goteo de víctimas de los últimos días ha vuelto a poner el foco en un problema complejo, que tiene varias caras, que está profundamente arraigado en la sociedad española y que parece tener difícil solución. El Gobierno, que acaba de presentar su Estrategia Nacional de Violencia de Género, asegura estar trabajando "a fondo" para erradicar un problema "grave" que tiene una profundidad "grande". Y dice hacerlo con fondos –el plan estará dotado con 1.540 millones de euros– y con la voluntad de atajar los estereotipos, roles y conductas que consolidan esta lacra. 

Sin embargo, la oposición y las asociaciones de mujeres coinciden en que el PP ha levantado el pie del acelerador. Lo cierto es que desde su llegada al Gobierno, el presupuesto destinado a prevención de violencia de género ha disminuido un 27%. No obstante, existe un punto de consenso: no se puede establecer una relación causa efecto entre el recorte presupuestario y el repunte de los asesinatos por violencia machista. Sí tiene que ver, y mucho según las fuentes consultadas, el actual contexto de crisis económica. Con menos posibilidades para salir adelante solas y con las redes de apoyo público debilitadas por los ajustes en el gasto es más difícil salir de la violencia machista. 

Denuncias

Aunque los repuntes en el número de víctimas son cíclicos y responden a factores diversos, las cifras sí certifican una tendencia a la baja en el número de denuncias. Y eso es algo que preocupa a partidos y colectivos de defensa de los derechos de las mujeres. Según datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las víctimas por violencia machista presentaron en el pasado año 128.543 denuncias, un 4% menos que en 2011. Un 12,13% de ellas las retiraron. Desde 2008 el número de denuncias ha ido cayendo de forma progresiva. La efectividad de la denuncia como parte del sistema de protección, analiza Hernández, no está en duda. Y la realidad es que, de media, el 75% de las mujeres asesinadas por sus parejas no habían denunciado a sus agresores. 

La dureza de la crisis y los recortes en los servicios asistenciales que gestionan ayuntamientos y comunidades obsesionados con la contención del gasto aparecen como condiciones determinantes de este descenso según las asociaciones de mujeres. El recorte en los servicios de atención debilita a las víctimas y refuerza a los victimarios, dice Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas. "La situación de sumisión y dominación se hace más evidente cuando las mujeres lo tienen más complicado para tener una vida digna lejos de sus maltratadores", continúa. Hernando, sin embargo, pasa de puntillas por la palabra crisis y prefiere hablar de un "silencio" motivado por la dificultad que encuentran las mujeres maltratadas para detectar que están siendo objeto de un maltrato. "Aceptan como normales conductas que no lo son. Y en eso influyen factores como el miedo al agresor o la falta de apoyo en el entorno próximo", asegura. En 2012, sólo el 1,26% de las denuncias fueron puestas por familiares. 

Amalia Fernández, miembro de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, hace autocrítica y señala que otra de las posibles causas del descenso en el número de denuncias es la falta de respaldo que, a veces, las víctimas encuentran en la Justicia. "A menudo se las ve como sospechosas. Y eso es algo que no se puede permitir cuando han dado el paso de ir ante el juez", asegura. 

Concienciación y especialización 

Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género, asegura que la machista es "una violencia cíclica de intensidad creciente". Por eso es tan importante atajarla desde la raíz. "Las agresiones de baja intensidad son normalizadas por la sociedad, con eso es con lo que hay que romper. Las situaciones de dominación son graves porque pueden evolucionar y acabar en violencia", amplía. La concienciación juega un papel muy importante. Y ahí el Gobierno sí ha recortado. Aunque la partida que recogen los Presupuestos Generales del Estado no lo especifica, lo contó el pasado miércoles la ministra Ana Mato en la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados. Dijo que sólo se habían anulado gastos "superfluos" como los correspondientes a dietas, estudios y publicaciones y campañas de sensibilización. Besteiro y Fernández aseguran que el Gobierno se ha relajado en este asunto. Y recuerdan además la supresión de la asignatura Educación para la Ciudadanía, una materia que, señalan, profundizaba en el tratamiento de la igualdad entre hombres y mujeres. "La igualdad es algo que ahora no tiene encaje en el sistema educativo", concluyen. 

Todavía es un anteproyecto, pero colectivos como Mujeres Progresistas o Themis temen una regresión de los derechos de las víctimas de la violencia machista en la reforma del Código Penal que ultima el ministro de Justicia. Entre las posibles modificaciones está la despenalización de las vejaciones leves, consideradas "el primer eslabón" a combatir en la "cadena" de la violencia machista en palabras de la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Inmaculada Montalbán. Según datos del CGPJ en los últimos siete años los juzgados de violencia sobre la mujer han enjuiciado un total de 26.100 vejaciones, lo que supone el 45% del total de las faltas.

Hernández, que no desmiente que esta modificación sea contemplada por el Gobierno, señala que el nuevo código contemplará también nuevas medidas como la tipificación como delito del matrimonio forzado o de la manipulación del brazalete electrónico que llevan algunos maltratadores. 

Nuevo caso de violencia machista en Madrid

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Atención a las víctimas 

El descenso de las llamadas al 016, el teléfono de atención a las víctimas, es otro aspecto preocupante. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica. Normalmente es la puerta de entrada a la exteriorización del problema. En abril de 2013 hubo 4.454 llamadas, un 4% menos que hace un año y un 20% menos que hace dos. Las fuentes consultadas coinciden en la importancia de la especialización y profesionalización de este recurso, algo que se reclama también en los ámbitos sanitario y educativo. "Si la atención no es buena es posible que esa mujer no vuelva a intentar pedir ayuda", asegura Besteiro.

Asimismo, el delegado del Gobierno contra la Violencia de Género con el PSOE cree que es muy importante poner el foco en los responsables, en los agresores. "Ellos tienen que recibir el peso de la carga dramática porque son los que la generan", señala. En este sentido, apuesta por atacar campañas como las de las denuncias falsas con la que desde algunos sectores se intenta ningunear la lucha contra esta lacra. Hacerlo parece sencillo, pues los datos de la Fiscalía señalan que, en 2009, de 135.540 denuncias interpuestas, solo hubo 13 falsas (0,0096%).

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