Caso Nóos

Un empresario hace añicos la versión de Urdangarin sobre los pagos en Suiza

Iñaki Urdangarin.

El empresario valenciano Miguel Zorío, que hizo gestiones con la Generalitat para Iñaki Urdangarin, acaba de dar la campanada con una declaración judicial que hace añicos la versión del duque de Palma sobre los pagos investigados en Suiza y otros puntos del caso como la fecha real hasta la que el duque permaneció en Instituto Nóos. Según Zorío, que ha prestado declaración este lunes en calidad de imputado, el contrato por el que una filial de Aguas de Valencia, Agval, transfirió a cuentas suizas 375.000 euros entre 2008 y 2009 era realmente para Iñaki Urdangarin y no para un amigo suyo, José María Treviño. Y eso refuerza la sospecha de Anticorrupción de que, al menos parte del dinero -140.000 euros-, llegó al duque a través de varios depósitos helvéticos controlados por testaferros. El testimonio inédito de Zorío resulta especialmente importante por cuanto fue él quien, a comienzos de 2008, puso en contacto a Urdangarin con el propietario de Agval, Eugenio Calabuig. Fue en ese año y no en 2006, asegura Zorío, cuando el marido de Cristina de Borbón rompió con Instituto Nóos.

Zorío también ha admitido haber falsificado una factura de 240.000 euros girada por su empresa, Lobby Comunicación, a Instituto Nóos y que la falsa ONG cobró a su vez de la Generalitat por supuestas gestiones para los Juegos Europeos. Fue Urdangarin, sostiene Zorío, quien a través de un ejecutivo de Nóos, Antonio Ballabriga, le transmitió qué concepto debía aparecer en la factura.

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Hasta ahora, los tres titulares de las cuentas suizas por las que sucesivamente pasó el dinero transferido por Agval –el testaferro profesional Robert Cockx, José María Treviño y el bróker Álex Sánchez Mollinger- han negado a pies juntillas que Urdangarin tuviera algo que ver con el asunto pese a que el propietario de la filial de Aguas de Valencia afirmó tajante meses atrás que firmó el contrato en la convicción de que el yerno del rey sería quien haría las gestiones encargadas. Esas gestiones perseguían dar marchamo internacional a su empresa con proyectos como un megalómano y fallido trasvase en Jordania entre el Mar Rojo y el Mar Muerto. Cuando el fiscal Pedro Horrach preguntó el pasado mes de febrero a Urdangarin por ese contrato, el marido de Cristina de Borbón respondió así: “Yo de ese proyecto no me he llevado ni un duro”.

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