La situación en el PP

Rajoy a Aznar: “No se puede hacer un balance al principio. No es justo ni conduce a nada”

Mariano Rajoy y José María Aznar, este domingo en un acto de FAES.

Desde el 21 de mayo, cuando Aznar concedió una entrevista en televisión en la que cargó duramente contra Mariano Rajoy y amagó con regresar a la primera línea de la política, el presidente del Gobierno le debía una respuesta en público. Se la dio este domingo en la clausura de los cursos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que lidera el expresidente: "No se puede hacer un balance al principio. Eso no conduce a nada", dijo como cierre de un discurso íntegramente económico en el que no hubo hueco para Luis Bárcenas.

Comentan quienes le conocen que no le gusta que nadie le diga lo que tiene que hacer. Y que precisamente ha llegado al Gobierno y se ha hecho fuerte en el PP sin hacer caso a todas las voces que en los últimos años intentaban marcarle el paso. En las últimas semanas, voces como la del propio Aznar o la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se han conjurado para exigir al Ejecutivo más reformas, más ágiles y más agresivas. Una actitud que no ha caído nada bien en la Moncloa y que en el equipo del líder del PP no han dudado a la hora de calificar de "desleal".

Como respuesta, este domingo en Guadarrama (Madrid), Rajoy pidió tiempo para que su legislatura sea evaluada cuando corresponde. Es decir, al final. Y centró su intervención en la clausura del Campus FAES a enumerar su programa reformista, a precisar sus tareas pendientes y a responder que "no es justo" que se le juzgue tan pronto.

“Hay españoles a los que no le gustan la decisiones que hemos tomado. Lo sabemos, lo entendemos y es lógico que así sea. Nadie podrá decir que el Gobierno que presido no ha tomado decisiones”, mantuvo.

Previamente, Aznar que le había recibido a las puertas del coche oficial a las 11.57, había hecho una breve introducción agradeciendo el trabajo a los participantes en este campus de verano y recalcando que todas las propuestas que sobre esa mesa se habían hecho con una misma filosofía: de la "aportar ideas para nuestro país aportando lo mejor para nuestro país". Es más o menos lo mismo que dijo una semana después de la entrevista que concedió a Antena 3. Aznar había acudido al Congreso de los Diputados a presentar una colección de memorias de FAES: "No estoy contra nadie. Estoy con los españoles. No más que nadie, pero tanto como el que más".

El presidente de honor del PP dejó caer que las conclusiones que se han extraído de estos días de trabajo en el Campus FAES están para ser estudiadas, debatidas. "Aprovechadas", en definitiva. Y Rajoy le cogió el guante precisamente con un tema muy delicado, el de la reforma fiscal. 

El líder del Ejecutivo recordó que, justo hace un año, acudió a estos cursos y que días después tuvo que tomar una decisión "dura y difícil" que "en otras condiciones" el Gobierno no habría tomado: la subida del IVA. En este contexto, recordó que en el primer trimestre de 2014 estará lista la reforma fiscal, que ya hay un grupo de expertos que trabaja sobre ello y que atenderá las propuestas al respecto que FAES presentó este martes."Estamos en el arranque de un cambio de tendencia"

El presidente del Gobierno empleó una parte de su discurso a comparar su intervención en este foro con la del año pasado con el objetivo de que las cosas hoy van mejor que entonces. "No podemos decir que España va bien", mantuvo tirando de una de las frases más famosas del hombre con el que compartía mesa, pero "nuestra economía ha dado la vuelta al reloj de arena. Estamos en la cuenta atrás de la recuperación y en el arranque de un cambio de tendencia". A su juicio, la tarea que queda todavía "no va a ser fácil", pero "las bases ya están puestas". "Estamos mucho peor que el mes de julio de 2015. Ese es nuestro objetivo, tenemos la determinación y los apoyos suficientes", insistió.

Bárcenas, eje del último roce entre ambos

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Pese a que sí respondió a Aznar, lo que no hizo Rajoy fue lanzar un mensaje de tranquilidad al partido después de que el diario El Mundo publicara el resultado de una conversación entre su director, Pedro J. Ramírez, y el extesorero del PP, Luis Bárcenas, en la que este último detalla el sistema de financiación del partido.

Cuentan en el PP que son precisamente este hombre –el extesorero– y todo lo que la investigación sobre el caso Gürtel ha aflorado los elementos aglutinadores del "enfado" que Aznar ha exhibido en las últimas semanas. Pese a que los roces vienen de lejos, nadie oculta en el partido que este escándalo y la publicación de los papeles de Bárcenas ha supuesto un punto de inflexión en una relación que ya venía "tocada" de lejos. En las últimas semanas, los aznaristas –un grupo con cada vez menos poder orgánico en el PP– se lamentaban de que el partido no estaba siendo lo suficientemente contundente a la hora de defender a Aznar ante informaciones, publicadas por El País, que apuntaban a que la trama corrupta liderada por Francisco Correa había corrido con algunos de los gastos de la boda de su hija.

Aznar tampoco quiso referirse a la situación de Bárcenas. Antes de que llegara Rajoy al complejo de la sierra madrileña donde tuvo lugar la clausura de este campus de verano. Los periodistas le llamaron la atención para que se acercara a comentar las noticias sobre el extesorero. El presidente de honor del PP negó con la mano y con la cabeza y continuó su camino hacia el lugar al que llegaría el coche del hombre al que señaló para sucederle en el partido. Apretón de manos, palmadita en la espalda de Aznar a Rajoy y a la foto de rigor. Mientras posaban, comentaron sus planes para las vacaciones. El ambiente era frío.

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