Tragedia ferroviaria

El tren descarriló a 153 kilómetros por hora mientras el maquinista hablaba con Renfe

La policía científica llega esta mañana al juzgado para analizar las cajas negras del tren siniestrado.

Los primeros datos de la caja negra del Alvia siniestrado en Santiago revelan que el tren trataba de frenar en el momento en el que descarriló, a 153 kilómetros por hora. El maquinista hablaba en ese momento por teléfono con un controlador de Renfe.

Según la información facilitada por fuentes judiciales a partir de la grabación del sonido de la cabina, minutos antes de la tragedia el maquinista recibió una llamada en su teléfono de empresa para indicarle el camino que tenía que seguir para llegar a Ferrol, última parada del convoy. Del contenido de la conversación y por el ruido de fondo parece, según las mismas fuentes, que el maquinista consultó un plano o algún documento similar en papel.

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Gracias al contenidos de la caja negra sabemos que el tren logró reducir su velocidad de 192 kilómetros por hora a 153 y que activó sus frenos "segundos antes" del descarrilamiento.

Coincidiendo con el examen de la caja negra, el juez ha autorizado a técnicos de la Comisión de Investigación puesta en marcha por el Ministerio de Fomento, acompañados por agentes de la policía judicial, a "realizar mediciones de las ruedas de los vagones" almacenados a pocos kilómetros de Santiago, aunque no ha revelado el motivo.

Lo que sí ha subrayado el juez es que "los vagones no se moverán hasta que se completen las inspecciones oculares". Todavía está pendiente examinar algunas zonas inaccresiblres por "hierros que hay que cortar" y no se descarta trasladar al almacén a perros especializados para realizar una última inspección de los restos, así como realziar un estudio de la máquina.

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