Memoria histórica

Víctimas del franquismo reclaman justicia ante el grupo de Desapariciones de la ONU

Cayo Lara ha acudido a la concentración frente al Congreso de las víctimas del franquismo.

David Villafranca

Carmen, cordobesa de 85 años, se lleva la mano al cuello y enseña cuidadosamente un colgante con la foto en blanco en negro de un hombre joven. “Está muy guapo aquí”, dice comparándola con otra foto del mismo hombre que lleva en una pancarta. Carmen explica que la imagen del colgante fue tomada en un jardín de Badajoz y que lo lleva puesto siempre que puede. El hombre del colgante es Antonio Gracia, el padre de Carmen, y fue asesinado el 12 de agosto de 1936 en Córdoba por pertenecer al Partido Socialista. Este lunes, Carmen y otras víctimas han acudido a la llamada de la Plataforma por la Comisión de la Verdad para exigir justicia y reparación por los crímenes del franquismo justo enfrente del Congreso de los Diputados.

“Tenemos memoria, queremos justicia”, han gritado descendientes de personas desaparecidas y fusiladas por los fascistas y familiares de los “hijos robados” durante la dictadura de Franco. La concentración coincide con la visita del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzosas o Involuntarias que tiene previsto reunirse con asociaciones y políticos para evaluar la situación de la memoria histórica en España. Armados con carteles, banderas e imágenes de sus familiares, las víctimas del franquismo han reclamado que no haya "olvido ni perdón" y sí "justicia, verdad y reparación".

“Ni el Gobierno, ni el Congreso, ni la Justicia han dado una respuesta a las víctimas”, ha explicado Jordi Gordon, portavoz de la Plataforma. Gordon ha recordado que son 130.000 los desaparecidos durante el franquismo y que todavía hay 2.800 fosas comunes cerradas en España. Jaime Ruiz, también portavoz, ha subrayado que los crímenes de lesa humanidad “no prescriben” y que la democracia actual debe “reivindicar la memoria de los que lucharon por un gobierno legítimo y democrático”. Ante la desidia de las autoridades españolas, los portavoces han asegurado que se plantean llevar el caso a la Corte Penal Internacional de La Haya.

La Plataforma ha informado que con este acto arranca una semana de movilizaciones para informar a la población del desamparo de las víctimas del franquismo. El próximo martes 24 se reunirán con el grupo de trabajo de la ONU y le entregarán un dossier con más de 200 testimonios de víctimas y el jueves 24 habrá un acto público en la Puerta del Sol de Madrid para informar del encuentro.

A la concentración han asistido a título personal algunos diputados del Congreso. Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, ha exigido que se “restituya la verdad y se repare” a las víctimas y confía en que el pueblo español “va a conseguirlo”. Además, Lara ha tachado de "aberrante" el trato que el Gobierno da a las víctimas.

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Por su parte, Alfred Bosch, de ERC, ha afirmado que España es “el agujero negro de Europa en restitución de la memoria” y el portavoz de ICV, Joan Coscubiela, ha denunciado que el franquismo no se investiga en los tribunales españoles por una cuestión "de control político". Chesús Yuste, de Chunta Aragonesista, ha criticado al Gobierno y a la Fiscalía por no actuar a raíz de la investigación abierta en Argentina para extraditar a cuatro exaltos cargos policiales por torturas en el franquismo y ha dicho que esta actitud es una vergüenza que también “daña la marca España”.

Varias víctimas congregadas han contado sus casos personales. Una señora no ha podido evitar las lágrimas al recordar a su padre asesinado y ha afirmado que sólo espera “no morir sin ver los huesos de su padre”. José Ajenjo ha acudido frente al Congreso por la memoria de su tío, Alejandro Bielsa, que fue asesinado en Ocaña y cuyos restos se cree están en una fosa común. “Sabemos que no va a ser fácil ni rápida la lucha, pero estamos empecinados en lograrlo”, afirma José. Originario de Arroyomolinos, un pueblo de Cáceres, Francisco Olmos cuenta cómo los fascistas entraron en casa y se llevaron a su padre. “Sólo consta como desaparecido y no sabemos nada más”, afirma Francisco.

Muchas de las víctimas no sufrieron sólo la muerte o desaparición de sus familiares sino las terribles consecuencias posteriores. Familias desechas, madres solas a cargo de sus hijos o niños que pronto tuvieron que ir a trabajar. Francisco Olmos cuenta cómo le querían dar a su madre una pensión de viudedad siempre y cuando firmara un papel como que su padre había fallecido por muerte natural. Su madre se negó y él tuvo que trabajar en el campo desde los 7 años en un ambiente de hambre y miseria. También Carmen Gracia relata cómo su madre y sus abuelos se hicieron cargo de tres niños. Ahora sólo queda viva ella, por lo que sonríe tras sus gafas de sol y dice "que es una superviviente", pero afirma que a sus 85 años no va a dejar de luchar por la memoria y la justicia de todas las víctimas.

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