Conflictos en IU

La mitad de IU Madrid se planta y no acude a la conferencia de organización y estatutos

Eddy Sánchez, coordinador regional de IU-CM, durante un acto de su organización.

Mucho se ha hablado (y escrito) de la división interna en Izquierda Unida-Comunidad de Madrid, especialmente desde que la última asamblea regional, en diciembre pasado, dejara una organización partida por la mitad: la mayoría, que ganó entonces con el 51% de los votos, colonizó la dirección; la minoría, con un 49%, se quedó fuera. Pero será el próximo sábado, 5 de octubre, cuando se haga patente la fractura. A la I Conferencia de Organización y Estatutos sólo acudirá, si nada se endereza a lo largo de esta semana, un sector, el mayoritario. La minoría se ha plantado y comunicará oficialmente hoy martes que se niega a participar como señal de protesta. 

El golpetazo sobre la mesa no es, sin embargo, un paso más hacia la escisión de la federación madrileña, una de las de más peso de toda IU. La razón es que se ha restablecido el diálogo entre las dos facciones a instancias de la dirección federal de Cayo Lara. Todavía sin resultados, todavía sin un plazo fijado. En Olimpo, la sede federal, y en la mayoría y la minoría de IU-CM hay cierta "esperanza" a que el conflicto se vaya reconduciendo, pero no será fácil. Y, según interpreta la cúpula regional, si se consuma el plante el sábado, el episodio "no ayudará" a la paz interna. 

La conferencia del sábado es el eslabón que quedaba por cerrar de la IX Asamblea Regional. En diciembre, en ese cónclave que ganó por la mínima Eddy Sánchez, no hubo tiempo para redactar unos nuevos estatutos. De modo que esa tarea se difirió para los siguientes seis meses. La cita se fijó en junio pasado pero coincidía con un foro europeo convocado por Olimpo, así que se buscó nueva fecha, 5 de octubre. Sin embargo, la minoría impugnó las normas ante la Comisión de Garantías –y aún no hay resolución– por discrepancias con el formato: la oposición interna calcula que tendrían que ir unos 350 delegados, de los cuales una buena parte lo compondría el pleno del Consejo Político Regional, el órgano máximo de dirección. El 49% insiste en que la conferencia, al ser una prolongación de la asamblea, debe contar con el mismo número de compromisarios, unos 800. El 51% alegaba que no era bueno "interiorizar" constantemente la organización. 

El lunes pasado, los dos grupos integrantes de la minoría –Cambiar IU-CM, que cuenta con una representación del 37%, y Frente Amplio, con el 12%– remitieron una carta a Eddy Sánchez, en la que le pedían que se aviniese a aplazar la conferencia hasta que cuajase el "consenso". El escrito se daba a conocer antes de la reunión del órgano intermedio de mando, la Presidencia Ejecutiva Regional. La mayoría, sin embargo, decidió seguir adelante con sus planes. "La asamblea había dado un plazo de seis meses y la tuvimos que postergar a octubre por la coincidencia con el acto federal. No hemos sabido aprovechar este tiempo de margen, es verdad, pero el 5-O es impostergable ya. Ahora bien, el 5 de octubre no se acaba nada", indicaban fuentes de la dirección. 

A la minoría, que viene actuando como un bloque compacto, le sorprendió la "cerrazón" de la cúpula, sobre todo porque se habían reabierto los canales de diálogo hacía poco. Y ahí está otra de las novedades. Para entender por qué ha vuelto la negociación hay de nuevo que rebobinar. En mayo pasado, saltó en el Consejo Político Federal la gresca eterna de Madrid, a cuenta de su exconsejero en Caja Madrid y de la formidable tormenta con el colectivo Mujeres de IU-CM (aún sin solventar, por cierto). Entonces Lara se ofreció a mediar. En julio, dirigentes de Olimpo –Miguel Reneses, Willy Meyer y Lola Sánchez– se vieron, por un lado, con el ala minoritaria y, por otro, con la dirección regional (apenas fue "un café", según uno de los asistentes de IU-CM). La cúpula madrileña rechazó un formato a tres bandas, porque entendía que le habría situado "al mismo nivel" que el 49% y a Olimpo, "como árbitro". "Esa fórmula a tres está muerta. Sería ignorar el proceso y cuál fue el resultado de la asamblea regional, que concedió la legítima victoria a una parte, que hoy ocupa la dirección, que es legítima", insisten los de Sánchez. 

Recuperados ya dos locales y una puja, desierta

Los contactos desde aquella fecha entre mayoría-minoría han sido discretos. Al menos, han servido para poner las cartas sobre la mesa. Cambiar IU-CM y Frente Amplio demandan que se "resuelvan consensuadamente" varios elementos capitales, según coincidieron todos los dirigentes consultados por infoLibre, que además reclamaron anonimato. Uno, que se aplace la conferencia de organización. Dos, transparencia y claridad con las finanzas. Este punto es el que está algo más despejado, y eso que había sido una permanente fuente de bronca interna. IU-CM tenía contraída una deuda con Hacienda de 1.230.000 euros, por lo que le embargaron cuatro sedes (las de Alcorcón, Arganda del Rey, Getafe y Velilla de San Antonio). La organización pudo depositar los 300.000 euros que le exigía la Agencia Tributaria, gracias a lo que se liberaron los locales de Alcorcón y Getafe, pero seguían atrapados los otros dos. Como avanzaba el sábado eldiario.es, en la subasta del viernes pasado la puja por la sede de Arganda quedó desierta y la de Velilla fue "adjudicada inicialmente" por 43.000 euros. Pese a que la adjudicación definitiva no se hará hasta dentro de dos meses, IU da por perdido este último inmueble.

Tercer punto que demanda la minoría: una línea política "convergente con la del federal, de apertura hacia fuera", que dificulta, a su juicio, un escenario de conflicto interno. Cuarto punto, entrar en la ejecutiva, ahora toda ella monocolor, en manos del 51%. Y quinto y último punto, y el más importante: Madrid ciudad. Esta es en realidad una demanda vieja, que se remonta a las elecciones autonómicas y municipales de 2007. Para aquellos comicios, los militantes de la capital eligieron masivamente en primarias, como candidata a la Alcaldía, a la abogada Virginia Díaz, pero el Consejo Político Regional designó a Ángel Pérez, el hombre que siempre ha hecho y deshecho desde hace años en la vida orgánica de IU-CM, el verdadero poder en la sombra y al que son fieles buena parte de los dirigentes de la dirección actual. Tras un trasiego de resoluciones internas, un acuerdo político bendecido e impulsado por el coordinador federal de la época, Gaspar Llamazares, colocó a Pérez como cabeza de lista para el Ayuntamiento y a Inés Sabanés como número uno para la Comunidad.

Para las siguientes elecciones, las de 2011, IU-CM se dio prisa. En una rápida maniobra, y sin abrir ningún proceso de primarias, designó a Gregorio Gordo (otro escudero de Pérez) para la Presidencia del Gobierno regional. Pérez repitió. Eligió a ambos cabezas de lista en el otoño de 2009, casi dos años antes de los comicios. La consecuencia directa fue el descabalgamiento de Sabanés, que acabaría yéndose a Equo

Ángel Pérez, el poder de siempre

El 49% considera que la elección directa del candidato al Ayuntamiento por los militantes de la capital es una cuestión "fundamental", que quedó amparado por el artículo 47. 4 de los estatutos federales que se aprobaron en diciembre pasado, que dice que son las asambleas locales las que designan a sus candidatos. La minoría reitera que es una cuestión puramente "democrática", pero también reconocen que si decidieran los afiliados de la ciudad probablemente vencerían al aspirante oficialista. Desde la dirección, se muestran abiertos a "habilitar fórmulas para que exista un Consejo de Madrid ciudad, singularizado", y "fórmulas también para que los militantes de la capital participen en la elección de sus listas". El matiz es importante: el entorno de Sánchez indica que Madrid no es "un municipio más, como Móstoles o Alcorcón", sino que su peso requiere un proceso especial en el que tenga voz y voto el Consejo Político Regional (CPR), dado que las planchas al Ayuntamiento "lastran o empujan" a las de la Comunidad. Otros dirigentes próximos a Sánchez entienden que no tendría sentido duplicar una estructura –hacer una especie de CPR bis– y que esa victoria que anticipa la minoría no estaría tan segura. De modo que el 51% está dispuesto a dar algún tipo de representación a "la comarca de Madrid ciudad", pero sin que los militantes de la capital decidan "en exclusiva" sobre sus candidaturas. 

En el fondo, sigue coleando el nombre de Pérez. Él mismo dijo en una entrevista a El País en marzo pasado que no "volvería a ser candidato". "Yo no pretendo abrir un proceso interno. Tengo un compromiso y estoy dispuesto a cumplirlo", afirmó. Mayoría y minoría dudan de que el actual portavoz municipal pudiera repetir, aunque quisiera, porque necesitaría el 60% de los votos, y hoy la mayoría es muy justa. Pero algunos cuadros de la dirección califican de "cutre" que se demande un Consejo de Madrid ciudad como una "fórmula ad hoc" para ganar mayorías y "para quitarse a Ángel de en medio", máxime porque creen que pueden encontrarse soluciones adecuadas para mejorar la acción política y la coordinación en la capital. 

Visto el panorama, es difícil prever qué pasará en unas semanas o meses. Y también cuál puede ser el efecto del plantón del sábado. El equipo de Eddy Sánchez apunta que sí es "un elemento de preocupación que una parte de la organización haga un boicot activo a la conferencia de organización". "No va a ayudar a las negociaciones, pero tampoco a ellos", observa un activo miembro del aparato. Desde la oposición interna, recalcan que su actitud no pretende "entorpecer el proceso de reencuentro", sino "dejar claro" que no comparte las normas y que quiere que se consensúen otras. "No es admisible que aprueben los estatutos y luego nos sentemos a hablar", argumenta un destacado miembro de Cambiar IU-CM, un sector plural en el que convergen, entre otros, los seguidores de los responsables federales Enrique Santiago y Miguel Reneses. Otro miembro de la corriente subraya que "probablemente" lo que desea la mayoría es amarrar pronto las candidaturas, como hizo en 2009, cediendo la pieza del Ayuntamiento a cambio de reservarse el número uno de la Comunidad. Convencimiento que comparte Frente Amplio. Intenciones que la cúpula niega. Es más, proclama que "en absoluto" pretende adelantar el calendario como en la última ocasión. 

Diálogo "sin fecha de caducidad"

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"Si suspendieran la conferencia o cedieran en lo de Madrid ciudad, sería un gesto, pero yo les veo bloqueados, no han hecho nada. Están también muy divididos entre ellos", abunda una dirigente de Frente Amplio, que comandan Tania Sánchez y Pepa Merín. Hay que tener en cuenta que la mayoría, el 51%, no es granítica. La componen los fieles de Pérez, los seguidores de Julián Sánchez Vizcaíno (los llamados vizcaínos, más moderados y cercanos al socialismo democrático), el aparato del Partido Comunista de Madrid (PCM), en manos de Daniel Morcillo; los trotskistas de Redes e Izquierda Abierta, el partido que a nivel federal capitanean Gaspar Llamazares y Montse Muñoz. ¿Y qué ocurre si no se tiende la mano con Madrid ciudad? "Uno no sabe qué puede hacer saltar por los aires la organización, y a lo mejor es este punto. Nadie quiere un bombardeo, pero todo tiene un límite", arguye esta integrante de Frente Amplio, más escéptica respecto del resultado de las conversaciones. Frente Amplio se nutre de antiguos gasparistas y vizcaínos

Desde la dirección se reitera que la mano está tendida, "antes y después de la conferencia", y que el diálogo "no tiene fecha de caducidad". Dice estar abierta a hablar de todo, aunque recela de que uno de los puntos capitales sea precisamente el asunto de Madrid ciudad, y que este pueda desencastillar todo lo demás. Abierta a hablar con Olimpo en una entrevista más formal que el "café" de julio y proceder a la armonización estatutaria. También indica que "por supuesto está dispuesta" a que la minoría se integre en la ejecutiva, siempre que esta actúe "como un equipo de trabajo, y no como un gobierno de coalición". En el 49%, un destacado dirigente percibe que las sensaciones son, pese a las dificultades, "buenas". Y, en todo caso, el nivel de confrontación "ha bajado". 

En Olimpo, en el entorno de Lara se palpa la impresión de que las cosas se están "reconduciendo lentamente" y esperan que las negociaciones marchen. Porque Madrid no es un territorio cualquiera. Y sus refriegas internas siempre acaban repercutiendo al resto de la federación. 

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