Educación

Los 24 niños de cuatro años de Ciudad Real consiguen maestro a costa de que otras clases pierdan profesores

Los niños de la clase de cuatro años del colegio público Azorín, de la localidad ciudadrealeña de Argamasilla de Alba, vuelven a asistir desde este miércoles a clase. Pese a que la Junta de Castilla-La Mancha se ha negado a enviar un profesor más al centro, la dirección ha reestructurado los horarios de los profesores y ha conseguido que el grupo esté atendido por una profesora especialista en educación infantil en las horas en que su tutor tenga que ocuparse de las labores de jefe de estudios, un puesto que también desempeña en el colegio. Sin embargo, esta solución tiene una contrapartida: con la nueva organización, varios grupos perderán clases de apoyo y desdobles.

La dirección del centro y los padres de la clase de cuatro años se han reunido este martes por la mañana en sendas reuniones con un inspector enviado por la Junta. El mensaje que ha trasladado el funcionario en ambos encuentros ha sido el mismo: la Junta no está dispuesta a reforzar la plantilla del colegio, por lo que este tendrá que arreglarse "con los recursos que tenga", en palabras del director. Una situación así es nueva en el centro, ya que, como explica su máximo responsable, este es el primer año que sufren esta carencia de personal.

Por ello, la única solución que ha podido encontrar el equipo directivo del centro es que una profesora de primero de primaria –que en el pasado daba clase en infantil y tiene la preparación necesaria– se ocupe de la clase de cuatro años cuando no tenga docencia directa con su clase. Esta medida conlleva que otros grupos pierdan la posibilidad de recibir las lecciones de refuerzo y apoyo que esta maestra impartía en las horas en las que su grupo esté recibiendo clases de asignaturas como inglés o educación física, que imparten profesores especialistas.

Se soluciona un problema para crear otro

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Inmaculada Pardo, madre de un alumno de la clase de cuatro años y portavoz del grupo, se ha mostrado satisfecha por haber conseguido un remedio a su problema, pero también ha hecho hincapié en que, con las medidas tomadas, se ha solucionado un contratiempo a la vez que se ha creado otro. Pardo denuncia que el inspector de la Junta ha admitido que once centros de la comunidad "están en la misma situación" que el colegio Azorín, pero la Administración se niega a aumentar su personal porque legalmente se encuentran "dentro de la normativa".

En el mismo sentido se pronuncia Delia Olmedo, la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro, quien afirma que el equipo directivo del centro considera "legalmente correcta pero no éticamente correcta" la solución adoptada. Además, la presidenta hace hincapié en que la pérdida de las clases de apoyo y refuerzo supone también una merma en la "individualización" de la enseñanza que puede tener consecuencias negativas en los alumnos que se encuentren más rezagados, pero también en los que vayan más adelantados, porque algunos grupos no podrán seguir haciendo los desdobles.

No obstante, Olmedo ha explicado que desde el AMPA van a "esperar" a que pase esta semana para decidir si aceptan esta solución o plantean nuevas formas de protesta.

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