El barrio madrileño de Hortaleza se solidariza con los parados

"Tengo un sobrino parado de 32 años que a veces abre el frigorífico y no tiene comida para darle a sus tres hijos", cuenta indignado Luis Martínez, vecino del barrio madrileño de Hortaleza. "Lleva seis años parado y no tiene nadie que lo ayude", remacha con el poco hilo de voz que le queda. Por suerte, al sobrino de Luis todavía le queda un clavo ardiendo al que agarrarse para llegar a fin de mes.

El barrio de Hortaleza es precursor de una idea para hacer rebajas "de hasta un 20% para las personas paradas", como explica el casquero Juan Gómez, uno de los primeros en colgar el cartel de "Tienda Amiga". Esta iniciativa promovida por la Asamblea Popular de Hortaleza 15M ya ha sensibilizado a varias tiendas de la zona y a la galería de alimentación situada en la calle Mar Caspio. "Está teniendo efecto porque ya está viniendo gente incluso de otros barrios y ahora los parados tienen para comprar más leche, pan, huevos y otros alimentos a los que antes no llegaban", prosigue Gómez, quien atiende a Isabel, la mujer de Luis. "Tenemos a varios sobrinos parado", cuenta Isabel, que pide "más ayuda y más inciativas como esta para los parados y gente que lo necesita". 

Mientras se produce el desfile de carros a las 11 de la mañana, José Luis Berzal, el frutero de la galería cuenta que esta iniciativa es además "un muy buen impulso" para el pequeño comercio. "Yo no tengo intención de hablar mal de las grandes superficies, pero cuanta más cuota ha perdido el mercado pequeño, más paro se ha generado. Compramos al vecino y el vecino nos compra a nosotros y así nos ayudamos mutuamente. En cambio, "si compras a las grandes cadenas, no sabemos si el dinero va a parar a los paraísos fiscales". 

"Los ayuda a pagar la luz o simplemente llegar a fin de mes"

A la salida del mercado se encuentra la tienda de regalos Arlequín, regentada por Miguel, quien sostiene que "Hortaleza es un barrio obrero en el que siempre se buscan ideas para ayudarnos entre nosotros y hay asociaciones que se encargan de bancos de alimentos". No obstante, ahora mismo los parados "cada vez son más", como relata el pescadero Emilio Barrio, quien espera que este proyecto pronto se expanda. Este zona de Madrid, que "aunque se está regenerando y acogiendo gente nueva, siempre hay un porcentaje que se ha quedado algo excluido por el trabajo".

"En una compra general un parado puede ahorrarse cinco, seis u ocho euros que le puede venir bien para pagar la luz que ahora está muy cara, el teléfono o incluso para llegar a fin de mes", sostiene el frutero Berzal.

Hoy puede ser el sobrino de Luis Martínez quien no encuentre alimento para sus hijos en la nevera, pero mañana puede ser el frutero o el pescadero de la esquina quien engrose la lista de seis millones de parados. "Yo sé que puedo perder dinero por un lado, pero también sé que estoy haciendo un bien ayudando a una persona que lo necesita por si mañana también lo necesitamos los demás", dice el casquero.