Despilfarro

30 millones gastados en una carretera a ninguna parte

La carretera Salvaterra-As Neves, una vía inútil para hacer deporte

Carmen Valenzuela

La Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves, conocida en Galicia como Plisan, es uno de esos macroproyectos que iban a revolucionar la economía y que la crisis ha convertido en agua de borrajas. Pero no a coste cero. Este macropolígono industrial se ha comido 100 millones de euros en 10 años y todavía no alberga una sola empresa. Eso sí: la carretera de seis kilómetros y cuatro carriles que une ese polígono vacío a la autovía Vigo-Madrid ya está terminada. Cerrada al tráfico de coches porque no conduce a ninguna parte, cada vez más algunos vecinos de los pueblos colindantes acceden a ella para pasear en bicicleta o correr. Es la carretera fantasma de Salvaterra-As Neves, dos localidades situadas en la provincia de Pontevedra. Y, de momento, ya se ha tragado más 30 millones de euros.

Se empezó la casa por el tejado. Primero la carretera, y después la construcción de un polígono industrial de más de tres millones de metros cuadrados que lleva esperando su apertura al menos cuatro años. Cofinanciado en un 44,14% por los fondos europeos Feder, el macroproyecto industrial no termina de arrancar.

Miguel Raposo es uno de los vecinos de la comarca que han utilizado la vía para ir a correr. “La verdad es que te encontrabas con bastante gente que estaba haciendo deporte", afirma. “Todo el tramo está asfaltado, aunque parece que faltan cunetas y terminarla”, asegura.

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“Jugaron con las esperanzas de la gente”, dice Alberto Grandal, vecino de Salvaterra, en relación al número de puestos de trabajo que se prometieron con la proyección del polígono industrial en el año 2001. Un proyecto que los políticos prometieron convertir en el hogar de las primeras compañías mundiales y que daría empleo a miles de personas.

La realidad, a día de hoy, no puede ser más distinta. El paisaje que ofrece el Plisan son tres mil metros cuadrados de arena y montículos de tierra que esperan la oferta de alguna compañía para instalarse en la explanada. “Se va construyendo a demanda”, justifica Blanca Gafaell, jefa del Gabinete de Comunicación del Consorcio de la Zona Franca de Vigo, una de las tres administraciones implicadas en el proyecto junto con la Autoridad Portuaria de la ciudad más populosa de Galicia y la propia Xunta de Alberto Núñez Feijóo. “En estos momentos hay negociaciones con algunas empresas”, asegura Gafaell, quien dice no poder aclarar cuáles son para no entorpecer las negociaciones.

Lo más llamativo es que en plena política de recortes y sin perspectivas de que la Plisan se convierta en realidad, el dinero público sigue fluyendo. La carretera fantasma tendrá este año todos los detalles pendientes. Así lo establecen los Presupuestos Generales del Estado.

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