Barcelona

160.000 euros de multa a un jubilado por pegar carteles en la calle para sacarse un dinero haciendo portes

157.000 euros. Es la suma a la que ascienden las 300 multas que ha impuesto el Ayuntamiento de Barcelona a Miguel Romero, un ciudadano jubilado, por infringir la ordenanza municipal, según ha informado este jueves TVE. ¿El motivo? Pegar carteles en las calles ofreciendo sus servicios para realizar portes y traslados.

El Ayuntamiento de Barcelona multa a un jubilado por pegar carteles

El consistorio de Barcelona ‘perdona’ los 157.000 euros de multa a un jubilado

Según ha contado el ciudadano a los periodistas de la cadena pública, sus anuncios buscaban conseguir unos ingresos extra para poder ayudar a sus dos hijos, desempleados. TVE, además, explica que si el vecino ha acumulado tal cantidad de sanciones es porque, según él mismo ha señalado, "su precaria situación le había obligado a cambiar de domicilio varias veces, por lo que no le había llegado ninguna notificación", una afirmación que el consistorio barcelonés niega.

Romero ha anunciado que recurrirá las multas por indefensión, y su abogado ha asegurado que "un sólo agente de la Guardia Urbana [...] le ha destrozado la vida". En este sentido, el letrado ha denunciado que el Ayuntamiento actúa con una "arbitrariedad absoluta" ya que "incluso gimnasios municipales del Ayuntamiento se publicitan en fachadas de la vía pública". Asimismo,ha hecho hincapié en que su defendido cobra una pensión inferior a 1.000 euros y vive de alquiler con sus dos hijos adolescentes, que tiene que mantener, según informa La Vanguardia.

En Barcelona, pegar carteles en el espacio publico está multado con 375 euros, a los que en este caso se suman los recargos por no haber pagado las sanciones. El abogado ha explicado que Romero, en 2012, pegó varios carteles por Barcelona y poblaciones del extrarradio, como Gavà y Terrassa, y que en estas dos la policía local tuvo el "detalle" de llamarle por teléfono para advertirle que estaba realizando una actividad ilegal, sin multarle. No ocurrió lo mismo en Barcelona, donde según las palabras del letrado que recoge La Vanguardia, posiblemente un mismo agente de la Guardia Urbana "fue siguiendo los carteles como si fueran miguitas" y poniendo denuncias por cada uno que encontraba, "con ensañamiento".

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