Caso Blesa

Las pruebas que relacionan a Blesa con la estafa de las preferentes

Miguel Blesa, durante un foro financiero en 2008.

El próximo 3 de marzo, el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa tendrá que explicar ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu su relación con la comercialización de participaciones preferentes, un producto financiero de alto riesgo que ha dejado atrapados a cientos de miles de pequeños ahorradores, que adquirieron estos productos pensando que metían sus ahorros en algo tan seguro como un depósito pero más rentable y que podrían recuperar de forma inmediata su dinero sin mayor complicación. La media de inversión por preferentista se situó entre 15.000 y 20.000 euros, según un informe de la asociación de usuarios de la banca Adicae.

El nombre de Miguel Blesa y de la entidad que dirigió está estrechamente relacionado con esta estafa porque Caja Madrid emitió en 2009 y en 2010 un total de 3.800 millones en preferentes y otros productos híbridos similares, pese a conocer sus deficiencias. A continuación se detallan las pruebas que implican al banquero en este asunto: 

01. El documento sellado que prueba el engaño al vender preferentes 

Un documento inédito sobre preferentes sellado por una oficina de Caja Madrid de Guadalajara, al que tuvo acceso infoLibre, prueba cómo la entidad engañó a sus clientes suministrándoles información presuntamente falsa durante la emisión en 2009 de participaciones preferentes por un valor de 3.000 millones de euros. La caja dio información positiva de un producto cuando se conocía su degradación. "En un lenguaje más coloquial es como si la caja diera la posibilidad a sus clientes preferenciales de formar parte de su capital social, la emisión, por supuesto está 100% garantizada por la caja", puede leerse en ese escrito elaborado por el banco y dirigido a uno de sus clientes.

"No existe plazo definido de la inversión, no obstante, se trata de la tercera emisión de estas características que hace Caja Madrid, y siempre se ha culminado/amortizado reintegrando el 100% de la misma a los suscriptores a los cinco años de la emisión", podía leerse en el documento. Sin embargo, esa información no coincidía con la contenida en el contrato que firmó el cliente.

Asimismo, el texto da a entender que las preferentes, que en su mayor parte tenían una vigencia vitalicia, podrían revenderse de forma fácil. "Liquidez. En cualquier momento, si necesitaras deshacer una inversión, lo que haríamos sería poner a la venta tus participaciones para que sean adquiridas por otros interesados en la misma, teniendo en cuenta que Caja Madrid se compromete en un plazo de siete días a llevar a cabo dicho proceso y abonártelo en tu cuenta", resalta el documento de la entidad financiera madrileña. El documento inédito, que fue clave en la condena a Bankia a devolver 34.000 euros a un particular, corrobora las versiones de miles de afectados, cuyas declaraciones hasta el momento no habían podido ser contrastadas de manera documental. 

02. el correo que prueba que sabía en 2006 que los preferentistas perderían dinero

Los correos secretos de Blesa prueban que el banquero sabía en 2006 que los preferentistas no recuperarían el 100% del dinero invertido. En concreto, se trata de un correo electrónico que le envía a Blesa el entonces director general de banca comercial de la entidad, Ramón Ferraz Ricarte, el 1 de septiembre de 2006. Ferraz Ricarte le explica que en ese momento el precio en "los mercados institucionales" de las preferentes solo llegaba al 90% de su valor nominal y le informa de que la opción que sigue la caja "es buscar contrapartida con nuestros propios clientes". El mensaje prosigue: "Esto es posible hacerlo con los actuales tipos de interés con un descuento menor, entre el 97% y el 100% del valor nominal, porque el mercado minorista demanda una prima menor que el mayorista como contrapartida a la perpetuidad de la deuda. Esto es lo que estamos haciendo". Es decir, la caja conseguía evitar las pérdidas que hubiera sufrido si hubiera accedido al mercado institucional en detrimento de los pequeños ahorradores.

Un poco más adelante, en el mismo correo electrónico, Ferraz Ricarte explica el mecanismo que desarrollaba la caja con las preferentes. Consistía en centralizar todas las órdenes de venta y de compra a un precio superior al 97% y "casarlas", que significa asignarlas a un comprador que estuviera dispuesto a pagar esa cantidad. "Quiero señalarte también que el precio del 97% se está admitiendo bien por aquellos clientes que desean vender sus participaciones, puesto que la rentabilidad que han obtenido hasta ese momento vendiendo a ese precio ha sido del 3,25%", destaca el correo electrónico.

Pese a ello, Caja Madrid, según los datos oficiales de un informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del 26 de septiembre de 2011, promovió al menos dos emisiones de productos híbridos a los clientes minoristas en fechas posteriores. La primera en 2009, por un valor nominal de 3.000 millones de euros, y la segunda en 2010, que alcanzó los 800 millones de euros. Gracias al citado correo se sabe que desde 2006 Blesa formó parte activa de la gestión y planeamiento de las preferentes.

03. Las advertencias de las agencias de calificación 

“Elpidio es el único que ha dado la cara por nosotros”

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El 4 de marzo de 2009, la agencia de calificación Standard & Poors comunicó que la perspectiva de las preferentes se mantenía "negativa". Días después, el 22 de abril, Fitch Ratings también consideraba que la perspectiva de este producto que se vendía como muy rentable era "negativa".

A pesar de estas advertencias, la oferta que contiene el documento inédito sobre preferentes sellado por una oficina de Caja Madrid de Guadalajara tenía como fecha de inicio de comercialización el 22 de mayo de 2009. A partir de entonces Caja Madrid consiguió captar casi 3.000 millones de euros con esas preferentes. Las alabanzas del empleado de Guadalajara de la entidad financiera madrileña recogidas en ese documento contrastan con las comunicaciones oficiales enviadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El producto se comercializó entre miles de clientes de Caja Madrid, incluidos empleados.

De forma paralela a la comercialización de las preferentes a clientes minoristas hasta alcanzar casi los 3.000 millones de euros, Caja Madrid se vio obligada en 2009 a comunicar a la CNMV que las preferentes se estaban degradando. Y lo hizo a través de hechos relevantes (entre abril de 2009 y el año 2011), en los que especificaba que este producto financiero llegó a considerarse como bono basura. Es decir, mientras en las oficinas bancarias se vendían las preferentes, en la dirección de la caja se tenía conocimiento de que este producto se estaba degradando.

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