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Supuesta agresión policial en Zaragoza

“Uno me pisaba las costillas dejándome sin respiración, y otro me pisaba la cabeza”

Un ciudadano de Zaragoza ha denunciado a través de un vídeo colgado en Internet una supuesta agresión que sufrió la madrugada del pasado día 25 de enero por parte de varios agentes de la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) de la policía local de la ciudad. ¿El motivo? Fumar en el interior de un local donde se estaba celebrando un concierto.

Gabriel Peinado, la supuesta víctima, explica que al encender "un segundo cigarro" una vez terminado el concierto al que había asistido solo, un miembro de la organización del evento le exigió que lo apagara –"gritándome", puntualiza Peinado–, cosa que hizo. "Respondí que por qué no lo había dicho quince minutos antes, cuando había un componente del grupo fumando, o en todo caso por qué no lo anunciaba públicamente pues en ese momento muchos de los asistentes seguían fumando", continúa relatando el presunto agredido, que explica que el encargado se marchó y volvió a los pocos minutos acompañado por seis agentes de la brigada UAPO,que Peinado define como "los antidisturbios de la Policía Local".

Y aquí comienzan las divergencias entre la versión de la policía y la del ciudadano. Según este, los policías –que alegan que el supuesto agredido estaba consumiendo estupefacientes, extremo que éste niega– le sacaron a la calle tras informarle de que estaba detenido, mientras que los agentes declararon en el juzgado esa misma noche que conminaron a Peinado a identificarse y salir del local, algo que éste se habría negado a hacer "ni por las buenas ni por las malas". Los policías narran que sujetaron a Peinado para sacarlo del recinto, ante lo cual éste comenzó a propinarles patadas hasta consiguieron sacarlo a la calle y detenerlo "utilizando para ello la mínima fuerza imprescindible".

Pero no es lo que cuenta la víctima del supuesto ataque, que negó ante el juez que los agentes le hubieran pedido la identificación, así como que les hubiese agredido. Todo lo contrario: según Peinado, "una vez detrás de la furgoneta policial y fuera de la vista de ningún posible testigo, se me esposó y a la orden de uno de ellos, que dijo 'ya podeis', comenzaron a darme una paliza".

"Me dieron golpes y porrazos por todo el cuerpo", relata el ciudadano, que explica que como consecuencia de los impactos "cayó desplomado al instante". Pero la presunta agresión no terminó ahí. Peinado no escatima en detalles al asegurar que "una vez en el suelo e inmovilizado, uno de ellos me pisaba las costillas dejándome sin respiración, y otro me pisaba la cabeza". El supuesto agredido también ha denunciado que los agentes le llegaron a bajar los pantalones antes de terminar la paliza, tras lo cual fue trasladado a dependencias policiales y acusado de desobediencia y agresión a tres agentes.

El parte médico presentado ante el juez muestra que el médico forense que examinó al detenido encontró diversas heridas y contusiones en los brazos, el tronco y la pierna derecha, pese a lo cual no se estimó que estas lesiones mereciesen la prescripción de una baja. Por contra, el galeno que atendió a los policías locales sí aseguro que los daños sufridos por dos de los agentes les impedían desarrollar su actividad habitual, a pesar de la imprecisión a la hora de describir estas lesiones: de hecho, tan sólo se hace referencia al dolor que manifiestan los policías al ser examinados, a pesar de que el forense explica en su informe que "no se aprecia hematoma externo" en uno de los casos, mientras que en el otro se hace referencia a la presencia de un vedaje tubular.

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Los UAPO, una unidad con varias polémicas a sus espaldas

La denuncia de Peinado ha tenido eco en el ámbito político, ya que el portavoz del grupo municipal de IU en el Ayuntamiento de Zaragoza, José Manuel Alonso, ha exigido “el esclarecimiento de los hechos” a través de una investigación interna, así como que se "depuren responsabilidades" si es necesario. 

Sin embargo, este no es el primer problema relacionado con la unidad UAPO en Zaragoza: en 2012, tres jóvenes denunciaron a varios agentes de la brigada por otra supuesta agresión, mientras que ese mismo año hasta nueve policías locales pertenecientes a este grupo fueron juzgados por haberse excedido al usar la fuerza contra varios ciudadanos, que les acusaban de haberles agredido cuando iban a identificarlos o detenerlos. Finalmente, los agentes fueron absueltos.

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