Miles de manifestantes convocados por colectivos feministas han vuelto a salir a la calle para exigir que el Gobierno retire el anteproyecto de Ley del Aborto que lleva la firma del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
Esta es la segunda protesta multitudinaria en una semana que recorre las calles de Madrid contra la futura ley.
La marcha ha partido de la madrileña glorieta de San Bernardo y ha discurrido por las calles del centro hasta Callao, donde se ha leído un manifiesto. A su paso por el Ministerio de Justicia, la multitud ha pedido la dimisión del ministro. "Es un
recorte impresionante a los derechos de las mujeres y responde a la ideología que el señor Gallardón tiene de las mujeres", criticó Cristina Garaizabal, del colectivo en defensa de las trabajadoras del sexo Hetaira.
Garaizabal sostiene que "
correrá peligro la vida de quienes no tengan dinero para abortar". Por esa razon, asegura, es necesario que la ciudadanía siga "en la calle" después de las
victorias cosechadas por las movilizaciones contra la privatización de la sanidad pública y las
obras del barrio burgalés de Gamonal.
El anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, que es como Gallardón ha bautizado su recorte de la legislación en materia de aborto,
impide a las mujeres el derecho a interrumpir su embarazo en las primeras catorce semanas de gestación.
"Es volver a tiempos predemocráticos.
Esta ley deja en pañales a todas las leyes que se han hecho en materia del aborto, que no han sido suficientes", señala Mayca Bellido, de Izquierda Unida Comunidad de Madrid, quien reivindica un "aborto legal, seguro y gratuito" y que no se imponga la maternidad a nadie.
En la práctica, las mujeres sólo tendrán la última palabra sobre la interrupción del embarazo si han sido víctimas de un "
delito contra la salud o indemnidad sexual", es decir, de una violación que haya sido denunciada. La cuestión del supuesto de malformación del feto para poder interrumpir el embarazo hasta las 22 semanas solo se admitirá si es
“incompatible con la vida”. Además,
las menores necesitarán permiso y acompañamiento paterno para abortar tal y como ocurría con la ley de 1985.
"
Se están vulnerando los derechos de las mujeres y su capacidad de decisión. Si no se puede abortar aquí legalmente vamos a tener que dar pasos atrás", señaló la manifestante Mari Carmen Fernández.
Durante la protesta volvieron a verse carteles que pedían "Fuera los rosarios de nuestros ovarios", en referencia a la
postura de la Iglesia, a las que siguieron otras como "Aborto legal para no morir" o "Mi cuerpo, mi decisión". Para la joven Cecilia Barba, es de las mujeres "el único derecho a decidir" sobre su cuerpo L
a única solución, concluyó, será ir "a matasanos o a Londres" para poder abortar.
El PP "ha vendido" los derechos de las mujeres
Para la Plataforma de las Mujeres en la Diversidad de la Comunidad de Madrid, el Gobierno del Partido Popular "ha vendido los derechos de las mujeres a los sectores de extrema derecha y la jerarquía eclesiástica", tal y como se leyó en el manifiesto, en el que se denuncia que se quiere imponer a toda la sociedad y a las mujeres sus
ideologías ultra conservadoras que rechazan y condenan toda práctica sexual de las mujeres dirigida a fines reproductivos".
La denominada Ley Gallardón es para este colectivo
un ataque "machista" al derecho a decidir de las mujeres sobre su propio cuerpo y la libertad a elegir su proyecto de vida.
Los convocantes consideran también que se regresa a un sistema que significa un "
retroceso de 30 años" en los derechos de las mujeres comparativamente con otros países europeos. La resolución del Parlamento Europeo sobre salud sexual y reproductiva, recuerdan, recomienda que para proteger la salud reproductiva y los derechos de las mujeres se debe proporcionar un
aborto "legal, seguro y accesible a todas las mujeres".
El manifiesto asegura también que la ley Gallardón recuerda los "tiempos de la dictadura" y la falta de libertad que se vivía, pues
"expropia" a las mujeres el derecho a tomar sus propias decisiones y las convierte en "personas sin derechos al quedar embarazadas".
Este es el verdadero problema con la religión, que en nombre del amor y la bondad al final lo único que se obtiene es humillación, sufrimiento, sometimiento y discriminación, sobre todo de los más débiles porque no olvidemos que para la Santa Madre Iglesia la mujer es un ente sospechoso y claramente inferior que no puede ser nunca autónomo por encontrarse siempre necesitado de guía por parte de un varón, padre o esposo. Así que ¿cuánto tiempo seguiremos permitiendo que unos ignorantes sotanados que se rigen por las alucinaciones morales de unos dementes pastores de cabras de la Edad del Bronce sigan imponiendo sus antidemocráticos, sexistas, discriminadores y prehistóricos puntos de vista? http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/09/los-mas-elevados-sentimientos.html
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