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Expulsado de Marruecos por querer investigar la situación de los saharauis

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Ibon Uría

Marruecos ha expulsado a un joven español, Juan Carlos Gómez, que acudió al país con la intención de realizar un estudio sobre derecho internacional, derechos humanos y su situación en el Sáhara. Gómez, alumno de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y estudiante de Derecho y Ciencia Política, se encuentra actualmente en Las Palmas, a la espera de un segundo vuelo que lo devuelva a su ciudad de origen.

Según relata en una conversación con infoLibre, llegó al aeropuerto de El Aaiún el pasado martes a las 16.15 horas y "nada más llegar al puesto de seguridad", policías le preguntaron "qué iba a hacer en el país". Tras responder que es estudiante de Derecho e indicar su hotel de destino, fue acompañado por varios agentes a un cuarto donde revisaron su equipaje. Gómez asegura que no cuestionó entonces la medida, ya que todo parecía un registro rutinario. "Sé que tienen especial atención con extranjeros", dice.

Sin embargo, todo fue de mal en peor. "Se pusieron nerviosos cuando encontraron un Nuevo Testamento en mi mochila", explica. "Me preguntaron si iba a evangelizar la zona, a lo que respondí que no", añade Gómez, que asegura que el libro forma parte de su equipaje habitual, al igual que una cámara que los agentes también hallaron y sobre cuyo uso le interrogaron. "Querían saber para qué iba a utilizar la cámara de fotos y si era periodista", recuerda. Para entonces eran ya cinco los policías que participaban en el registro.

Colaborar con el Sáhara

En realidad, el motivo del viaje de Gómez era realizar un estudio en el marco de sus estudios de Derecho y Ciencia Política. El joven quería investigar la aplicación de la legislación internacional en el Sáhara, y para ello contactó con dos asociaciones. De acuerdo con su narración, "el problema final" comenzó cuando los agentes encontraron en su cartera tarjetas de ambas organizaciones. Entonces lo hicieron pasar a otra estancia donde revisaron minuciosamente todos los archivos informáticos de su ordenador y su tableta.

"Estuve tres horas metido en un despacho y encontraron un par de fotos de una conferencia en mi Universidad en la que participó Aminatu Haidar", explica. Fue en ese momento cuando quedó retenido en el aeropuerto desprovisto de pasaporte. Tras una discusión, cuenta, agentes marroquíes le prepararon "un cuarto con una especie de cama" en un comercio cerrado en el aeropuerto. "Y me trajeron agua, zumo y galletas", añade. A última hora de la noche, y sin mayores explicaciones, se le indicó que sería devuelto a España a la mañana siguiente.

Viaje de vuelta

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"Esta mañana [por la mañana del jueves] me despertaron a las ocho de la mañana, me sentaron en una silla, me dijeron que mi avión salía a las 13.20 horas y me obligaron a borrar las fotografías que había tomado", asegura. Durante esas horas de espera, contactó con la Embajada española y con el consulado de El Aaiún. La única ayuda que recibió, denuncia, fue la de un trabajador de la sede diplomática que se acercó hasta el aeropuerto para tomar nota de su nombre. "No volví a saber nada de él", zanja.

Gómez también fue visitado por el teniente de alcalde de la localidad marroquí, y no fue hasta entonces cuando conoció los argumentos de Marruecos para impedir su entrada. "Fue una visita política –señala–. Me dijo que no se puede venir a Marruecos y me acusó de no tener dinero suficiente, a lo que respondí que llevaba 600 euros en efectivo y una tarjeta de crédito en un país en el que el hotel costaba 20 euros al día". Gómez asegura que comentó al político que haber escuchado a los agentes acusarle de colaboracionismo con el Polisario. "Fue el final de la visita. Se levantó y me dijo que no estaba para discutir ahí", concluye el joven.

La última incógnita del viaje es saber quién se hará cargo del coste de los billetes de regreso. Aunque de momento Gómez no ha tenido que realizar ningún desembolso, no tiene la certeza de que su expulsión vaya a salirle gratis: "Me pidieron que le facilitase mi nombre a la compañía aérea, y sospecho que me cambiaron el billete de vuelta que yo tenía comprado por este... aunque también me dijeron que Marruecos pagaba el billete y que luego me pasarían la factura".

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