Debate del estado de la nación

La oposición en bloque critica el “triunfalismo” de Rajoy y su discurso “alejado de la realidad”

Era muy fácil saber este martes, en el arranque del segundo debate del estado de la nación de la legislatura, en qué puntos concentrarían sus críticas los grupos parlamentarios en el Congreso. En síntesis: que Mariano Rajoy había dado forma a un discurso "autocomplaciente", "triunfalista", poco concreto, "alejado de la realidad", en el que llamaban poderosamente la atención las ausencias sobre "desigualdad" y pobreza, las víctimas de la crisis, la contrarreforma de la Ley del Aborto o el caso Bárcenas-Gürtel que enreda al PP desde hace más de cinco años. Además, la oposición acusó al presidente de dar paladas de patriotismo sin ofrecer ninguna solución a Cataluña

"Rajoy no se habría atrevido a lanzar su discurso" de satisfacción "en el Inem", porque en estos dos años se ha destruido un millón de puestos de trabajo, verbalizó primero Soraya Rodríguez, la portavoz socialista, en los pasillos de la Cámara baja, al término de la alocución del presidente. Como tampoco se habría atrevido, siguió, a hacerlo en una escuela pública. El jefe del Ejecutivo "está contento" con sus políticas, pero "desconoce las consecuencias" que estas tienen en la población. Rodríguez subrayó que, desde que está en la Moncloa el PP, se ha abierto una "profunda brecha de desigualdad" en la sociedad. Un hecho que no citó el presidente, como tampoco "dirigió una palabra a las mujeres", a las que amenaza con su durísima Ley del Aborto. "Un discurso triunfalista, sin alma y alejado completamente de la realidad. Burocrático, tan insensible como su política. No ha hablado ni un minuto de la gente que sufre sus políticas. Hizo un discurso de contable, de registrador de la propiedad", añadieron más tarde fuentes del partido. 

De "triunfalismo" habló también Josep Antoni Duran i Lleida. Como dijo el portavoz de CiU, la bajada de la prima de riesgo y el alejamiento del riesgo del rescate "no anima ni soluciona los problemas de los parados". "La gran ausente" es la política social, reprodujo

"Una realidad contraria a la que percibe la gente. La España real ha estado ausente", la de los parados, los que sufren la crisis, los que han sido desahuciados, los que "no pueden pagar la luz y el agua", las mujeres, señaló desde el otro flanco ideológico José Luis Centella, portavoz de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA). "Nosotros vamos a traer la realidad al pleno", dijo, apuntando a su camiseta y a las del resto de sus compañeros de grupo, cada una de un color diferente para recordar la lucha de las mareas ciudadanas. 

En el resto de portavoces se oyeron reflexiones similares. "Su discurso fue una manta de patchworkpatchwork, de una superficialidad pasmosa", "no reconoce los problemas reales de nuestro país", "huye de la realidad", resumió Rosa Díez, de UPyD. "No tiene abuela. Se ha pasado una hora y media con un discurso totalmente autocomplaciente. Es algo a lo que nos tiene acostumbrados el presidente, pero esta vez ha rebasado los límites de lo aceptable [...]. No se corresponde con la realidad", sentenció Aitor Esteban, del PNV. "Estamos atónitos ante la bunkerización de Rajoybunkerización , cómo se ha atrincherado en contra de la realidad y de los problemas obvios de la gente, en contra de la democracia y en contra de la voluntad mayoritaria de Cataluña. Este divorcio de la realidad es muy preocupante", abundó Alfred Bosch, de ERC. Semejantes valoraciones se oyeron en boca de Xabier Mikel Errekondo (Amaiur), Olaia Fernández Davila (BNG), Pedro Quevedo (Coalición Canaria), Joan Baldoví (Compromís-Equo), Enrique Álvarez Sostres (Foro Asturias) y Uxue Barkos (Geroa Bai).

"España grande y libre"

Los grupos también coincidieron en rebajar el oropel con que Rajoy había revestido sus medidas estrella: la tarifa plana de cotización a la Seguridad Social de 100 euros durante los primeros 24 meses y la reforma tributaria que beneficiaría a 12 millones de contribuyentes. Medidas que carecen de "credibilidad" para el PSOE porque hasta ahora el presidente ha hecho "lo contrario" de lo que prometió en campaña. Y la tarfia plana suena más a "reforma de la reforma laboral", un puro bluff. "Intenta vendernos humo y buscar un titular", expresó Centella. El único más satisfecho fue Duran, quien señaló que aunque las anunciadas no son "grandes propuestas de futuro", sí hay alguna cuestión que se puede valorar porque casa con el plan de choque defendido por CiU en más de una ocasión. 

... Y Cataluña. Otro de los pilares claves de la intervención de Rajoy. El PSOE no entró a valorarlo y recordó cuál es su propuesta: diálogo y reformas. Para los convergentes, el presidente hace aumentar la "nómina de independentistas" al no ofrecer alternativas al soberanismo y enrocarse en un discurso de "España grande y libre". El republicano Bosch dijo no haber visto "nada nuevo ni prometedor" en Rajoy, más que él mismo alzándose "con las tablas de la ley", repitiendo "qué no se puede hacer". El diputado insistió en que, pese a sus palabras, el 9 de noviembre habrá referéndum. Al PNV le soliviantó la "traca final", el tramo de "Santiago y cierra España", sin mentar siquiera lo que ocurre en Euskadi, lo que lleva a pensar a su partido que el País Vasco "ni le preocupa ni le ocupa". Una ausencia que también destacó Errekondo. 

A la oposición también le dolió igualmente que Rajoy se presentase como el "adalid" de la transparencia. O, como dijo burlón Esteban, "como el Míster Proper" de la lucha contra la corrupción, cuando tiene detrás y sin resolver el caso Bárcenas y a su extesorero, en la cárcel.

El único portavoz que se mostró más satisfecho con el presidente fue Carlos Salvador, de UPN, quien dijo haberle visto "más fuerte que nunca". El diputado confió en que el Gobierno dé a la crisis navarra abierta por el caso Goicoechea una respuesta similar a la que ha dado al "desafío separatista catalán", informa Efe.

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