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Caso Nóos

Torres carga contra la infanta con un escrito que recalca el apoyo del rey a Urdangarin

Diego Torres y Ana María Tejeiro

El escrito con que el abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, se opone a la posible imputación de su cliente y su esposa, Ana Tejeiro, por blanqueo de capitales se ha convertido en un nuevo mazazo a la infanta Cristina y su padre, el rey, por el apoyo prestado a Iñaki Urdangarin. Redactado en tono irónico, distribuido en 71 puntos y con frases que sugieren la existencia de nuevos correos todavía desconocidos, el escrito utiliza la técnica de la negación –lo que no hizo la mujer de Diego Torres– para lanzar un ataque en toda regla contra Cristina de Borbón, con la que traza un paralelismo claro pese a que su nombre se elide siempre. Es a la infanta, al rey y otros miembros de la Casa a quienes, de manera apenas velada, el documento señala como quienes sí hicieron múltiples gestiones a favor de Urdangarin, sus proyectos empresariales y la pretendida ONG Instituto Nóos.

El documento sugiere que Torres posee munición que todavía no ha utilizado contra su antiguo socio, su esposa y su familia política. Por ejemplo, el punto 23 dice lo siguiente: “El asesor del padre de AT [Ana Tejeiro] no recibía mensajes desde Puerto Portals para ser informado de las actividades de marketing de Nóos y de los planes para crear el Instituto Nóos”. Leído al revés, como cada uno de las 71 negaciones, lo anterior significa que, según Torres, fue “el asesor” del padre de Cristina de Borbón quien habría recibido esos mensajes, enviados desde uno de los enclaves más exclusivos de Mallorca. El texto no precisa si el aludido es el abogado externo del rey, el conde de Fontao, aunque es él el único que en la causa aparece como “asesor” del monarca. La puesta en funcionamiento de Instituto Nóos con Iñaki Urdangarin como presidente se produjo en el otoño de 2003. Para entonces, Urdangarin y Torres ya operaban con una empresa llamada justamente Nóos Consultoría Estratégica SL.

Pero el relativo a los “mensajes desde Puerto Portals” no es el único dardo que Torres lanza sobre el papel de la infanta y el rey. El punto 31 dice lo siguiente: “No fue AT quien le pidió a su padre que hablase con su amigo Aga Khan para que asistiese o enviase alguien al VS”. AT es Ana Tejeiro; VS, el Valencia Summit, la primera de las cumbres turístico-deportivas que reportaron a Instituto Nóos seis millones de euros en Valencia y Baleares. Y lo que con esa negación viene a sostener Torres es que fue la infanta quien le pidió al rey que hablase con el multimillonario líder espiritual de los ismaelitas, una rama del islam.

De Telefónica a Fainé pasando por el Aga Khan

El mecanismo se repite en los dos siguientes puntos: uno, sobre cómo “no fue AT quien sugirió que se le pidiese a su padre que hablase con Bernie Ecclestone”. Y otro, sobre cómo tampoco fue “el padre de AT quien logró el patrocinio de Louis Vuitton para Instituto Nóos”. Los correos electrónicos aportados por Torres en los dos últimos años ya demostraban que Urdangarin pidió ayuda al rey en relación con el magnate de la Fórmula I y con el igualmente rico Bernard Arnault, propietario del grupo LVMH, o sea, de Louis Vuitton. Pero, hasta ahora, nadie había vinculado a la infanta con esas gestiones.

El punto 40 apunta de nuevo al rey y, ahora, también a Telefónica, la multinacional que llegó a pagar a Urdangarin cuatro sueldos a través de otras tantas filiales americanas. El texto dice lo que sigue: “No fue la llamada del padre de AT la que el vicepresidente de Telefónica agradece a IU [Iñaki Urdangarin] en un correo”.

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Otro de los popes de la economía contra quienes carga el escrito es Isidro Fainé, presidente de La Caixa. Omitiendo su nombre pero no su cargo, el punto 52 se centra en sus gestiones a favor de la pareja Urdangarin-Borbón: “El presidente de La Caixa nunca ha asesorado a AT para demostrarle que podía asumir el pago de una nueva casa en el barrio más caro y exclusivo de Barcelona, Pedralbes”. Torres ya aportó al juez varios correos que indicaban cómo Urdangarin había pedido consejo a Fainé –“su segundo padre”, le llama en otro email– sobre los escenarios de financiación para la compra del palacete de Pedralbes. La hipotética respuesta de Fainé a Urdangarin no existe. O si existe, Diego Torres no la ha aportado.

El texto no evita la faceta más vidriosa y cercana al tabú de todas las que confluyen en el caso: la de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la princesa consorte cuya amistad con el rey afloró tras el safari a Botswana. Corinna ofreció trabajo a Urdangarin, que llegó a enviarle un número de cuenta, aunque la investigación de ese cabo quedó en punto muerto. Y el punto 34 recuerda el episodio: “No fue una amiga entrañable del padre de AT quien propuso presidir la Fundación Laureus”. Ese es el trabajo que la aristócrata ofertó al duque de Palma.

¿Qué significa este nuevo escrito, con el que la defensa de Diego Torres se opone a la petición de Manos Limpias para incluir en la lista penal de sus clientes el delito de blanqueo, uno de los dos cuya presunta comisión cimentó la imputación de la infanta? De momento, no se ha producido la entrega de ninguna nueva batería de emails u otros documentos. Es una incógnita si Torres los tiene. Y otra, si se decidirá a aportarlos antes de que el juez dicte el auto que ha de poner fin a la instrucción y en el que se despejará la principal duda del caso: si incorpora o no a Cristina de Borbón a la lista de procesados con destino al banquillo. Para ese momento aún faltan muy posiblemente semanas: el juez, y así lo aseguran fuentes jurídicas, no lanzará ese auto hasta que estén resueltos varios recursos y peticiones –la de Manos Limpias, entre ellas– y el expresidente valenciano Francisco Camps, el único testigo que logró demorar su comparecencia mediante súbita desaparición, haya respondido a la segunda ronda de preguntas: escritas, por privilegio de su escaño.

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