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apología del 23-F

Interior calla sobre posibles sanciones al hijo de Tejero y no da detalles del almuerzo de los golpistas

Interior oculta los detalles del almuerzo de Tejero y no aclara si le abrirá expediente

Ibon Uría

El Ministerio del Interior oculta todos los detalles relativos al almuerzo que el pasado 18 de febrero mantuvo en un cuartel de la Guardia Civil en Madrid el teniente coronel Antonio Tejero Díez, hijo del golpista Antonio Tejero Molina, con su padre y varios de los implicados en el intento de golpe de Estado de 23-F.

A preguntas de este medio, Interior se ha remitido exclusivamente a una breve nota de prensa en la que informa del cese de Tejero hijo al frente del Grupo de Reserva y Seguridad número uno de la Guardia Civil por haber mantenido "un almuerzo no autorizado en su acuartelamiento con diversas personas implicadas en el intento de golpe de Estado de 23-F". "Por el momento no tenemos más información", han asegurado fuentes del Ministerio a este periódico.

El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz también ha evitado aclarar si se abrirá un expediente informativo al teniente coronel, que compartió mesa y mantel con, entre otros, el excapitán Jesús Muñecas Aguilar, condenado por su implicación en el 23-F y reclamado ahora en la querella argentina contra el franquismo por un delito de torturas que presuntamente cometió en 1968.

Fuentes de Defensa consultadas por infoLibre coinciden en señalar que, a la vista de los indicios existentes, hay razones más que sobradas para la apertura de dicho expediente, a fin de esclarecer los hechos y determinar si Tejero ha cometido algún tipo de falta que pudiera acarrearle sanciones más allá de la destitución, que implica únicamente que se queda sin destino de forma provisional.

Los expertos consultados por este medio consideran relevantes varios elementos a la hora de determinar sanciones. En primer lugar, saber quién pagó el almuerzo servido en dependencias de la Guardia Civil. En segundo lugar, establecer si se trató de una reunión de amigos o si, por el contrario, se trató de una celebración, conmemoración o exaltación del 23-F. Y, finalmente, aclarar si se utilizó personal de la Guardia Civil para servir esa comida privada.

De acuerdo con la Ley Orgánica del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, es el Ministerio de Defensa quien impone sanciones a propuesta de Interior, y siempre tras la apertura de un expediente disciplinario para el que ha de nombrarse un instructor. Las sanciones pueden abarcar desde la mera reprensión hasta la separación definitiva del servicio, pasando por opciones como la suspensión temporal de empleo o la pérdida de puestos en el escalafón.

Entre las conductas que pueden ser objeto de sanción figuran cuestiones como "la realización de actos irrespetuosos al ordenamiento constitucional" o a las instituciones, "ordenar a subordinados la ejecución de prestaciones de tipo personal" y el "mal uso" de los locales, material y demás elementos de los servicios. La tramitación de los expedientes no puede superar el plazo de dos meses en el caso de las faltas leves o los seis meses si se trata de faltas graves o muy graves. 

El antecedente de Chicharro

El golpista Tejero celebró los 33 años del 23-F con un almuerzo en un cuartel de la Guardia Civil

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Recientemente, se produjo otro acto de exaltación golpista en el Ejército que quedó sin sanción. Ocurrió en 2013, cuando el general Juan Antonio Chicharro, entonces en la reserva, afirmó en un foro sobre las Fuerzas Armadas que "la patria es anterior y más importante que la democracia" y que "el patriotismo es un sentimiento y la Constitución no es más que una ley". Tras iniciarse trámites para sancionarle, las declaraciones de Chicharro quedaron finalmente sin castigo al concluir dos informes que no eran punibles.

Entre los participantes en el almuerzo de Valdemoro figuran Tejero y Muñecas, condenados por el 23-F a 30 y 5 años de prisión respectivamente el 3 de junio de 1982. Antonio Tejero quedó en libertad el 3 de diciembre de 1996, aunque desde 1993 se encontraba en régimen abierto en la cárcel militar de Alcalá de Henares. Muñecas, por su parte, cumplió tres cuartas partes de su condena antes de ser puesto en libertad provisional y expulsado del Ejército.

La intentona golpista se saldó con 30 condenados, de los que únicamente Tejero cumplió más de diez años de cárcel. De hecho, tras cumplir un año fueron puestos en libertad nueve de ellos. Tres más salieron a los dos años y seis quedaron en libertad al cabo de tres años en prisión. Los restantes 12 culpables fueron quedando en libertad, a excepción de Tejero, antes de 1990, fecha en la que Milans del Bosch fue liberado tras cumplir dos terceras partes de su condena.

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