Seis demandas de las mujeres contra la lacra de la violencia machista

Desde el pasado lunes, cinco mujeres han sido asesinadas en España a manos de sus parejas. En lo que va de año la cifra oficial asciende a 16. Hay además dos casos que se están investigando. Los repuntes en el número de víctimas son cíclicos y responden a factores diversos. Pero vuelven a poner el foco sobre una lacra que ha supuesto la muerte a más de 650 mujeres en los últimos diez años. Acabar con la violencia machista, señalan las representantes de colectivos de mujeres consultadas para la realización de este reportaje, no es tarea de un día. Es un camino de largo recorrido en el que hay cuestiones sobre las que hay que actuar sin levantar el pie del acelerador. Sólo así, coinciden, se podrá contribuir a atajar esta tragedia.

infoLibre resume algunas de sus principales demandas a continuación:

01. Apostar por la sensibilización 

Concienciar a la población frente a una tendencia instaurada durante siglos es muy complicado. De ahí que la sensibilización, coinciden las fuentes consultadas, sea básica en toda estrategia encaminada a atajar la violencia machista. "Las campañas mandan mensajes muy importantes a la sociedad. A las víctimas se les transmite seguridad para que confíen en el sistema y a los maltratadores la idea de que son criminales", afirma Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación Mujeres Progresistas, que señala que la política preventiva "no se está cuidando por los recortes". La realidad es que los fondos para alertar contra el maltrato también han sufrido tijeretazos en los últimos años. En 2012 el Gobierno redujo un 70% la partida dedicada a este fin bajo el argumento de que las campañas eran caras y poco eficaces. El recorte se ha mantenido en los años siguientes. El nuevo equipo ministerial optó entonces por reutilizar campañas y apostar más por el uso de las nuevas tecnologías y menos de la televisión, un medio más masivo, como se había hecho hasta el momento. 

Nina Infante, presidenta del Fórum de Política Feminista, cree que los recortes en este campo no son el camino. "Si hubiera una apuesta firme por la sensibilización ante esta tortura la sociedad sería más consciente de lo que se supone". En este punto pone el ejemplo de las campañas contra los accidentes de tráfico, muy presentes en los medios de comunicación y que han dado buenos resultados. "Estas campañas tienen que servir para afianzar el repudio social a los agresores al tiempo que se muestra que sus actuaciones tienen graves consecuencias", añade Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres. Hay datos que demuestran que el esfuerzo que se ha hecho para potenciar la sensibilización sí arroja frutos. Un encuesta de la secretaría de Estado de Igualdad de la que informó El País revela que el 60% de la población conoce la existencia de una ley específica de violencia de género o que algo más del 70% sabe del teléfono 016, la línea de atención a las maltratadas que es gratuita y no deja huella en la factura.

02. Proteger a las víctimas 

La dureza de la crisis y los recortes en los servicios asistenciales que gestionan ayuntamientos y comunidades obsesionados con la contención del gasto aparecen como condiciones determinantes del descenso del número de denuncias según las asociaciones de mujeres. El recorte en los servicios de atención debilita a las víctimas y refuerza a los victimarios, dice Besteiro. "La situación de sumisión y dominación se hace más evidente cuando las mujeres lo tienen más complicado para tener una vida digna lejos de sus maltratadores", continúa. 

Aunque hay asesinatos que no se pueden evitar, los colectivos de mujeres dicen que la efectividad de la denuncia como parte del sistema de protección no está en duda, pero no tiene que ser la única. Y ahí sí entra la influencia de los recortes. Las transferencias corrientes a las comunidades, que se utilizan para desarrollar programas de asistencia social para mujeres que han sufrido maltrato también han soportado desde 2011 un recorte de más del 20%. "Todos los recortes sociales afectan a las personas más vulnerables y la violencia de género es una situación de vulnerabilidad extrema. Es importante que se garantice la existencia de una red de servicios mínimos".  Otras voces alertan de que existe un "silencio" motivado por la dificultad que encuentran las mujeres maltratadas para detectar que están siendo objeto de un maltrato. Es decir, aceptan como normales conductas que no lo son. Y en eso influyen factores como el miedo al agresor o la falta de apoyo en el entorno próximo. En este sentido, las asociaciones de mujeres creen también que hay que reforzar la protección de los menores frente a los delitos de violencia de género. "La inaplicación reiterada de la retirada de custodia o la supresión del régimen de visitas es uno de los asuntos que más daño está haciendo a las mujeres que denuncian. Pueden producirse casos tan surrealistas como que se conceda la custodia al presunto agresor bajo la argumentación de que tiene mejor horario laboral que la presunta agredida. Esto no está prohibido por la Ley", dice Soleto.

Por otro lado, Soleto alude también a la necesidad de redoblar los esfuerzos en el corto plazo con, por ejemplo, políticas de reparación del daño para las víctimas. El pasado 7 de marzo el Consejo de Ministros aprobó, con tres años de retraso, un Plan Estratégico que, entre otras medidas, dedica una partida de casi 900 millones hasta 2016 para contribuir a erradicar la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo y que incluye medidas para facilitar el traslado de puesto de trabajo dentro de la Administración o los acuerdos con empresas para emplear a víctimas de malos tratos. Los colectivos saludan esta estrategia, pero prefieren esperar a ver cómo avanza porque dicen conocer pocas de las medidas concretas que supuestamente contiene. 

03. Potenciar las denuncias

Desde 2008 el número de denuncias ha ido cayendo de forma progresiva. Y eso es algo que preocupa a los colectivos de defensa de los derechos de las mujeres. Según datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las víctimas por violencia machista presentaron en 2012 128.543 denuncias, un 4% menos que en 2011. Un 12,13% de ellas las retiraron. Según los datos oficiales, de las 54 mujeres asesinadas en 2013, sólo el 20% (11 mujeres) habían denunciado a la persona que finalmente las asesinó. Del resto, una de ellas retiró la denuncia y de las nueve que pidieron medidas de protección, una no la obtuvo. Además, en tres ocasiones esas medidas de protección se quebrantaron sin consentimiento de la víctima.  En este sentido, los colectivos de mujeres creen que también hay que hacer un trabajo profundo de concienciación con víctima pero también con su entorno. Sustentan esta petición en el hecho de que sólo el 2% de las denuncias proceden de familiares o amigos de las maltratadas. 

La pregunta clave en este punto es por qué no denuncian las mujeres. "Hay miedo e incluso hay casos en los que no saben cómo hacerlo. Hay muchas mujeres que no saben que existe un teléfono que es gratuito y que no deja rastro en la factura en el que son atendidas", señala Infante. El descenso en las llamadas a ese teléfono también preocupa. En abril de 2013 hubo 4.454 llamadas, un 4% menos que hace un año y un 20% menos que hace dos. Asimismo, las fuentes consultadas creen que también hay que acabar con la justificación de otros tipos de violencia definida como "de baja intensidad". "La violencia machista también se manifiesta con gritos, humillaciones verbales o comentarios insultantes que degradan a las mujeres. Las agresiones de baja intensidad son normalizadas por la sociedad, por eso hay que romper con ellas. Las situaciones de dominación son graves porque pueden evolucionar y acabar en violencia", añade. 

04. Especializar la vía judicial

La vía judicial también tiene algunas fugas. Y atajarlas es, a juicio de las asociaciones de mujeres, uno de los principales retos en el largo camino hacia el fin de la violencia machista. Ángela Cerrillo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, cree tras el descenso en el número de denuncias puede estar también la falta de apoyo que, a veces, las víctimas encuentran en la Justicia. "En ocasiones la credibilidad de la víctima brilla por su ausencia, se las ve como sospechosas. No se puede permitir que ocurran estas cosas una vez que estas mujeres han dado el paso de señalar a su agresor ante la Justicia", recalca. Aunque en todo el país existen más de 500 órganos judiciales especializados en violencia de género, los colectivos creen que es importante seguir trabajando en la formación y especialización de los profesionales, así como en que se garantice que, viva donde viva, la mujer afectada va a poder ser atendida por los servicios pertinentes porque en la actualidad existe una gran dispersión y heterogeneidad en los recursos. 

Por otro lado, las asociaciones de mujeres también señalan que el aumento de las tasas judiciales, que afectan a todas las personas que, por renta, no tienen derecho a la asistencia letrada gratuita, también dificulta la lucha contra la violencia machista y por eso piden revertir esta subida. Desde noviembre de 2012 romper lazos con el agresor a través de un divorcio, una petición de pensión compensatoria o una liquidación de bienes gananciales es más caro. "Son nuevos obstáculos para las mujeres víctimas de maltrato", señala Infante. 

05. Educar en igualdad

Que la prevención de la violencia de género debe empezar por la educación, en las aulas, es algo en lo que también coinciden las asociaciones de mujeres, que piden al Gobierno que no se olvide de que la educación en igualdad y valores es primordial a la hora de luchar contra esta lacra. Estos colectivos han pedido que se recupere la asignatura Educación para la Ciudadanía, eliminada del currículo con la nueva reforma educativa. El Gobierno se defiende bajo el argumento de que el temario de esta materia se ofrecerá ahora de forma transversal y que además se incluirá de forma específica en Ciencias de la Naturaleza y en Ciencias Sociales, aunque por ahora sólo está desarrollado el currículo básico de Primaria y son las autonomías las que tienen que completarlo, por lo que existe el temor de que esta pretensión quede algo descafeinada. Educación para la Ciudadanía, por ejemplo, contemplaba en su temario alusiones a la homofobia o las discriminaciones que ya fueron eliminadas para este curso al considerarlas el Ejecutivo "cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico".

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Los colectivos creen que algo no se está haciendo bien desde la educación cuando informes recientes alertan sobre unos patrones de conducta que también se reproducen en las generaciones más jóvenes. El pasado noviembre un estudio realizado por investigadores de la Universidad Complutense recogía que el 10,5% de las chicas de 14 a 19 años reconocen haber sido maltratadas por sus novios, frente al 9,6% registrado por el mismo estudio en 2010.

06. Visibilizar el problema 

Entre los colectivos de mujeres, la percepción general es que, de lo que no se habla, no existe. Por eso dice que sí hay que informar de los asesinatos machistas, pero hay que hacerlo bien, con profesionalidad y estableciendo diferencias entre víctima y victimario. "Venimos de una situación de impunidad del agresor y de invisibilidad de la víctima. En los años noventa pudimos revelar la gravedad del problema y los medios comenzaron a informar. La violencia machista se puso encima de la mesa. Y así debe ser. Tiene que haber información aunque tiene que hacerse respetando los derechos de las víctimas, dando valor a sus testimonios y huyendo de las informaciones que justifiquen las agresiones al tiempo que se deja constancia de que los maltratadores reciben castigos por sus actos", sentencia Soleto.