Sanidad

La mitad de los pacientes madrileños rechaza ser operado en la privada

Convocatoria en el centro de salud Federica Montseny para evitar la privatización.

El 49,8% de los pacientes que a finales de 2013 estaban esperando a ser intervenidos quirúrgicamente en la Comunidad de Madrid rechazaron ser operados en un hospital que no es el que tienen asignado y que, en la mayoría de los casos, es un centro privado concertado. En números absolutos fueron 36.196 las personas que se resistieron a cambiar de hospital a pesar de que esa opción supone que el tiempo de espera sea, de media, hasta ocho veces superior al que soportan los pacientes que se conforman con lo que Sanidad les asigna. El número total de personas a la espera de una intervención se situaba a finales de diciembre del pasado año en 72.695

Madrid tiene una organización peculiar de la demora quirúrgica a través de tres listas diferentes. A las personas que rechazan ser derivadas y prefieren mantenerse en espera para ser intervenidos en el hospital de su elección no se las incluye en la lista que Sanidad llama "estructural", donde, según los datos públicos, aguardan solo 12,3 días de media. Esta lista, que es la oficial, incluía a 18.073 personas en diciembre del pasado año. Cuando el paciente prefiere que lo opere su médico, en su hospital público de referencia, la espera se catapulta hasta los 103 días de media. Sin embargo, todavía hay otra lista. Es la que incluye a los pacientes "transitoriamente no programables", es decir, los que todavía se están sometiendo a pruebas previas a la intervención y tienen que pasar por el anestesista. Este proceso suele durar un mes y hasta que no acaba los pacientes no pasan a la llamada "estructural".

Este último es, además de las derivaciones a privados, el otro truco que usa Madrid para cumplir con el compromiso de la expresidenta Esperanza Aguirre. En la campaña electoral previa a las autonómicas de 2003 prometió que dimitiría si algún madrileño esperaba más de 30 días para ser intervenido. La lista de los pacientes "transitoriamente no programables" permite a Madrid retrasar alrededor de un mes la entrada en la lista "estructural", que es la que mantiene el compromiso de la expresidenta. Para los pacientes que rechazan la primera opción –que suele ser la derivación a una clínica privada– no hay compromiso alguno.  

Tendencia ascendente 

A pesar de las sensibles diferencias en los tiempos de espera, las estadísticas reflejan que cada vez más los ciudadanos prefieren ser operados por su médico habitual en su hospital público de referencia. Cuando, en 2004, el Ejecutivo regional puso en marcha el Plan Integral para la Reducción de la Lista de Espera Quirúrgica los pacientes que quedaban excluidos porque no aceptaban la primera opción eran apenas un 6% del total, según informó El País. En septiembre de 2007 eran el 32,6%, en el mismo mes de 2010, el 38,8%; en junio de 2012, el 43,5% y, ahora, el 49,8%. 

En la Consejería de Sanidad declinaron comentar estos datos a pesar de la petición de infoLibre. Ni confirmaron ni desmintieron que la opción ofrecida para acortar la espera sea en centros privados acreditados con los que la comunidad tiene conciertos y se limitaron a recordar que existe un compromiso que es el de operar en treinta días. "Lo importante es ese compromiso", señalaron. Por lo demás, se ciñeron a las declaraciones del titular de Sanidad, Javier Rodríguez, que atribuyó el aumento de las listas de espera –el número total pasó de 57.722 en diciembre de 2012 a 72.695 en el mismo mes de 2013– a que los pacientes "no quieren" operarse en "centros distintos al hospital en el que están", informa Europa Press. "Es verdad que nos están aumentando las listas de espera, pero nos están aumentando porque nosotros tenemos un compromiso de cirugía de atender a las personas en 30 días, pero si a una persona se le oferta operarse en 30 días y rechaza el servicio que se le da, no podemos hacer nada, está en su derecho", explicó. Asimismo, recalcó que los centros ofertados "tienen plena garantía" y señaló su intención de intentar que los ciudadanos "vayan reconsiderando" la opción de operarse en los centros que les ofrece la consejería. 

Apuesta por la pública 

La oposición y los colectivos de profesionales tienen otra lectura de estos datos. Patricia Alonso, portavoz de Afem, el colectivo de médicos impulsor de la marea blanca, cree que esta tendencia refleja que la ciudadanía cada vez está más comprometida con la sanidad pública. "Los pacientes saben que las derivaciones entrañan complicaciones, especialmente en el postoperatorio o en la realización de pruebas que, a menudo, se tienen que repetir. Prefieren que les opere el médico que ha prescrito la intervención y que conoce su historial. Nadie lleva el coche a un taller para que le digan qué le ocurre y luego lo lleva a otro para que se lo arreglen", ejemplifica. 

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Alonso cree también que en la actualidad hay una mayor conciencia en cuanto al riesgo de descapitalización de la sanidad pública que entrañan las derivaciones masivas. Y engloba esta circunstancia en un momento en el que, a su juicio, se infrautilizan muchos servicios públicos. "Necesitamos dotar a los centros sanitarios de manera acorde a las necesidades que atienden y si lo ciudadanos renuncian a ser operados en otros centros, que es un aspecto muy respetable, quizá es momento para reconsiderar la necesidad de ampliar, que se puede, la actividad en esos centros elegidos y reducirla en los centros no aceptados. Eso casaría muy bien con algo que le encanta a la Comunidad de Madrid y que es la libre elección de centro y la competencia entre ellos", amplía. "Hasta ahora obligando a los pacientes a marcharse a centros concertados o a ser penalizados por quedarse en los públicos, lo que se ha estado fomentando es una competencia desleal", añade esta geriatra. 

José Manuel Freire, médico y portavoz de Sanidad de los socialistas madrileños, cree que la penalización en forma de tiempo de espera a la que se ven sometidos los pacientes que rechazan la primera opción que se les ofrece es un hecho "insólito". A su juicio, la consejería debería apostar por utilizar todos los recursos que tiene la sanidad pública. "Es más barato contratar a nuestros médicos en horario de tarde utilizando los recursos que ya existen que derivar a clínicas privadas", asegura. En la consejería se defienden utilizando sus propias cifras. Aseguran que, en 2013, sólo19.429 de las 431.344 intervenciones que se realizaron en la comunidad fueron en centros privados. Es decir, un 4,3%.

Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), señala que hay una "derivación sistemática de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas hacia los centros privados que se produce desde los centros de llamadas, que persiguen a los usuarios para cambiarles las citas de los centros públicos por otras en los privados". "Es obvio que se quiere favorecer el sector privado descapitalizando lo público y también que una utilización más intensiva y mejor planificada de los recursos públicos seria mucho más barato", concluye. 

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