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Memoria histórica

Memoria histórica: sin subvenciones y con intereses

Entrega de los restos mortales a los familiares en Valdenoceda (Burgos).

La Prisión Central de Valdenoceda (Burgos) vio morir de hambre y de frío a 152 presos republicanos entre 1938 y 1943. El pasado sábado –coincidiendo con el homenaje que realizan cada mes de abril desde el año 2003–, 23 familias de reos que allí perecieron recibieron los restos de sus allegados en un acto "profundamente emotivo", según el testimonio de alguno de los presentes.

Este paso hacia la memoria no habría sido posible sin la Agrupación de Familiares de Represaliados de Valdenoceda, que lleva trabajando más de tres lustros por exhumar, identificar y honrar los cadáveres de 152 víctimas más de la dictadura franquista.

Todo comenzó allá por 1996, cuando José María González, nieto de un preso fallecido en la cárcel burgalesa y actual presidente de la agrupación, decidió esclarecer la muerte de su abuelo, que había fallecido el 14 de abril de 1941, unos meses después de llegar a Valdenoceda y coincidiendo con el vigésimo aniversario de la proclamación de la II República y con el que habría sido su 50 cumpleaños. ¿Su delito? Haber sido el conserje de la Casa del Pueblo de Torralba de Calatrava (Ciudad Real). Por ello fue condenado a pena de muerte o, en su lugar, a 30 años de cárcel.

Las investigaciones llevaron a Jose María hasta el municipio situado entre Burgos y Araba, donde descubrió que su antepasado había fallecido por una colitis y decidió seguir indagando. A través de los libros de registo del penal, contactó con familiares de algunos de los fallecidos en aquella época. De este modo, en el año 2003 –y con la ayuda de algunos ayuntamientos de los lugares de origen de las víctimas–, colocaron una placa conmemorativa en Valdenoceda para recordar a los presos.

Las celebraciones y homenajes se convirtieron en algo habitual y en 2005 llegaron a reunirse unas cuarenta familias. "Es en ese momento cuando decidimos constituirnos como asociación", explica José María González a infoLibre. Pero, como no tenían la antigüedad suficiente como asociación para optar a las ayudas que con la Ley de Memoria Histórica comenzaba a conceder el Gobierno de [José Luis Rodríguez] Zapatero, finalmente se establecieron como agrupación, en la que González comenzó a actuar como representante de 10 de las familias. "Era imposible sacar sólo a diez de los familiares, así que finalmente el Ministerio de la Presidencia concedió la ayuda para exhumar a todos". Así, 116 de los cuerpos fueron desenterrados en 2007.

Un año después, recibieron otra subvención estatal para realizar un estudio osteológico y clasificar –con el análisis de los restos óseos– por edad y anaomía física a los fallecidos, facilitando así el trabajo de identificación. En 2009 también les concedieron fondos públicos para realizar estudios de ADN y obtuvieron los primeros resultados: entregaron restos de presos fallecidos a 16 familias.

Devolver la subvención con intereses

Con una nueva ayuda para 2011, pretendían exhumar el resto de cadáveres enterrados junto a la prisión, en el conocido como Cementerio de los rojos. El problema surgió al percatarse de que, encima de los presos, se había enterrado a otros fallecidos del municipio, por lo que tenían que pedir permiso a las familias de estos últimos para poder desenterrar al resto. La agrupación, según explica su director, "se comprometió a trasladar a los otros fallecidos". "Pero el plazo de ejecución de la subvención se agotó y no pudimos usarla ni prorrogarla".

Al no poder localizar y convencer a los familiares de todos los enterrados, tras la llegada del Gobierno de Mariano Rajoy, en 2012, se les solicitó la devolución de la ayuda (unos 58.000 euros) más otros 4.000 en concepto de intereses. Intentaron justificar la tardanza en utilizar los fondos explicando que el caso estaba en vía de ejecución, pero el Gobierno no reculó. "Tuvimos que pagarlos [los intereses] de nuestro propio bolsillo. También recibimos la ayuda de la gente a través de nuestra página de Facebook", relata González.

Familias de 23 de los 152 republicanos muertos en Valdenoceda reciben sus restos

Desde 2013, los Presupuestos Generales del Estado no dedican un solo euro a la reparación de la memoria de los represaliados, una decisión que incomoda al presidente: "Las asociaciones –explica– tenemos que estar pendientes de todo. Y si nos conceden alguna subvención tenemos que contratar, estar pendientes de los plazos... todo. De hecho, en este momento no podemos hacer nada".

A pesar de todo, la agrupación ya ha identificado restos de 49 presos. Según cuentan a este diario, a día de hoy, el laboratorio que contrataron sigue haciendo su trabajo de análisis e identificación con el dinero de subvenciones anteriores.

Aunque González sí que pudo encontrar a su familiar en 2010, sigue involucrado por sus compañeros: "Si en septiembre de 1939 los falangistas, que representaban al Estado, se llevaron y condenaron a mi abuelo, ahora es el Estado quien me lo tiene que devolver", razona. Aun así, asegura que entregar los restos de un preso a una familia es lo que más le reconforta. "Es la mayor alegría que puedo tener. Eso no se paga con dinero", concluye

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