Elecciones europeas

18 incógnitas que los españoles despejarán este domingo

18 incógnitas que los españoles despejarán este domingo

Las elecciones europeas que se celebran hoy en España son las primeras de ámbito estatal desde que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa en diciembre de 2011. Así que será inevitable una lectura del resultado en clave interna: si se impone el PP, el Gobierno se jactará de que los ciudadanos han validado en las urnas su política de recortes generalizados al estado de bienestar y (dependiendo del margen de la victoria) el PSOE entrará definitivamente en ebullición. Si vence el PSOE, en cambio, los dirigentes socialistas presumirán de que en tan solo 30 meses han logrado un histórico vuelco electoral al dejar en nada la brecha de casi 16 puntos registrada en las generales de 2011.

Los 36,5 millones de ciudadanos que tienen derecho a voto, además de elegir a 54 eurodiputados, tomarán otras decisiones importantes: si asestan un golpe rotundo al bipartidismo, qué poder otorgan a los partidos de reciente creación o hasta dónde llega la marea de la abstención.

Las urnas siempre dejan múltiples respuestas e interpretaciones, lo que facilita que casi todos los políticos se declaren satisfechos en la noche electoral, porque los asesores siempre pueden rebuscar en las estadísticas para encontrar alguna favorable. Entre las incógnitas que quedarán despejadas este domingo, destacan las siguientes:

1. ¿Ganará el PSOE por primera vez desde 2008?

Las últimas elecciones de ámbito estatal que ganaron los socialistas fueron las generales de 2008, cuando José Luis Rodríguez Zapatero se impuso por segunda vez. En aquella ocasión, el PSOE obtuvo el 43,8% de los sufragios, frente al 39,9% del PP de Mariano Rajoy. Desde entonces, todas las convocatorias se han saldado con triunfos de los conservadores.

El cambio de ciclo electoral se inició precisamente en las europeas de junio de 2009, cuando el empeño de los socialistas en negar la crisis empezaba a ser un esfuerzo inútil, porque cada vez más ciudadanos empezaban a notarla. El PP logró el 42,1% de los sufragios, frente al 38,7% de los socialistas. Una ventaja estrecha del 3,4%, pero que sirvió para consolidar definitivamente a Rajoy al frente del PP. Tras el movido congreso del partido en Valencia y el estallido del escándalo Gürtel, la derecha radical de Esperanza Aguirre confiaba en que un batacazo en las urnas autonómicas de Galicia y en las europeas sentenciasen la carrera política de Rajoy. Pero ocurrió lo contrario: el PP recuperó la mayoría absoluta en las autonómicas gallegas celebradas el 1 de marzo de 2009 y se impuso en las europeas tres meses más tarde. 

En las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011 los socialistas se quedaron prácticamente sin poder local, al no ser capaces de retener ni su feudo histórico de Extremadura, y en las generales de noviembre de ese año la derecha obtuvo su mayoría absoluta más amplia.

Los españoles deciden este domingo si otorgan la cuarta victoria consecutiva al PP o si vuelven a confiar en los socialistas.

2. ¿Cuál será la diferencia entre los dos principales partidos?

La mayoría de las encuestas del 25-M pronostica una victoria del PP por un estrecho margen, que el CIS situó en 2,7 puntos. El sondeo que otorga un triunfo más claro para los conservadores fue el publicado en El Mundo, que amplía la diferencia hasta los 8,1 puntos.

La brecha entre PP y PSOE en los últimos comicios de ámbito estatal se ha ido ampliando progresivamente: fue de 3,4 puntos en las europeas de 2009, de 9,7 puntos en las municipales de 2011 y de 15,9 puntos en las generales de ese mismo año.

Después de 30 meses de recortes del Gobierno de Rajoy, los españoles pueden decirle hasta qué punto están molestos (o satisfechos) con sus políticas. La dirección del PSOE asegura que sólo un triunfo se puede considerar un éxito. Pero en caso de que los socialistas pierdan por poco, será muy difícil que se resistan a lanzar un mensaje positivo del siguiente estilo: "hemos reducido casi por completo una brecha de 16 puntos, así que las cosas no marchan mal".

3. ¿Tocará suelo el PP?

La abstención en las elecciones de este domingo se prevé enorme. Los politólogos aseguran que sólo irán a votar las bases electorales absolutamente fieles de los partidos. Pero, ¿de qué cifras estamos hablando?

Desde la refundación del PP en 1990 se han celebrado 16 comicios de ámbito estatal y sólo en tres ocasiones los conservadores se quedaron por debajo de la barrera de los siete millones de votos. Fue en las municipales de 1991 (obtuvo 4.775.051 papeletas), en las europeas de 2004 (6.393.192 sufragios) y en las europeas de 2009 (6.670.377 votos). En estas dos últimas convocatorias, la cifra se explica en buena parte por una abstención del 55%.

Y en términos porcentuales, sólo una vez se quedó por debajo del 34% que le augura el CIS para el 25-M: en las municipales de 1991, cuando consiguió un 25,3% de los sufragios. Por tanto, si las urnas confirman los pronósticos del CIS, el PP obtendría su peor resultado de los últimos 23 años. 

4. ¿Tocará suelo el PSOE?

Si los pronósticos pintan mal para el PP, aún son peores para el PSOE, que corre el riesgo de romper su suelo electoral. En los 26 comicios celebrados en España desde la recuperación de la democracia en 1977, únicamente en cuatro ocasiones los socialistas se quedaron por debajo de la barrera del 30% de apoyo: en las generales de 1977 (29,3%), en las municipales de 1979 (28,1%), en las municipales de 2011 (27,7%) y en las generales de 2011 (28,7%). El CIS le pronostica para hoy un 31%, mejor por tanto que en las cuatro elecciones citadas, aunque otros sondeos otorgan al PSOE menos del 27% de los sufragios, lo que sería el peor resultado de su historia.

En número de votos, también hay cuatro comicios en los que el PSOE se quedó por debajo de los seis millones de sufragios: las generales de 1977 (5.371.866 papeletas), las municipales de 1979 (4.615.837 votos), las generales de 1979 (5.469.813 sufragios) y las europeas de 1994 (5.719.707 votos). La media de encuestas publicadas para el 25-M sitúa el apoyo a los socialistas en el entorno de los 4,6 millones de sufragios.

5. ¿Será el peor resultado del bipartidismo?

Está extendida la idea de que las elecciones europeas son una oportunidad para que los electores castiguen a los partidos mayoritarios. Los politólogos explican que se trata de unos comicios de segundo orden, que facilitan el voto de castigo a los grandes partidos (y especialmente al Gobierno), ante el convencimiento de que no hay cosas importantes en juego.

Estas elecciones se celebran, además, en un ambiente de crisis del bipartidismo. Los Gobiernos de Zapatero y de Rajoy han tomado medidas tremendamente impopulares para afrontar la crisis económica, lo que ha generado un importante rechazo entre sus bases electorales.

Lo cierto es que, en las elecciones europeas celebradas hasta ahora en España, los votantes no han castigado a los grandes partidos. Al revés. En los comicios de 2009, PP y PSOE concentraron el 82,0% del voto. Una cifra bastante mayor que el 74,4% que ambos partidos sumaron en las generales de 2011. Es más, de las once veces en que los españoles acudieron a las urnas desde 1977 para elegir presidente del Gobierno, sólo en una ocasión los dos principales partidos lograron superar ese porcentaje: fue en 2008, cuando PSOE y PP sumaron el 84,7% del total de sufragios.

Y los resultados de las europeas de 2009 no constituyen un hecho aislado. En los eurocomicios de 2004, PSOE y PP obtuvieron en total el 85,19%, cifra que constituye el récord absoluto de concentración de voto desde las primeras elecciones democráticas.

De acuerdo con el CIS, el bipartidismo podría quedarse ahora por debajo del 65% de apoyo. Una cifra tan baja no se registra desde las generales de 1989, hace por tanto 25 años.

6. ¿Hasta dónde llegará el crecimiento de Izquierda Unida?

Del declive del bipartidismo se benefician esencialmente Izquierda Unida y UPyD. Las urnas del 25-M darán una primera medida del crecimiento de estas formaciones a costa de PP y PSOE.

El reto para IU es superar la barrera del 10% de los votos. En toda la historia de la democracia, sólo lo consiguió en cinco ocasiones: el PCE en los comicios generales de 1979 (10,7%) y en las municipales de ese mismo año (13,0%) y la IU liderada por Julio Anguita en las europeas de 1994 (13,4%), en las municipales de 1995 (11,6%) y en las generales de 1996 (10,5%).

Por tanto, los mejores resultados históricos de IU se obtuvieron en unas europeas. Aquel año de 1994 obtuvo nueve europarlamentarios, aunque entonces España eligió un total de 64 diputados (10 más que este domingo).

En cuanto a número de votos, IU ha superado en cinco ocasiones la barrera de los dos millones: en las municipales de 1979 (2.139.570 papeletas), en las generales de 1993 (2.253.722 sufragios), en las europeas de 1994 (2.497.671 apoyos), en las municipales de 1995 (2.589.780 papeletas) y en las generales de 1996 (2.639.774 votos).

7. ¿Hasta dónde llegará el crecimiento de UPYD?

La historia electoral de UPyD es mucho más corta, ya que estas son sus quintas elecciones de ámbito estatal. En las tres primeras –generales de 2008, europeas de 2009 y municipales de 2011– se quedó por debajo del medio millón de votos y del 3% de apoyo electoral.

Su gran salto adelante lo dio en las generales de 2011, cuando consiguió 1.143.225 papeletas, que representaron el 4,7% del total. 

El sondeo del CIS para el 25-M le otorga el 5,3% de apoyos.

8. ¿Entrarán nuevos partidos en el Parlamento europeo?

En las últimas elecciones europeas consiguieron representación cinco partidos o coaliciones: PP (24 escaños), PSOE (23), Coalición por Europa (3), Izquierda Unida (2), UPyD (1) y Europa de los Pueblos-Verdes (1).

Todas las encuestas pronostican que el 25-M se incrementará la pluralidad y nuevos partidos lograrán escaño. Hay cuatro formaciones que se presentan por primera vez a unas europeas: Primavera Europea (Compromís, Equo y Chunta), Podemos, Partido X y Movimiento Red. De acuerdo con los sondeos, los tres primeros podrían obtener representación (siendo Podemos quien cuenta con mejores expectativas). Sólo el Movimiento Red, que lidera el juez Elpidio Silva, parece no tener posibilidades de llegar al Europarlamento.

A ello hay que sumar la coalición Los Pueblos Deciden, que agrupa entre otros partidos a EH-Bildu y BNG, y Ciutadans, que en 2009 se presentó en una coalición denominada Libertas y que lideraba Miguel Durán. Hace cinco años ni la izquierda abertzale (entonces ilegalizada y que respaldó la candidatura de Izquierda Internacionalista) ni Ciutadans lograron escaño, pero ahora sí podrían conseguirlo.

En definitiva, se podría pasar de un Parlamento Europeo con seis formaciones españolas a otro con 11 o 12. Hasta la fecha, la mayor fragmentación se produjo en los comicios de 1989, cuando 11 candidaturas lograron eurodiputado.

9. ¿Qué pasará en Cataluña?

Aunque este 25-M se celebren unas elecciones europeas, será inevitable hacer una lectura de los resultados de Cataluña en clave del proceso soberanista.

De las seis europeas celebradas hasta ahora, el PSC logró la victoria en cinco. Todas menos las de 1994, cuando se impuso CiU. El declive electoral constante sufrido por los socialistas catalanes durante los últimos años hace que casi nadie se plantee seriamente la posibilidad de que el PSC sea el 25-M la fuerza más votada en Cataluña.

Las tres formaciones que defienden el derecho a decidir –CiU, ERC e ICV– obtuvieron hace cinco años 742.778 votos, que representaron el 37,7% del total. Todo lo que no sea superar ampliamente estas cifras será interpretado como un fracaso para los soberanistas.

También será interesante comprobar cómo se distribuye el voto entre los partidos no soberanistas. En 2009, el PSC consiguió el 36,0% del total de papeletas, el PP el 18,0% y UPyD el 0,8%. Ciutadans concurrió dentro de la coalición Libertas, que en Cataluña se quedó en el 0,3% de los votos. Los sondeos auguran ahora un incremento espectacular del voto a Ciutadans, que roba electorado tanto al PSC como al PP. 

10 ¿Qué pasará en Euskadi?

El PNV ha ganado las cinco últimas elecciones europeas en Euskadi. Sólo quedó como segunda fuerza en 1987, cuando venció Herri Batasuna por un estrechísimo margen de votos (210.430 frente a los 208.135 del PNV).

Los resultados de la izquierda abertzale son una de las grandes incógnitas del 25-M. HB logró un escaño en 1987 y 1989 y EH en 1999. En 2004 fue ilegalizada la marca que presentó (Herritarren Zerrenda), mientras que en 2009 la izquierda abertzale apoyó a Iniciativa Internacionalista, que no logró diputado. Ahora, diez años después, espera volver al Parlamento Europeo presentándose en el conjunto de España en coalición con otros partidos, entre los que destaca el BNG.

En el campo del constitucionalismo, el PSE cosechó en todas las europeas más votos que el PP, con la excepción de 1999, cuando los conservadores lograron 2.500 sufragios más que los socialistas. En los comicios de 2009, ganados por el PP en el conjunto de España, los socialistas vascos consiguieron el 27,7% de los votos en Euskadi, frente al 16,0% que lograron los conservadores.

11. ¿Qué pasará en Andalucía?

Los socialistas tienen puestas casi todas sus esperanzas del 25-M en Andalucía, donde Susana Díaz se presenta a su primera prueba electoral desde que fue elegida presidenta de la Junta.

El PSOE andaluz ha ganado los seis comicios europeos, en algunos casos de forma tan abrumadora que superó el 50% de las papeletas (en 1989 y en 2004). El margen más estrecho se registró en 1994, cuando la diferencia en favor del PSOE fue del 6,2%. En las elecciones de 2009, los socialistas andaluces obtuvieron una ventaja de 8,5 puntos porcentuales (48,1% frente al 39,6% del PP) y cosecharon 1.265.633 papeletas.

Izquierda Unida, por su parte, registró sus mejores resultados en las europeas de 1994 (17,0% de las papeletas). En las dos últimas convocatorias superó ligeramente el 5% del total de sufragios emitidos en Andalucía.

12. ¿qué partido ganará en cada comunidad?

En la historia electoral de las europeas, hay tres comunidades donde siempre ha ganado el mismo partido: el PSOE en Andalucía y Extremadura y el PP en Galicia.

Quitando estos casos de fidelidad extrema, el mapa territorial ha reflejado lógicamente los diversos ciclos electorales del conjunto de España. Así, el PSOE ganó en 1987 en 13 comunidades (todas menos Illes Balears, Castilla y León, Galicia y Euskadi) y se impuso en 1989 en 15 comunidades (todas menos Galicia y Euskadi). Por contra, el PP fue la primera fuerza en 13 comunidades en los comicios de 1994 (todas menos Andalucía, Cataluña, Extremadura y Euskadi).

En las últimas europeas celebradas, el PP venció en 11 comunidades (Illes Balears, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Galicia, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja), los socialistas ganaron en cinco autonomías (Andalucía, Aragón, Asturias, Cataluña y Extremadura) y el PNV se impuso en Euskadi.

13. ¿Cómo se distribuirá territorialmente el voto de IU?

Izquierda Unida y UPyD son partidos nacionales, pero su fuerza es muy desigual en los diferentes territorios. De hecho, acumulan unos pocos feudos donde tienen cierta presencia, mientras que en el resto de las comunidades obtienen un apoyo casi testimonial. Eso explica, lógicamente, sus resultados.

En el caso de IU, sólo hay cuatro comunidades donde en las europeas de 2009 consiguió más de un 4% de los votos: Cataluña (6,0%), Asturias (5,6%), Andalucía (5,2%) y Madrid (4,5%). Y si se mira el número de votos, en estos cuatro territorios cosechó en total 384.995 papeletas, lo que supuso el 65,4% del total de sufragios logrados (588.248).

14. ¿Cómo se distribuirá territorialmente el voto de UPyD?

Esta distribución desigual del voto es aún más acusada en el caso de UPyD, que sólo superó el 4% de los sufragios en las europeas de 2009 en dos comunidades: Madrid (6,8%) y Asturias (4,1%). En otros tres territorios rebasó el 3% de los apoyos: Castilla y León (3,6%), Cantabria (3,2%) y Aragón (3,1%).

En cuanto al número de papeletas, en Madrid cosechó 156.839, lo que equivale al 34,7% del total obtenidas en toda España. La segunda comunidad donde logró más votos fue Andalucía, con 66.676, un 14,7% del total. Es decir, UPyD concentró casi la mitad de sus votos en estas dos autonomías.

15. ¿Se producirá la mayor abstención de la historia?

La participación más alta en unas europeas se produjo en las primeras, en 1987, poco después de entrar en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) y cuando el euroescepticismo era un concepto desconocido en España. En las elecciones de 1989 la participación se redujo hasta el 54,7%, para subir en las dos siguientes convocatorias: 59,1% en 1994 y 63,0% en 1999. 

Con el nuevo siglo, se produjo un desplome de la participación, que se quedó en el 45,1% en 2004 y en el 44,9% en 2009. Es decir, el 55% de los ciudadanos con derecho a votar se abstuvieron en las dos últimas europeas. Y todo apunta a que el 25-M, se batirá este récord negativo y se producirá la mayor abstención de un proceso electoral desde 1977.

La abstención en las europeas, en todo caso, es un clásico. Los ciudadanos las perciben como elecciones de segundo orden y ello hace que muchos electores no consideren necesario acercarse a las urnas. De hecho, sólo en cuatro de las 26 elecciones estatales se ha superado el 40% de abstención. Y las cuatro fueron europeas: en 1989, 1994, 2004 y 2009.

En cuanto a la distribución autonómica, en 2009 hubo tres comunidades donde la participación no alcanzó el 40% del censo: Illes Balears (35,6%), Canarias (39,2%) y Cataluña (39,6%). Es previsible que, este domingo, los catalanes no estén entre los más abstencionistas porque muchos electores saben que los resultados tendrán una lectura en clave del proceso soberanista.

16. ¿Cuánto le costará el escaño a cada partido?

El reparto de escaños mediante el sistema D'Hondt favorece en las elecciones generales de forma clara a los dos grandes partidos y perjudica al resto de fuerzas estatales (históricamente a IU y en las dos últimas convocatorias también a UPyD). Es frecuente escuchar que ello se debe a que la circunscripción es provincial, y que ese efecto se corrige en las europeas, donde la circunscripción es estatal. Se trata de una verdad a medias. La distorsión que se produce a la hora de repartir escaños en las generales se debe sobre todo al reducido número de diputados que se eligen en muchas provincias. De las 52 circunscripciones, sólo 7 escogen a diez o más diputados, mientras que en 20 se deciden cuatro o menos escaños. Los expertos consideran que en estas últimas provincias, que eligen a menos de cinco diputados, el sistema funciona prácticamente como si fuera mayoritario, lo que hace prácticamente imposible que IU u otros partidos más pequeños logren representación.

Pues bien, es cierto que en las europeas se corrige parte del efecto del sistema D´Hondt, pero no por completo. La realidad es que a los grandes partidos les sigue costando menos votos cada escaño.

Sirvan como referencia los resultados de las europeas de 2009. Este es el coste en votos por eurodiputado para los diferentes partidos y coaliciones:

PSOE: 267.034 votos por escaño.

Coalición por Europa (CiU, PNV, CC): 269.415 votos por escaño.

PP: 277.932 votos por escaño.

IU: 294.124 votos por escaño.

Europa de los Pueblos (ERC, BNG, Aralar): 394.938 votos por escaño.

UPyD: 451.866 papeletas votos por escaño.

17. ¿CUÁNTOS VOTOS SERÁN NECESARIOS PARA LOGRAR UN EURODIPUTADO?

En las elecciones europeas no hay una barrera legal para entrar en el reparto de escaños. Algo que sí ocurre en las generales, donde está situada en el 3%; es decir, las formaciones que no logren ese porcentaje mínimo de votos no entran en el reparto de diputados de la circunscripción de la que se trate. El objetivo es evitar un Congreso muy fragmentado.

Pero que no haya una barrera legal no significa que no exista de hecho, porque el número de diputados que se eligen no es excesivo en relación con la población (54 europarlamentarios para un censo de 36,5 millones en el caso de España). En los comicios de 2009 el ejemplo más claro fue Iniciativa Internacionalista, que logró 178.121 votos en toda España (el 1,14% del total) y no obtuvo ningún eurodiputado.

¿Cuál ha sido el número mínimo de votos necesario para obtener un escaño en los comicios europeos? La respuesta es la siguiente:

1987: 268.669 votos.

1989: 226.335 votos.

1994: 259.267 votos.

1999: 305.392 votos.

2004: 266.384 votos.

2009: 267.035 votos.

El número de papeletas necesario para lograr un eurodiputado depende de tres variables: el número de escaños que se eligen, la abstención y la distribución de los votos entre las diferentes candidaturas.

España eligió 60 parlamentarios en las elecciones de 1987 y 1989, 64 en los comicios de 1994 y 1999, 54 en la convocatoria de 2004 y 50 en la de 2009 (que en diciembre de 2011 se ampliaron a 54 para cumplir con el Tratado de Lisboa). Este 25-M los españoles deciden 54 eurodiputados. En cuanto a la abstención, todo apunta a que superará el 55% de las dos últimas convocatorias europeas. Si tenemos todos estos elementos en cuenta, es posible que este domingo sean precisos menos de 250.000 votos para conseguir un escaño.

Que haya candidaturas que obtengan votos, pero no escaños, significa que hay electores que se quedan sin representación. Pero en las europeas, con la circunscripción electoral única, este fenómeno se atenúa mucho. Hay pocos votos que se tiren a la papelera.se tiren a la papelera

Tomemos como ejemplo la última convocatoria. Las seis candidaturas que obtuvieron representación sumaron 15.055.459 papeletas, sobre un total de 15.615.296 votos a candidaturas. Es decir, se quedaron sin representación 559.837 sufragios, lo que supuso el 3,5% del total.

18. ¿Se incrementará el voto protesta?

La abstención es muestra de desilusión o desinterés por la política (y los políticos), pero hay otras dos formas de no apoyar a ningún partido sin dejar de acudir a las urnas: con el voto en blanco y el voto nulo.

Los electores que votan en blanco (introducen en la urna un sobre vacío) lanzan un mensaje claro: consideran que es un deber cívico participar en las elecciones, pero ninguna formación política les convence. Es un voto muy concienciado, puesto que se trata de ciudadanos que se toman la molestia de votar, aunque saben que su papeleta no influirá en el reparto de escaños. En las europeas, esta opción ha oscilado entre el 0,61% en la convocatoria de 2004 y el 1,69% en los comicios de 1999.

Las armas de cada cual para movilizar a su electorado

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Las municipales son las elecciones en las que mayor porcentaje de votos en blanco se registran. El récord estuvo en los comicios locales de 2011, cuando en plena campaña surgió el 15-M: el 2,59% del total de sufragios válidos emitidos fueron sobres vacíos. Y las otras tres elecciones con mayor voto en blanco también han sido municipales: las de 1999 (1,95%), 2007 (1,92%) y 2003 (1,76%).

El voto nulo, por su parte, tiene un doble componente: personas que anulan conscientemente su voto (tachando nombres o escribiendo sobre la papeleta) y otras que lo hacen por error (introduciendo dos papeletas de partidos diferentes, por ejemplo). En unas europeas, el mayor porcentaje de nulos se produjo en 1987, con el 1,19% de los sufragios emitidos. En las cuatro últimas convocatorias siempre se ha quedado por debajo del 1%.

Si se comparan todos los comicios de ámbito estatal se comprueba que en los primeros años de la democracia se registraban más nulos, situándose el récord en el 1,95% de las generales de 1982. Desde entonces, en la mayor parte de los comicios se quedó por debajo del 1%, experimentando un repunte en las municipales de 2011 (llegó al 1,69%, el segundo dato más alto de la historia) y en las generales de ese mismo año (1,29%).

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