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El futuro del PSOE

El voto directo de las bases, supeditado a que lo apruebe el Comité Federal del PSOE

El diputado Eduardo Madina, atendiendo a los medios este martes, 27 de mayo, en los pasillos del Congreso.

Eduardo Madina "sólo valoraría" competir por la Secretaría General del PSOE si la elección se hace por "voto directo" de los militantes. El diputado vasco abría así esta mañana, en condicional, la carrera por la sucesión de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y ese condicional es clave. Porque ahora mismo no lo permiten los estatutos, y llegar a ese final, a que los 200.000 afiliados del partido puedan votar a su líder, exige que se cumplan varios requisitos. Entre ellos, que el Comité Federal –el máximo órgano de dirección entre congresos– se convoque y lo apruebe, y en esa decisión tiene mucho que decir el territorio más potente, Andalucía. 

El lunes pasado, la ejecutiva federal convocó ya el congreso extraordinario del 19 y 20 de julio, a propuesta de Rubalcaba. De modo que el proceso congresual ya está en marcha. En las próximas horas, de hecho, se cerrará el calendario de los llamados congresilloscongresillos, los cónclaves que celebrarán las federaciones para elegir a sus delegados en el congreso, según confirmó Ferraz esta mañana. Lo que probablemente no esperaba la dirección de Ferraz es el amplísimo rechazo que la solución congresual, en lugar de convocar las primarias abiertas, ha suscitado en las filas socialistas. Desde Carme Chacón a Eduardo Madina o Pedro Sánchez (tres de los posibles candidatos) hasta dirigentes de distintas federaciones han denunciado que el desastre electoral del domingo obliga a "dar voz a los ciudadanos".

La dirección sostiene que ha actuado conforme a los estatutos: su artículo 34 explicita que es la ejecutiva federal o el Comité Federal quienes tienen la capacidad para convocar el congreso extraordinario. Y, según fuentes del equipo de Rubalcaba, la ejecutiva saliente se ha limitado a "aplicar los estatutos vigentes", a organizar el cónclave por el procedimiento reglado y clásico. O sea, por delegados: entre 500 y 2.000. Es un voto indirecto: los militantes primero eligen en los congresillos a los delegados y estos son los que acuden al congreso. 

Los estatutos del PSOE sólo pueden cambiarse en un congreso ordinario, aquel que contiene el debate de una ponencia política y elige a un secretario general y una dirección, pero no en un extraordinario, cuyo fin es designar al nuevo líder y su nuevo equipo, pero no discutir sobre el proyecto. Este es el caso actual. Ferraz precisaba esta mañana, tras las declaraciones de Madina –que a su vez recibió el respaldo de otro de los posibles candidatos, Pedro Sánchez, y de la portavoz parlamentaria en el Congreso, Soraya Rodríguez–, que no obstante un Comité Federal previo puede introducir una excepción, una consulta previa entre la militancia. Como se hizo en Galicia el año pasado. 

Las pegas que se pusieron a Galicia

En 2013, la federación gallega, el PSdeG, se había derrumbado en las urnas. Y su entonces secretario general, Pachi Vázquez, presionó al máximo, con el concurso de su Comité Nacional, para que en su congreso extraordinario hubiera una doble papeleta: con una los militantes votarían directamente a quien quieran como líder, y con otra a los delegados que acudirían al congreso, el órgano que formalmente tiene todos los poderes para investir al nuevo jefe de filas. Era un sistema "experimental", según se definió en aquel momento. El Comité Federal, en julio del año pasado, se consideró "informado" de este método, aunque consideró únicamente vinculante el resultado del cónclave, no el de la consulta previa. Eran prevenciones que se entendían necesarias, pero no hubo sobresaltos. Los afiliados gallegos eligieron a José Ramón Gómez Besteiro de forma directa y luego los delegados le ratificaron en un congreso. 

Que el Comité Federal consintiese la excepción gallega costó, y mucho. La ejecutiva federal de Rubalcaba estaba de acuerdo –y así lo defendió el secretario de Organización, Óscar López, públicamente–, pero tropezó con las pegas de distintas federaciones. Singularmente, Andalucía, que insistía en que los cambios estatutarios sólo los puede introducir un congreso, y no vía Comité Federal. 

En la Conferencia Política del pasado noviembre, se volvió a plantear el debate de la elección directa del secretario general por las bases. No se cerró nada y se dejó para el siguiente congreso. La justificación es que en el anterior cónclave, el de Sevilla, en 2012, ya se votó sobre este asunto porque así lo pidieron federaciones como Madrid, y se rechazó por mayoría. Así que una Conferencia Política no podría enmendar la plana al órgano máximo, el congreso. Si en aquel momento no se zanjó nada fue porque había dudas de cómo contrapesar el enorme poder de un secretario general elegido por toda la militancia, cómo impedir el cesarismo, una eventualidad que aterraba a los dirigentes. 

Fuentes del equipo de Rubalcaba señalaban esta mañana que no basta con que Madina y su entorno pidan el voto directo de los afiliados. Que para eso hace falta que pidan la convocatoria de un Comité Federal y que este lo apruebe

Una dirección "de salida"

Si un tercio de los 280 integrantes del Comité lo pide, habrá una reunión extraordinaria del mismo. O sea, harían falta unas 90 firmas. También podría convocar el Comité la ejecutiva de Rubalcaba, pero en principio no lo va a hacer. "Esta dirección está de salida, no puede tomar la iniciativa, así que quien crea que debe hacerse una consulta previa, deberá recabar apoyos para reunir al Comité y que este apruebe su propuesta. Hará lo que el partido le pida que haga", señalaban fuentes oficiales. "Es una decisión política. Ellos tienen que reaccionar. Los estatutos sirven el partido, y no a la inversa –oponían desde el círculo de Madina–. No se puede frenar un clamor que está en el partido y en la calle. Igual que se ha modificado la hoja de ruta, se modifica un papel". 

En el Comité Federal el poder lo tienen los territorios, la verdadera fuerza del PSOE. Y en él tiene un enorme peso Andalucía, como corresponde al volumen de su militancia (más de 45.000 afiliados), en torno a un 25% del total, y a su empuje institucional, al controlar Susana Díaz la Junta. De modo que el criterio del PSOE-A es "determinante". "Ahora bien, si hay un clima de opinión favorable a que haya voto directo, quizá diga que sí", analizaban en Ferraz. 

Hoy la presidenta de la Junta se reunió con su grupo parlamentario en Sevilla, y subrayó que ni su Gobierno ni el partido en Andalucía se pueden "distraer con cuestiones internas y orgánicas", porque no se puede defraudar a los ciudadanos que apostaron por su formación en las urnas. En su opinión, el congreso federal debe ser como el que celebró el PSOE andaluz en noviembre del año pasado, en el que ella fue investida secretaria general casi por aclamación, con el 98,63% de los votos: "El nuestro fue para el bien de Andalucía y el que hagamos en España tiene que ser también para el bien del país", informa Europa Press. 

Rubalcaba negocia con los barones la forma de calmar la irritación de la militancia

Apoyo de varios barones regionales

A falta de un pronunciamiento de Díaz sobre este aspecto, un dirigente de su confianza hacía esta reflexión a este diario: lo ideal es ir a un congreso "con todas las federaciones apoyando a un solo candidato", para terminar "con indecisiones y personalismos". "Si hubiéramos celebrado las elecciones andaluzas con las generales de 2011, como quería entonces la mayoría, y si no hubiera sido Susana la sucesora, que tampoco la querían, el PSOE estaría ahora kaputt. Tal vez fuera bueno aceptar que el sur existe y su criterio no suele ser malo. Es urgente soldar el partido con una dirección unánime que gobierne partido y sociedad con un proyecto que se pueda definir en una página y no de vaivenes", añadía la misma fuente. 

Desde el entorno más estrecho de Madina indicaron a infoLibre que el diputado vasco no está de momento recogiendo firmas para provocar la convocatoria del Comité. Que se quiere ver "cómo respira el partido" en las próximas horas, que lo que hay es una "posición política" muy fuerte, que se corresponde con el sentir de la militancia y que está recibiendo el apoyo de diversos barones territoriales, como el vasco Patxi López (el PSE lo tiene regulado en sus estatutos y él se mostró a favor hoy en la Ser), el castellanoleonés Julio Villarrubia, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el gallego José Ramón Gómez Besteiro, el asturiano Javier Fernández o el manchego Emiliano García-Page, quien esta misma mañana apostó por un congreso "lo más abierto y participativo" posible: "De una manera u otra el procedimiento va a ser legítimo, conforme a los estatutos del PSOE, pero si podemos aprovechar para que sea lo más impactante posible en la sociedad, mejor", subrayó, informa Europa Press. 

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