El futuro de la monarquía

Sólo dos parlamentarios socialistas piden libertad de voto

Alfredo Pérez Rubalcaba, preguntado por los medios antes de la reunión del Grupo Socialista, este 10 de junio.

No hubo rebelión en el Grupo Parlamentario Socialista. Se esperaba que las voces de diputados y senadores pidiendo libertad de voto en la Ley de Abdicación y desmarcándose de la posición oficial del partido fueran muy limitadas. Tres habían asegurado en los últimos días que querían votar en conciencia –el vasco Odón Elorza, el balear Guillem García Gasulla y el valenciano Federico Buyolo–, y dos al final lo defendieron en la reunión del grupo. Los dos primeros, porque el tercero no pudo pedir la palabra al llegar más tarde procedente de una comisión en el Congreso. 

No hubo rebelión, pero sí mucho debate. Casi tres horas y 27 intervenciones, aunque "en su inmensa mayoría", según relataron varios parlamentarios a la salida, se atuvieron al guión oficial: el PSOE es un partido que defiende la Constitución y el Estado de derecho y lo que se discute mañana en el pleno no es la forma política del Estado (monarquía o república), sino una ley sencilla, corta, que posibilita al rey Juan Carlos que se materialice su abdicación, y punto. Ello permitió a la dirección federal congratularse de los resultados: "Apoyo prácticamente unánime" del grupo a la decisión de Ferraz de votar la norma, "el 99% de acuerdo" con aprobarla, porque "sólo dos de los 173 diputados y senadores" pidió votar en conciencia. 

La reunión estuvo presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba, y él fue quien defendió la tesis oficial, sin entrar en el relato de cómo se había gestado la renuncia del rey, y en la que él participó de forma activa con Mariano Rajoy, pues ambos conocieron su decisión entre finales de marzo y principios de abril. Sostuvo que el PSOE está cumpliendo con su discurso político, con aquello que acordó en la Conferencia Política del pasado noviembre: reconocimiento de las raíces republicanas del partido, pero apuesta por el pacto de 1978, que los socialistas no van a "romper" unilateralmente. Un cambio de postura, dijo, en todo caso quedaría para debates ulteriores, para un congreso federal. Pero no para ahora. 

Aplauso a Alfonso Guerra

Entre los que intervinieron, el más aplaudido fue Alfonso Guerra, diputado desde la primera legislatura y muñidor de la Carta Magna. El exvicepresidente del Gobierno utilizó, para su argumentación, el andamiaje histórico: cómo en 1978 Luis Gómez Llorente defendió el corazón republicano del PSOE, pero también porque la monarquía hasta entonces había torpedeado la democracia. Recordó que, no obstante, dieron un voto de confianza a Juan Carlos, firmó la Constitución y a ella se tiene que atener. El partido, apremió, debe ser "coherente" con su historia. 

Entre los que apuntalaron la postura oficial, el senador Antonio Gutiérrez Limones, los diputados Manuel Chaves, Rafael Simancas, Diego López Garrido, José María Barreda, Antonio Trevín o el propio Pedro Sánchez, casi seguro candidato a la Secretaría General, quien antes de la reunión, y ante los medios, recordó que los parlamentarios socialistas juran o prometen la Constitución y además deben obedecer aquello que se acordó en la Conferencia Política. Su otro rival, Eduardo Madina, no intervino, al ser secretario general del Grupo Socialista. 

No obstante, hubo algunos parlamentarios que, aun coincidiendo con la tesis de que había que respaldar la Ley de Abdicación, defendieron que, como gesto a la militancia, había que hacer "pedagogía", y que, si el partido apuesta por una reforma de la Carta Magna, tiene que dejar la puerta abierta a que se discuta también sobre la Jefatura del Estado, sin miedos. Una posición secundada por, entre otros, la canaria Patricia Hernández, la extremeña Leire Iglesias, la catala Isabel Lòpez i Chamosa y el gallego Guillermo Meijón. Rubalcaba, en su resumen final, prometió llevar a su intervención de mañana todos los matices de la posición del PSOE.

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Elorza mantiene su "conciencia republicana"

La prueba de que el debate, a puerta cerrada, había visualizado una potente corriente a favor del en el pleno, la dieron las palabras de Odón Elorza, cuando se le preguntó qué haría mañana. "Déjenme que metabolice lo que se ha dicho, que ha sido mucho y muy machacón". Pese a todo lo que ha escuchado (una mayoría aplastante de diputados y senadores que expresaron su respaldo al en el pleno), el exalcalde de San Sebastián, igual que el menorquín Guillem García, esgrimieron sus argumentos a favor del voto en conciencia: representar el sentir "diverso y plural" de la militancia socialista. Elorza no quiso anticipar qué dirá en el pleno de este miércoles, cuando le llamen a votación. "Yo mantengo mi conciencia republicana con los valores que ello entraña y mantengo la memoria histórica y la identidad de lo que debe ser un PSOE más a la izquierda". 

Buyolo, diputado por Alicante, sí se echó atrás. Él se dirigió formalmente la semana pasada a la cúpula del grupo, pidiéndole que abriera la mano. Hoy no pudo intervenir porque cuando se preguntó por quiénes querían hablar, él estaba en una comisión. Pero acatará lo acordado por sus compañeros, porque es su "obligación" respetarlo. "No comparto esa decisión y voy a seguir trabajando hasta el final para que se produzca ese cambio y los ciudadanos hablen y opinen y para que como PSOE, trabajemos por defender esos valores republicanos que llevamos en nuestra sangre", esgrimió a la salida ante los periodistas.

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