La situación en el PP

El desastre del 25-M provoca que el PP debata una renovación más amplia de las candidaturas

El 'déficit a la carta' abre un frente entre las comunidades del PP

El foco está puesto en regiones como Madrid y la Comunidad Valenciana por el miedo a que estos dos feudos tradicionales de la derecha dejen de serlo a partir de las municipales y autonómicas de 2015. Pero, a grandes rasgos, la preocupación y la inquietud en el Partido Popular respecto a lo que pueda pasar en menos de un año no escapa a ningún territorio. En los últimos meses, los máximos dirigentes del partido que gobierna España habían repetido hasta la saciedad, para curarse en salud, que lo que ocurriese en las europeas no era extrapolable a lo que vaya a pasar en 2015. Pero lo cierto es que los datos –4.074.363 votos frente a los 6.670.377 de 2009 y una caída de ocho escaños– han hecho dispararse las alarmas. Se esperaba una caída. Pero no tan profunda. La dirección nacional del partido lleva más de una semana reuniéndose con los barones territoriales y los responsables regionales para fijar estrategias de cara a los próximos meses. Paralelamente, cada vez son más las voces en el Partido Popular que creen que quizá ha llegado el momento de que Mariano Rajoy, muy poco aficionado a los cambios, emprenda un cambio de caras en algunas de las candidaturas primando, entre otros aspectos, un relevo generacional.

Es, por ejemplo, lo que ha ocurrido en Andalucía con el nombramiento de Juan Manuel Moreno como presidente regional. Un proceso controlado personalmente por el propio presidente del Gobierno y del PP.

Uno de los argumentos al que recurren quienes creen que ha llegado el momento de que el PP afronte cambios profundos es el de que precisamente las elecciones europeas han puesto de manifiesto que los ciudadanos reaccionan bien ante caras nuevas. El éxito de Podemos, aunque en las antípodas ideológicas de los conservadores, está siendo estudiado con detenimiento por los estrategas electorales del partido.

A esto se suma el hecho de que desde que el rey Juan Carlos I anunció hace un par de semanas que renunciaba al trono para pasar el testigo a su hijo, un sector del PP insiste en que los partidos políticos deberían abrir un periodo de reflexión sobre la necesidad de emprender cambios.

No obstante, las fuentes consultadas consideran que el PP no sólo debe abrir un periodo de reflexión sobre el quién, sino también sobre el qué, sobre el mensaje. Independientemente de que Miguel Arias Cañete haya sido un candidato que haya conectado más o menos con el electorado o se haya mostrado más o menos cercano, en el cuartel general de los conservadores se escucha con frecuencia desde el 25-M que no han sabido ser pedagógicos ni a la hora de explicar su programa electoral ni a la hora de explicar las medidas tomadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy Mariano Rajoy desde que llegó a La Moncloa en noviembre de 2011.

Como todo en el PP, la decisión final está en manos de su presidente, poco aficionado a los grandes cambios. Sirva como ejemplo que después de casi tres años de legislatura, sólo ha realizado un relevo en el Consejo de Ministros. Y motivado por una cuestión de fuerza mayor: la integración de Miguel Arias Cañete, que fue titular de Agricultura, como número uno de lista al Parlamento Europeo.

Un escenario desigual

Hasta la fecha, la dirección nacional del partido no se ha pronunciado sobre ninguna de las candidaturas a las autonómicas de mayo del año próximo. Pero hay barones que tienen más fácil que otros continuar en sus puestos y otros que, bien por sus resultados electorales, su relación con Génova, o por voluntad propia, lo tienen más complicado.

En el primero de los grupos está María Dolores de Cospedal, secretaria general del partido y presidenta de Castilla-La Mancha. Pocos en el PP se atreven a asignarle un destino diferente que el de volver a concurrir a las urnas como cabeza de lista de la comunidad que gobierna.

Lo mismo le ocurre a José Ramón Bauzá, presidente de Baleares o a José Antonio Monago, presidente de Extremadura. O a Luisa Fernanda Rudi en Aragón y a Ignacio Diego en Cantabria.

La batalla de Madrid: de las más complicadas

Menos claro está lo que ocurra en Madrid con Ignacio González. El heredero del puesto de Esperanza Aguirre quiere ser cabeza de lista al Gobierno regional, pero la relación entre el PP nacional y el regional y las batallas internas hacen que su futuro no esté cerrado. Esto, unido a la revolución interna que provocaría que el partido perdiese este feudo tradicional hará que Rajoy medite de forma especial qué hacer tanto en la Comunidad con el Ayuntamiento.

Es un escenario similar al de la Comunidad Valenciana, donde las encuestas no dejan de dar sustos al PP de Alberto Fabra y los escándalos de corrupción heredados de la etapa de su antecesor, Francisco Camps, han provocado la inestabilidad en el Grupo Parlamentario en las Corts, con continuas fugas de diputados a medida que avanzan las instrucciones judiciales.

Como Ignacio González, Fabra quiere intentar concurrir a las elecciones. De hecho, ha emprendido cambios en la cúpula del partido y en el Gobierno regional a raíz de los resultados del 25-M –ha pasado del 52,2% de los votos en 2009 al 29%–. Pero en ninguno de los dos casos, Génova ha hecho un pronunciamiento claro. Ni a favor ni en contra de sus candidaturas.

La marcha de Ramón Luis Valcárcel al Parlamento Europeo ha abierto un boquete importante en una de las comunidades autónomas donde más votos cosecha históricamente el partido de Rajoy. La intención de Valcárcel era la de ubicar a su consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez, en la Presidencia de Murcia. Pero la imputación de este mismo produjo un cambio de planes a última hora y el recambio fue Alberto Garre. En el partido señalan que el escenario no está muy claro de cara al 25-M.

Juan Vicente Herrera: "Tengo más pasado que futuro"

Otro de los feudos tradicionales del partido es Castilla y León. Ya en las anteriores autonómicas, Juan Vicente Herrera amagó con dar un paso atrás. Pero Rajoy le convenció para seguir. En su caso, mucho de lo que ocurra con la candidatura tendrá que ver con su voluntad personal. En sus últimas reuniones con la cúpula del PP castellanoleonés su mensaje ha sido: “Tengo más pasado que futuro”. Pero de ahí no se ha movido.

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Desde la crisis motivada por el portazo de Rajoy a que Francisco Álvarez Cascos presidiese el PP asturiano, el PP de la comunidad ha sufrido varios sobresaltos. Isabel Pérez Espinosa, la opción de Rajoy para batirse en 2011 con Foro Asturias, la formación liderada por el exministro de Aznar, sería sustituida en las elecciones de un año después por Mercedes Fernández. Cherines, como es conocida en el partido, no logró mejorar la marca de Pérez Espinosa: 10 escaños. El peor resultado de la historia del PP en Asturias.

Navarra es otra comunidad en la que los conservadores han tenido problemas internos. En 2008, rompió su pacto electoral con Unión del Pueblo Navarro (UPN). Y tras la detención de Santiago Cervera en diciembre de 2012, por entonces presidente del PP navarro, Enrique Martín de Marcos tomó el relevo. ¿Apostará Rajoy por él? Las fuentes consultadas en el partido no se atreven a pronunciarse.

Otro escenario interesante puertas adentro del PP se plantea en Canarias, donde el presidente del Gobierno tendrá que elegir si prescinde de su ministro de Industria, José Manuel Soria, para que se embarque en campaña electoral. Las fuentes consultadas coinciden en que antes que abrir una crisis de Gobierno, Rajoy buscará otro perfil.

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