Derechos

Reforma de la ley del aborto: ocho meses sin que en el Gobierno se pongan de acuerdo

Manifestación de la Plataforma Nosotras Decidimos que ha tenido lugar este viernes frente al palacio de la Moncloa.

El 20 de diciembre de 2013, el Consejo de Ministros daba luz verde a la reforma de la ley del aborto más restrictiva de la democracia. Ocho meses después, y tras solicitar 39 informes consultivos, el proyecto ya está listo. Y la decisión sobre el momento en el que remitir el texto al Congreso está en manos de Mariano Rajoy, que ha sido testigo de la división que la iniciativa del Ministerio de Justicia ha provocado en el Gobierno y en el seno del Partido Popular.

Los continuos aplazamientos del Ejecutivo a la hora de dar luz verde al proyecto de ley levantaron a finales de agosto una sospecha en sectores del PP: Mariano Rajoy estaba decidido a dar marcha atrás e iba a dejar morir la iniciativa, sostenían. Pero en esto, la versión oficial del PP, el Gobierno y el departamento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón coincide. La reforma legal, sostienen, va a llevarse adelante porque así se comprometieron en su programa electoral. Y se hará, próximamente comentan sin comprometer una fecha concreta.

Al respecto, este mismo martes, el portavoz adjunto del PP en la cámara baja, Rafael Hernando, reconoció que la reforma en cuestión puede haber generado "discrepancias" en el seno del partido porque se trata de un "tema sensible", pero se mostró convencido de que dará tiempo a volver al modelo de supuestos de 1985. En declaraciones a la agencia Europa Press, el dirigente conservador se mostró convencido de que se escuchará "a todos" a fin de que como resultado final pueda presentarse un texto "sensato".

Cuestión de estrategia

La forma de trabajar de Mariano Rajoy implica que ningún ministerio da un paso a la hora de abordar una legislación o una reforma de la legislación sin que él esté al tanto y comparta el enfoque. Esto no es incompatible con que implique más o menos con la iniciativa. En el caso de la reforma de la ley del aborto, el presidente del Gobierno siempre se ha mostrado algo distante. De hecho, no estuvo presente en el Consejo de Ministros del 20 de diciembre de 2013 en el que su gabinete dio luz verde al anteproyecto. Ese día, el presidente del Gobierno, a la misma hora en la que la vicepresidenta y Alberto Ruiz-Gallardón presentaban el borrador a los periodistas, ofrecía una rueda de prensa en Bruselas tras el último Consejo Europeo del año. En ella, evitaba todas las polémicas y reducía la intención del Gobierno a volver al "consenso de 1985". Obviaba el jefe del Ejecutivo que la ley a la que se refería no vino avalada por el "consenso" del que hablaba. Y obviaba también que el anteproyecto que había presentado el Ministerio de Justicia borraba de un plumazo uno de los supuestos de 1985, el de la malformación fetal, y reducía a dos estos supuestos: violación o peligro físico o psíquico.

Llegaron las vacaciones de Navidad y, a la vuelta, Rajoy pudo comprobar en primera persona que no sólo la oposición iba a ponerle las cosas difíciles en esta materia. El 8 de enero convocó a la plana mayor de su partido para fijar las prioridades políticas del nuevo año. Y gran parte de los barones territoriales alzaron su voz contra el texto. El presidente del Gobierno, que en esta polémica ha intentado enfriar los enfrentamientos –no sólo los ha habido en el PP y en el Grupo Parlamentario, también en el Gobierno– cerró la reunión instando a Ruiz-Gallardón que abriera su despacho a todo aquel dirigentes del partido que tuviera algo que decir sobre la materia a fin de hacer una ley lo más consensuada posible.

Como respuesta a esta petición de Rajoy, Justicia reclamó a un total de 39 órganos consultivos su opinión sobre el borrador de la ley. En el mes de marzo, el departamento de Ruiz-Gallardón no había recopilado el grueso de estos informes. Fue por entonces cuando se decidió que el proyecto de ley no iba a aprobarse antes de las elecciones europeas. La dirección del Partido Popular no quería que las heridas internas a cuenta de la reforma volviesen a abrirse. Y, a sabiendas de que el tema iba a ser exprimido por los socialistas, concluyeron que no era momento de dar más munición al rival.

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Pasadas las europeas, Justicia pisó el acelerador. Recopiló la totalidad de los informes, tras las prórrogas solicitadas por el Consejo General del Poder Judicial y por el Consejo Fiscal y se preparaba para que el Consejo de Ministros diese luz verde al proyecto a finales de junio o principios de julio. Pero estos planes se torcieron de nuevo. Fuentes del Ejecutivo niegan que este nuevo retraso se deba a nuevas tensiones en el seno del Gobierno. Lo achacan únicamente a "los tiempos del presidente" sin querer entrar a valorar el peso que en este proceso está teniendo el hecho de la que vicepresidenta del Gobierno, según apuntan algunas fuentes, no comparta algunos de los puntos de la reforma. Soraya Sáenz de Santamaría ha evitado defender públicamente el borrador inicial.

El viernes 29 de agosto Mariano Rajoy reunirá a sus ministros tras las vacaciones. Las fuentes consultadas señalan que, a día de hoy, no está cerrada la agenda de la cita, por lo que no está claro que el proyecto de ley vaya a recibir el visto bueno del Ejecutivo en este mes de agosto. Según ha podido saber infoLibre, Justicia tiene ya acabados los trabajos desde el mes de julio. Es, por tanto, Mariano Rajoy el que debe decidir en qué momento da el paso. "2015 es año electoral, los tiempos son muy importantes", comenta al respecto un dirigente nacional del PP.

Sólo en el momento de la aprobación del proyecto de ley se despejará la duda de qué sucede con el supuesto de malformación fetal. Tras las observaciones al respecto de los órganos consultivos, todo apunta a que Justicia optará por permitir el aborto en estos casos pero sin ampliar los supuestos.

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